El Control Emocional lo es todo
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/06/2016 10:43:28
Autor Tania Paupitz - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Todos sabemos que son grandes las complicaciones causadas por el descontrol emocional, principalmente cuando procedemos sin pensar en las consecuencias de nuestros actos. Los ejemplos son muchos, especialmente dentro de las relaciones afectivas, donde comúnmente nos deparamos con nuestros mayores “maestros” - son los compañeros de jornada, los amigos, los hijos, el jefe, todos acaban, de alguna forma, convirtiéndose en nuestros principales aliados en el difícil arte de la convivencia, enseñándonos, sea a través del amor o del dolor, una manera de evolucionar más rápidamente.
Muchas veces, queremos controlar al otro esperando que él (o ella) cambie, a fin de atender a nuestras expectativas, pero con el tiempo vamos aprendiendo que nadie tiene el poder de cambiar a una persona, no siendo a sí mismo.
Recientemente leí que uno de los mayores indicadores de que se va a producir una separación, tendría relación con el descontrol emocional entre los miembros de la pareja. Las críticas frecuentes y generalizadas, la falta de respeto hacia el compañero atacando su carácter, la insensibilidad que permea el universo de muchas parejas, haciendo que ambos se distancien cada vez más; en fin, todo lo que cause un efecto contrario a la unión, que podría estar basada en la complicidad, la cooperación, el afecto, el amor y, principalmente, en la colaboración.
Ocasionalmente, proceder movidos por la emoción nos lleva a cometer actos impensados, a decir palabras inadecuadas, o incluso, en situaciones extremas, a terminar la relación, pudiendo llegar a arrepentirnos más adelante.
Tenemos que aprender a utilizar más nuestra parte racional, tratando de pensar antes de obrar, ponderando mejor lo que vamos a decir o hacer, empleando la coherencia y el sentido común en todos nuestros actos.
Lograr el dominio del control emocional frente a un evento que puede desaplomarnos, requiere por nuestra parte el ejercicio de la paciencia, de la tolerancia para con nuestros errores y los defectos ajenos, persistencia y, sobre todo, disponibilidad para llevar a cabo modificaciones positivas en nuestro comportamiento.
Sin modificarnos a nosotros mismos, será ciertamente muy difícil la convivencia en pareja, especialmente porque hoy día, con la acomodación y el egocentrismo exacerbado, es mucho más fácil desechar lo que ya no nos sirve que intentar arreglar algo que ha dejado de funcionar. Hagamos nuestra parte, tratando de contemplar al otro con más compasión, percibiendo que todos, a fin de cuentas, vamos caminando hacia un único objetivo: nuestra evolución personal que es única e intransferible.