El ayuno, una actitud de protección
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/03/2008 14:01:56
Traducción de Teresa - [email protected]
por Wilson Francisco - [email protected]
Una amiga me ha preguntado acerca del ayuno y su utilidad. Nunca había pensado mucho en esa cuestión. Incluso, en una época en que trabajaba con publicidad tuve la oportunidad de almorzar, durante algunos años, en un restaurante vegetariano. Y confieso: no me sentía muy bien, sino un poco mal alimentado. Sé cuánto afecta a nuestro organismo la alimentación carnívora, pero aún no me siento preparado para una alimentación más frugal, incluso cuando voy a desarrollar cualquier actividad más delicada, en sentido espiritual.
Puede que yo no haya educado debidamente mis células. Leí, un día de estos, una información interesante. Nuestras células transitan por experiencias de desarrollo. Esencialmente, ya han habitado cuerpos de animales, donde se alimentaban exclusivamente de carne animal, insectos, etc. Ahora componiéndose en nuestro cuerpo físico, aportan ese condicionamiento alimentario. Y saben, en su íntimo, que necesitan de carne para sobrevivir. Entonces, cuando nuestro cerebro les pasa el comando de que vamos a ingerir solamente vegetales y legumbres, hay como una revolución en nuestro universo celular; se irradia cierta inestabilidad, porque la supervivencia celular está “amenazada” por la invasión de los vegetales y legumbres.
Para poder, entonces, impedir ese proceso de rechazo que, fatalmente, van a realizar las células, será imprescindible que llevemos a cabo algunos procedimientos, como:
- incorporar la filosofía de la alimentación sin carne, para que esa conciencia plena se irradie por nuestro cuerpo y llegue hasta el Universo celular, dándoles la seguridad de que serán alimentadas, sí, sólo que por otros ingredientes;
- realizar el proceso con calma, sin ansiedad, para que ese sentimiento no impregne nuestro organismo, causando cierta inestabilidad en los órganos;
- evita prisas; tu cuerpo necesita elaborar una nueva manera de efectuar el metabolismo, pues antes estaba preparado para un tipo de alimentación más pesada, cuya digestión se hacía con más tiempo;
- acepta, internamente, ese proceso como algo a que te has determinado, y que te aportará más alegría y paz, para ti mismo y como consecuencia, para tu cuerpo.
Hecho esto, entiendo que tú, tu cuerpo y tus células estaréis debidamente preparados y listos para emprender ese camino.
Pero el ayuno, no, nunca lo he realizado. No obstante, si por motivo de trabajo tengo que permanecer muchas horas sin alimentarme, procuro tomar bastante agua y practico la respiración, procurando con estos recursos suplir mi cuerpo.
En una encuesta, he encontrado una información de que el 80% del sustento del cuerpo humano procede de la respiración y el otro 20% sería oriundo de los alimentos. Por tanto, es importante almorzar y cenar, pero no es esto solamente lo que nos sustenta. La respiración, la alegría interna de vivir, de estar bien con la vida, son ingredientes que han de estar siempre en nuestra mesa y en nuestro interior.
El ayuno tiene un significado simbólico muy fuerte, en nuestra tesitura energética.
Teniendo en cuenta que ya hemos tenido varias vidas y que el pueblo oriental es el más antiguo, se puede considerar que ya todos hemos vivido por allá. Entonces, es prácticamente cierto que hemos practicado ya el ayuno, una costumbre de los pueblos de Oriente. Ahora bien, si tú te dispones a ayunar, sea por penitencia, promesa o por interés puramente idealista, entrarás fatalmente en sintonía con los pueblos y personas que llevan a cabo esa actitud. Esto es altamente positivo, aportando a tu cuerpo y a tu aura una calidad de energía muy importante para el desarrollo de tu sensibilidad.
Por otra parte, podemos considerar que el ayuno se transforma en un proceso de limpieza y protección significativo. Ese tiempo sin alimentación, da la oportunidad a tu mente de dedicarse exclusivamente al mundo esencial, evitando gran pérdida de energía con el metabolismo. Y el organismo, a su vez, tendrá la oportunidad de deshacerse de unas cuantas energías que lo sobrecargan, procedentes de la alimentación, pues vegetales, legumbres y carnes están siempre recargados de toxinas, utilizadas en el plantío y conservación.
Una de las energías que tengo por más nefastas para el cuerpo humano, proveniente de una alimentación carnívora, es la del odio y el miedo del animal cuando es ejecutado. Y otro factor más, de alto riesgo, es la contaminación que tiene lugar en el momento de la ejecución de los animales, cuando por allí se juntan los Espíritus vampiros en busca de alimento para saciar su desvarío mental. Se puede decir que una niebla grisácea de energía envuelve el matadero, impregnando la carne que más tarde vamos a ingerir.
Todo esto que digo no tiene como intención asustaros, incluso porque, como dije, yo me alimento de carne. Sin embargo, procuro siempre protegerme de esa contaminación elaborando, al alimentarme, pensamientos de gratitud para con todo alimento, siempre consciente de que tanto animales como vegetales son seres divinos, con vida en desarrollo, unos más rudimentarios, otros más elevados. Cada cual llevando a cabo su misión aquí en la Tierra.
Todos somos seres aún en desarrollo. Traemos en nuestro Universo rudimentos de los ángeles e impulsos animales. Siempre que nos sea posible y oportuno, hemos de procurar adiestrar nuestras tendencias, nuestros impulsos, y atraer hacia nuestro Universo intenciones y actitudes del Bien. Una de ellas puede ser el ayuno, que nos identifica con el pensamiento noble y extremadamente digno de los grandes maestros que realizaban esos procesos a fin de “estar preparados” para su misión.
Y convengamos, si tú estás pasando por una situación difícil, sea cual fuere, y decides hacer un ayuno especial, como compromiso con Dios, ciertamente estarás atrayendo sobre ti energías altamente benéficas. Porque además de purificar tu cuerpo, estarás entrando en sintonía con grandes maestros, tanto de la Tierra como de otras regiones del Universo, donde ciertamente sus habitantes ya tendrán el hábito común de alimentarse apenas de la energía vital, que es la fuente divina sustentadora de todo y de todos.
Visto desde otro ángulo, el ayuno puede ser un barrido interior de alta calidad para tu salud física y mental, limpiando de impregnaciones tu aura y haciéndote irradiar una energía que podrá crear, en ti mismo y en tus órganos, un campo de energía tan limpio y leve que sólo el Bien podrá allí instalarse; librándote de miasmas y formas-pensamiento nocivos y transformando tu Universo orgánico en un ambiente propicio para que tú, Espíritu, lo habites en paz.