¿Él aún puede salir con bien después de todo el daño que me hizo?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 05/06/2016 10:15:36
Traducción de Teresa - [email protected]
He sabido por una amiga que mi ex está con otra y aparentemente muy bien.
He visto una foto de mi ex en las redes sociales, con otra, divirtiéndose mucho.
Mis amigos invitaron a mi ex y a su nueva chica a un acto y no me llamaron.
Escenas como estas suceden con bastante frecuencia en el día a día de las personas que han pasado por relaciones abusivas y cuando gran parte de los dramas fueron vividos únicamente entre bastidores, siendo que casi nadie vio o pudo entender la amplitud de lo que ocurrió. Por lo regular, las personas allegadas acaban banalizando lo que oyeron o vieron y no es poco frecuente que la mayoría permanezca bajo el velo del encantamiento hipnótico, en el cual el abusador emocional campa a sus anchas.
El psicópata, narcisista perverso, o lo que quiera que fuese, durante algún tiempo literalmente ha secuestrado su alma, y aun después de su rescate, gracias a ese tipo de movimiento seductor que despliega con todo el mundo, puede a menudo, después incluso de que la persona se ha esclarecido, hacer que en ciertos momentos ésta todavía dude de sus propias percepciones hasta el punto de creerse la loca del cuento. Lo que pasa es que no lo es.
Normalmente, y como regla general, todos los de esa categoría hablan demasiado y absolutamente todos tienen siempre el mismo objetivo, que es el de descalificar tu percepción. Un astuto lavado cerebral, que acaba cumpliendo la función de introducir la duda sobre ti misma, sobre tus recuerdos, sobre la legitimidad de tus preferencias y, por fin, sobre todo cuanto puede ser justo o injusto para ti.
Sólo por un instante, haz una reflexión más profunda y ten por objetivo recordar con precisión los momentos de tu relación en que te has dado cuenta, con claridad absoluta, de que estabas transitando por una trama de abuso emocional irracional por parte de él en relación a ti. Acuérdate de los hechos y busca símbolos concretos que promuevan el anclaje de esa realidad para que nunca más olvides o tengas duda sobre lo que pasó, aunque en este momento toda esa situación a veces aún pueda aparecer de modo difuso en tu mente.
Ejemplo de anclaje en la lucidez de los hecho ocurridos: tengo una paciente cuya pareja se ha ido a vivir a casa de ella y pasado cierto tiempo él empezó a imponer algunas de sus reglas de funcionamiento dentro de la casa. Dejaba su ropa literalmente tirada por el suelo de la habitación y acumulaba sus camisas sobre una silla. No le gustaba que las lavasen con frecuencia porque le parecía que se verían ajadas demasiado pronto. A menudo, cuando ella decidía ordenar las ropas y echar algunas prendas para lavar, pese a encontrar tarjetas, notas y olores sospechosos, no podía quejarse de nada y aún recibía una bronca enorme por su actitud. Después de todo eso, aún venía un hielo afectivo que duraba hasta que ella se humillaba pidiendo perdón, incluso por haber sospechado de él.
Tras liberarse de esta relación abusiva, y debido a que aún se sentía frágil y a veces confusa, se le indicó comprar un objeto que le diese referencia contundente sobre lo ocurrido. Ella se compró un hielo acrílico que llevaba siempre consigo y que le sirvió divinamente para que, con vehemencia, lo recordase todo. Y cuando después de haberse trabajado bastante en sus percepciones y haberse ancorado en aquel hielo-símbolo, vio a su ex desfilando con otra, no se iludió y tampoco volvió a engañarse. Sabía que sólo era una repetición de escenario, exactamente lo que ocurrió entre ella y él, sólo que ahora repetido cambiando de persona. Sólo eso y nada más. Pudo observarlo todo como si fuese una película que ya no tenía nada que ver con ella y continuó con su vida.
¡Cuánto más despiertos, mejor! Siempre.