El arte de la paciencia
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/10/2009 14:58:05
por Nelson Sganzerla - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Quien aquí sea impaciente levante la mano! No me podéis ver, pero tengo las dos manos levantadas.
Al fin y al cabo, nosotros los mortales somos impacientes, por más que digamos que no. Dudo de que alguno de nosotros no haya perdido ya la paciencia, con tantas cosas que vemos equivocadas en nuestro día-a-día.
Realmente no es nada fácil la convivencia en sociedad. Conductores que niegan el paso cuando queremos entrar en alguna calle, que aceleran antes de que el semáforo esté en verde, obligándonos a correr incluso si estamos encima del paso de peatones.
Vendedores sin preparación alguna que nos atropellan tan pronto como ponemos los pies dentro de la tienda. Personas que no esperan a que salgamos del ascensor y nos pasan por encima, tratando de entrar enseguida. Señoras y señores con el teléfono móvil, a gritos en hospitales, cines y restaurantes. Gorrillas que nos abordan cada vez que arrimamos el coche para aparcar, sea en un teatro, feria o cualquier otro evento. Vecinos malhumorados que siquiera nos dan los buenos días al cruzarnos en el garaje del edificio.
De hecho este mundo está como vuelto del revés... Pocas son las veces en que se nos trata con educación y con respeto como seres humanos que somos. Incluso nos extraña cuando las personas son cordiales y gentiles. Vivimos en un mundo nivelado por abajo, o sea, siempre partimos del mal ejemplo para mensurar lo que sería una buena referencia o una buena educación.
“En verdad os digo”
Mientras nosotros, como ciudadanos, no procuremos ejercer nuestra ciudadanía y continuemos cerrando los ojos ante la falta de educación y buenas maneras, siempre estaremos nivelando por abajo nuestra manera de vivir, siempre tendremos que tragarnos el maltrato de las personas y nunca podremos quejarnos.
No se trata de ser quisquillosos, sino de hacer valer nuestro derecho de ir y venir y de tener una convivencia que sea agradable para todos.
Las personas no se hablan, no se saludan, pasan ante los demás como si nada hubiese delante de ellos. El otro día yo estaba en una caja de supermercado a la cola (claro) y una señora simplemente casi pasa por encima de mí, sin siquiera pedir permiso. Yo diría incluso que aquella señora debe haber recibido una educación desde la cuna, pero no la pone en práctica.
- Ya lo sé, la pregunta no quiere callar:
- Tal como anda nuestro mundo ¿cómo podemos confiar en las personas?
- ¿Cómo puedo saber si tal ciudadano, detrás de mí en el cajero automático, no quiere atracarme?
- Yo, hablar con extraños, con la cajera del supermercado... ¡Jamás! Soy superior y no me rebajo a ello.
- ¿Creéis que no hay personas que piensan así?
Yo diría que todos nosotros sabemos quién es quién en nuestro mundo; diría que sí sabemos distinguir lo bueno de lo malo. El problema es que siempre tenemos lo malo como parámetro.
Deberíamos ejercer un poco más nuestra paciencia, en nuestra convivencia con las personas.
Al fin y al cabo, pertenecen al mismo mundo que nosotros y muchas veces tienen una verdadera historia de vida, a la cual la nuestra ni lejanamente llegaría a los pies.
Yo solo no tengo paciencia con personas que se creen que todo lo saben, que no respetan a los mayores, que maltratan a los niños, que pegan a mujeres, que quieren sacar provecho de las personas sencillas, que tengan cualquier tipo de racismo, sea social, cultural o étnico. Personas así no son ejemplo de bienaventuranza y de buena convivencia.
Quitando esto ¿qué tal nivelar nuestra vida por los buenos ejemplos? Seamos cordiales, educados ¿por qué no? No cuesta nada.
¿Qué tal si conversamos más? Aunque sea para hablar del tiempo, sonriamos más, pongamos de manifiesto lo que hay de bueno en nuestro interior, permitamos que el otro se acerque, a través de una gentileza, con una palabra de cariño.
Veo tantas personas lindas por las calles, pero al mismo tiempo con semblante serio y adusto, perdiendo el precioso y valioso tiempo de simplemente ser quienes son, seres humanos iguales a todos nosotros.
Piensa en esto.
Mucha Paz