El Arte de transmitir el Conocimiento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 01/05/2011 10:12:55
por Lidiane de França - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Siento profunda admiración por el arte en general, ya sea música, pintura, danza, arquitectura, pero por el arte de escribir es algo reciente. Antes de empezar a redactar este artículo tenía en mente escribir sobre algo relevante y que no tratase sobre alguna experiencia vivida por mí. Las ideas, los temas, están desbordándose y tratando de adquirir existencia propia, con todo, ya en el primer renglón me he dado cuenta de que todavía no es el momento oportuno y una vez más voy a escribir sobre pasajes de mi infancia que constantemente se hacen presentes en mi memoria. Ciertamente, si aún se hallan presentes e intensas, se debe a que esos momentos han sido importantes y tienen un significado especial; por tanto, a continuación voy a describir pequeños episodios para que se pueda seguir parte de la dinámica ocurrida en mi andadura.
Cuando iba en quinto curso tuve un profesor de lengua portuguesa que era un verdadero amante de la literatura, poseedor de un fabuloso vocabulario, una majestuosa y divertida facilidad para escribir redacciones y, lo mejor de todo, sabía comunicar, transmitir sin reserva sus expansivos conocimientos. Ciertamente él fue uno de los responsables por despertar en mí el gusto por la lectura y la redacción. Aún recuerdo el primer libro con que tuve contacto: “Azúcar Amargo” de Luiz Puntel.
La sinopsis del libro destaca: “Trabajar y estudiar no es fácil, principalmente cuando se trata del difícil trabajo de los que almuerzan frío en las labores de la caña. Pero esa es la realidad en que viven, y en ella es donde Marta va a percibir el sentido de la lucha social y del amor… Retratando con sensibilidad la vida de los trabajadores del campo, según la perspectiva de una joven decidida”.
Por aquella época yo tenía una vida muy dinámica y, como toda adolescente, aún no me veía parándome a leer libros. Sin embargo, como todo arte verdadero nos cautiva misteriosamente, acabé pasando el lluvioso fin de semana leyendo la obra de Puntel que me encantaba, disecando cada página; el autor había alcanzado su objetivo: llevar al lector a un viaje por el cañizal.
Sí, fue una extraordinaria y mágica experiencia, por primera vez había logrado transportarme y vivenciar las emociones de los personajes de aquella historia.
Posteriormente, en una fase juvenil, tuve el privilegio de entrar en contacto con obras de diversos autores y diversos temas y ya no se me hacía difícil aquella entrega profunda a determinadas historias; mi imaginación corría, fluía naturalmente a través de los libros, era como si yo estuviese conociendo otros países como Francia, Inglaterra, y asimismo diversas personas interesantes, todo ello en un corto espacio de tiempo. Mi deseo por aquella época era coleccionar libros y montar una grande y rica biblioteca en mi casa; e incluso lo intenté… aún tengo muchos libros y los guardo con cariño, me gusta apreciarlos y sobre todo percibir que, cuando los estoy leyendo, paso a caminar con cada personaje, bastando tan solo captar el aroma que se exhala al hojear las páginas.
Por creer que nada ocurre por casualidad y que ningún recuerdo es meramente casual, consigo comprender que en determinados momentos importantes de mi vida siempre hubo una persona que plantaba semillas de conocimiento. Aunque yo no hubiese comprendido en aquel momento tan noble acto, mi alma se ha encargado de grabar en mi subconsciente que el Universo sabiamente ha conspirado para que, en el momento oportuno, aquella semilla brotase y proporcionase bellas flores y frutos.
Como queda dicho, siendo todavía pequeña conseguí apreciar el arte de la buena lectura y solo ahora estoy despertando, lista para aprender el arte de la escritura, de la comunicación. De hecho, escribir no es tan fácil como pueda parecer y algunos autores incluso se quejan de las dificultades encontradas en su caminar, aun habiendo sido premiados con el “don innato” de ese arte. El gran escritor no solo consigue prender nuestra atención articulando cada palabra minuciosamente y con amor, haciéndonos volar en tiempo y espacio, sino que además sabe tratar, pasar adelante asuntos relevantes, profundos, reveladores y desea sinceramente transmitir -de la forma más cautivadora e inteligente-, el verdadero conocimiento de las cosas de la vida a sus lectores.
