El esfuerzo
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:26
por Alex Possato - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Papá enseñaba a esforzarse. Mamá también. Todo es muy difícil, muy duro. Es preciso emplearse al máximo. Cambiarse uno mismo. Cambiar a los demás. Cambiar el mundo. Luchando arduamente. Luchando para pasar de curso en la escuela. Luchando para ir a la Selectividad. Luchando para tener una buena relación. Luchando por el dinero. Por el salario. Por los cargos. Luchando para transformar a tu marido, tu esposa, tus hijos, tus padres, tus parientes.
Luchando contra la enfermedad, contra la muerte, contra la miseria. Luchando para dejar de ser alguien tan ruin como eres. Peleando ferozmente contra tus vicios y defectos. Es necesario evolucionar. Paso a paso. Gotas de sudor corren por tu cara. Estás encharcado. Y sientes: ¡Sí, yo estoy luchando! ¡Aún no he llegado, pero he de llegar!
Papá y mamá te miran y te reconocen. Eres igual a ellos. Alguien que lucha. Lucha. Lucha. Y muere. Sin haber llegado. Ellos enseñaron lo que han aprendido. Del abuelo. De la abuela. De los antepasados, que surcaron mares, ríos, montañas, para alcanzar un buen lugar. Pero de estos miles de almas. ¿quién ha llegado, realmente?
¿Cómo podemos llegar a un buen lugar, luchando? ¿Cómo encontrar la paz, haciendo la guerra?
Dejo una invitación. Muy sencilla. Sal de la lucha. Tan sólo por un día. Baja las armas. Quita el pie del acelerador. Haz callar la lengua, que todo lo critica, compara, juzga, condena. Actúa cuando quieras actuar. Párate cuando quieras parar. Tiéndete en la hamaca del ocio, y permite que la Tierra siga con su movimiento en torno al Sol. Incluso porque, aunque no lo permitieses, ella continuará con su girar, girar, girar.
Fíjate en si marca alguna diferencia, para el universo, tu forma de actuar. O tu parar. Deja de oír a aquellos que te empujan a la guerra. Aquellos que cotillean. Hablan mal de esto y de aquello. Te inducen a hacer, hacer, hacer. Enseñan lo mismo que enseñaban papá y mamá: cambiar el universo, para transformarlo en algo mejor. Y no lo han logrado. Permítete ver si, en este mismo universo, tal como es, puedes relajarte. Reír. Callar. Quedar en paz. Observar la belleza de la vida. De los demás. Del planeta. Del sol.
Dios quiere tu paz. No tu esfuerzo. Quien gusta del esfuerzo es la mente condicionada, que desea ser adecuada. Adecuada a papá, a mamá. A los profesores, maestros, religiosos. Porque, en el fondo, a ti tampoco te gusta el esfuerzo. A nadie le gusta el esfuerzo. Aquello que viene del corazón, no requiere esfuerzo. La acción del corazón se origina en la paz. Tú te originas en la paz. Tu ser reposa en la paz. Tú eres la paz, que tanto te esfuerzas en encontrar. ¿Qué tal relajar?
Solamente un día. No hacer nada que no quieras. No guerrear. Ni dentro de ti. Un día sin esfuerzo. Un día en la paz verdadera. Un día inmerso en ti mismo.
