El dolor del abandono
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 17/10/2011 12:46:47
Traducción de Teresa - [email protected]
Por detrás de la inseguridad personal, de una enorme falta de autoestima y de confianza en sí mismo, puede estar oculto el dolor del abandono.
Una tristeza enorme invade nuestro ser y no somos capaces de librarnos de ella, que nos acompaña día a día como si fuese nuestra propia sombra.
Y a menudo nos lanzamos a aventuras alocadas, que no llenan nuestro ser, únicamente por la necesidad de aplacar ese dolor interior que clama sin cesar.
Si pasamos a gastar descontroladamente en bienes materiales, en una tentativa de sentirnos mejor, estamos intentando llenar el vacío de nuestro ser con cosas que jamás habrán de proporcionarnos amor. Con el desgaste de esas cosas, la sensación de vacío vuelve una vez más a formar parte de nuestra alma.
Este es otro de los muchos casos en que el dolor del abandono puede estar presente.
El hecho de no sentirnos amados y valorados como ser humano, hace que tratemos de colmar esa necesidad de las más absurdas maneras.
El dolor del abandono también se hace presente cuando intentamos relacionarnos afectivamente con innumerables personas, en una tentativa descontrolada de encontrar a aquella que nos llene, que nos ame de verdad. Pese a todo, esa tentativa se vuelve frustración, ya que en realidad el amor que buscamos no se halla en esas personas, sino en aquella que un día nos abandonó.
La sensación de estar invisible e imperceptible para los demás también puede arrastrar en sí el dolor del abandono. En determinado momento de nuestra vida puede que hayamos pasado por una situación de rechazo o de abuso, que nos hizo dar a nuestro subconsciente la instrucción de que ya no desearíamos acercarnos a alguien y volver a sufrir… A partir de ese momento nuestra energía se expande de esa forma y entonces, inconscientemente, empezamos a alejarnos de la gente.
Ahora bien, no te sientas único en ese universo de abandono, ya que eso es mucho más corriente de lo que pueda parecer; la tristeza que posiblemente sientes hoy no es más que un toque de atención a fin de que tu vida se transforme. La tristeza nunca puede pasar a formar parte de nuestro cotidiano, sino que hay que hacerle frente como síntoma de una enfermedad que necesita atención y tratamiento. Lo más duro de todo no es sentirte triste… ¡es no hacer nada por eliminar esa tristeza de tu vida! Puedes creerlo, mucha gente convive durante años y años con esa aflicción y considera que es algo normal en su existencia.
Tomar las riendas de nuestra vida significa asumir el control de nuestras emociones y eliminar todo aquello que pueda hacer interferencia en nuestra felicidad.
La Radiestesia, por medio de la Mesa Radiónica, entra justamente en ese momento de identificación, y con esa técnica identificamos los bloqueos energéticos y los eliminamos. En la práctica totalidad de los casos que atiendo en mi consulta, hay siempre dos o tres tipos de bloqueos que se repiten a lo largo de la vida, y en la mayoría lo que encuentro es el dolor del abandono.
La eliminación de la energía bloqueada en esos momentos repetitivos es fundamental; sin embargo, como aliado de ese proceso de desbloqueo, situamos el perdón, fuente de conexión con el Todo, con el Universo, con un Dios excelso que todo lo coordina.
Aquellos, que de alguna forma nos han disgustado un día, son nuestros mejores maestros, ya que delimitan nuestra capacidad máxima para perdonar. Tu evolución se verifica de hecho cuando te concentras en tus propias lecciones. Perdonar significa entonces comprender lo que tú también has hecho, que de algún modo ha contribuido a esa situación de conflicto. El crecimiento personal evolutivo se produce en nuestra vida cuando deseamos lo más profundamente posible mantenernos alejados de cualquier situación o emoción pesada que pueda causarnos sufrimiento.
A comienzos de este año atendí en mi consultorio a un muchacho que se decía muy desdichado, no realizado y con síndrome de pánico. Le parecía que la gente no lo apreciaba. Había pasado por tres matrimonios que terminaron con traición por su parte.
Empecé entonces identificando de modo profundo todas sus frecuencias energéticas y corrigiéndolas. A continuación, identifiqué los vicios de comportamiento por detrás de cada frecuencia que tuve que equilibrar. Pasé entonces a identificar los bloqueos energéticos.
- El primer bloqueo se había originado en su infancia; me contó entonces que en aquel determinado momento su padre había abandonado a la familia sin decir nada, simplemente salió para el trabajo y ya no regresó.
- El segundo bloqueo coincidía con la fecha de su primera separación, debida a una traición por su parte.
- El tercer bloqueo también estaba relacionado con una fecha de separación y abandono de su hija de tan solo ocho meses.
A continuación eliminé y traté energéticamente todos los bloqueos identificados en la Mesa Radiónica.
Lo invité a participar en mis Cursos de Radiestesia y Radiónica, al objeto de hacerle comprender mejor los mecanismos de la Radiestesia, con la finalidad de enseñarle a trabajar objetivos y alcanzar metas en su vida, motivándolo para el crecimiento personal, financiero y afectivo.
Pasados algunos meses acudió a mí nuevamente, y me trajo el testimonio feliz de un hombre recuperado y equilibrado que ya no sentía aquella enorme ansiedad por llenar el hueco de un amor que un día le había sido arrebatado.
Así, el dolor del abandono fue eliminado de su vida, y él pudo rescatar su felicidad, su confianza en sí mismo y su autoestima.
