El apego a la enfermedad conduce al comportamiento obsesivo compulsivo
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/04/2013 09:59:23
por Teresa Cristina Pascotto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Emplearé la palabra enfermedad para facilitar el relato, pero entiéndase por enfermedad todo y cualquier estado – físico, emocional, mental y/o espiritual – de desequilibrio, limitaciones, bloqueos, problemas que nunca se resuelven, cuestiones que se mantienen en una pauta negativa, situaciones o ideas fijas que no salen del pensamiento, y otros varios modos de crear enfermedad. Pero voy a redoblar el foco en el aspecto de las “enfermedades mentales/emocionales”, que se manifiestan en forma de desequilibrio, confusión interna y perturbación.
Las personas tienen una tendencia a enfocarse excesivamente en la enfermedad y a luchar contra ella, en vez de aceptarla, para poder entonces percibir que mientras se enfocan demasiado en la enfermedad, están manteniéndose apegadas a ella. El apego intensifica la propia enfermedad y lleva a esas personas a buscar alivio para los dolores adicionales que el apego les causa. Aunque creen buscar desesperadamente la salud, esto es tan sólo una ilusión creada por la mente para que la persona piense que quiere ser curada, cuando, en realidad, está apegada no sólo a la enfermedad, sino también a los beneficios que la enfermedad le aporta.
Sólo cuando la persona es capaz de aceptar que no quiere abrir mano de la dolencia porque ésta le aporta distracciones, ocupaciones y beneficios, es cuando pasará a tener conciencia de que verdaderamente no está haciendo nada para ser curada y percibirá que todo el camino que ha recorrido hasta ahora en busca de la curación, únicamente le ha llevado a buscar paliativos para aliviarse e intentar librarse de los sufrimientos causados por la enfermedad, pero no para librarse de la enfermedad en sí. La enfermedad continúa allí, en su rinconcito de poder dentro de la persona, siendo el centro de las atenciones.
Otra cuestión que les lleva a sostener la enfermedad, es que con el foco vuelto hacia la dolencia, huyen del vacío y de la falta de sentido que experimentan en sus vidas. Para no sufrir con eso, encuentran en la dolencia y en la falsa búsqueda de curación, algo con que ocuparse y distraerse. No obstante, si ese mecanismo no es suficiente para aliviar las aflicciones, se debe a que las sensaciones de vacío están asimismo asociadas a un profundo sentimiento de soledad y a la sensación de no pertenencia, que trae una profunda desesperanza y un angustioso deseo de “volver a casa” – una forma sutil de decir: deseo morir.
En un caso más extremo, como forma de enajenarse de la vida, utilizándolo como un estupefaciente cuando este cuadro conduce a la obsesión por la enfermedad, creando aún más sufrimiento. Digamos que “la enfermedad ha enfermado”. Dentro del cuadro de obsesión la persona está tan envuelta en la cuestión que la atormenta – la enfermedad – que se convierte en un robot, mecánicamente viviendo su rutina diaria, pero tan ocupada en la obsesión, que nunca está en el aquí y ahora de verdad, este mecanismo de la obsesión es un gran anestésico para los dolores que la consumen internamente. Pero en la obsesión la persona sufre mucho, pues cree que está sufriendo y eso le gusta. El sufrimiento se intensifica, lo cual lleva a la persona a buscar el alivio. Ella cree que está buscando la curación, pero lo cierto es que sólo está buscando alivio. En su desesperación por el sufrimiento y en la búsqueda del alivio, se vuelve compulsiva. La “enfermedad duele” y ella compulsivamente corre en busca del alivio.
Cuando lo busca, siempre se alivia en un primer momento, pero inevitablemente, esto sólo le hace quedar recuperada y lista para volver a la obsesión que la atormentará intensamente y nuevamente la llevará a la compulsión de buscar alivio. En fin, la persona desarrolla un comportamiento compulsivo que se mantiene firme, en un círculo vicioso del cual, en realidad, ella no quiere salir. En casos más extremos, esto llega a la patología, desarrollando el Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Salir del mecanismo significa curarse de verdad y estar libre para… enfrentarse al vacío, a la falta de sentido en la vida, el sentimiento de soledad, de abandono, de no pertenencia, y a sentir otra vez deseos de “volver para casa”…
La cura para esto comienza con la persona tomando conciencia de que cuando está en la compulsión de buscar la curación, en realidad no está queriendo curarse de verdad. Siendo consciente de esto, ella será conducida a descubrir – viviendo esa realidad interna, experimentando las sensaciones – que cuando está apegada a la enfermedad y/o al comportamiento obsesivo-compulsivo, está únicamente huyendo de sus sentimientos más profundos de dolor y desesperanza. La persona deberá hacer ese trabajo de curación con apoyo terapéutico, pues habrá de ser conducida amorosamente y con seguridad a entrar en contacto con esos lugares ocultos y dolorosos de su inconsciente y de su cuerpo emocional, donde va a “vivir” la experiencia de esa jornada interna, experimentando sensaciones, sentimientos y emociones, seguidos, quizá, de recuerdos de esta o de otras vidas, en las cuales siempre ha sentido ese vacío doloroso y los sentimientos de soledad que le acompañan desde hace mucho tiempo…
Como el foco fijado en la enfermedad es algo antiguo en la vida de la persona y como el apego es intenso, este mecanismo está arraigado tan profundamente, que el camino de la curación, principalmente en el caso del comportamiento obsesivo-compulsivo, será largo y delicado, será un proceso en busca de la curación real. Y para que esta verdadera voluntad de curación pueda manifestarse, la persona necesitará “sentir y estar consciente” de que está huyendo del vacío cuando crea la enfermedad y de cuánto desea “no existir” (o morir) a causa de ese vacío. Tras esto viene la necesidad de tomar conciencia de cuán apegada está a la enfermedad, para aceptar más tarde que no quiere desapegarse de ella; seguidamente deberá desear desapegarse de la enfermedad; después tendrá que reconocer que no acepta la curación, para entonces desear abrirse y aceptar esa curación (así de sencillo). Entonces, y sólo entonces, es cuando el proceso de curación realmente empieza a formar sentido para la persona y empieza a producirse la sanación, poco a poco, paso a paso; incluso porque la persona ahora necesitará acostumbrarse a la curación al mismo tiempo en que va notando la falta de la enfermedad; ésta se ha convertido en un estupefaciente y, como toda droga, ha intoxicado a la persona, y el proceso de desintoxicación lleva a las crisis de abstinencia. Será un camino doloroso (pero muy posible) desintoxicarse de la enfermedad y mantenerse firme, sin volver a utilizar ese estupefaciente. La curación viene, puedes estar seguro, pero todo es un proceso y tendrá que haber mucho comprometimiento y perseverancia en ese camino. Sólo hay que confiar y dar los primeros pasos…
