El gran poder de la fe
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/12/2014 10:36:02
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
De joven yo sentía un gran poder, sin embargo, mi madre y todos los demás me llamaban soñador. Pero lo que ellos no sospechaban es que mis sueños yo los mantenía encerrados con la llave del poder de la fe.
Tuve una infancia y juventud, en lo relativo a la vida financiera, entre mala y regular. Fui ayudante de carpintero, donde aprendí mucho y fabriqué algunos muebles yo solo, fui mecanógrafo y después vino la gran oportunidad de estudiar Técnico de Construcción Naval en el Arsenal de Marina, donde trabajé e hice algunos cursos. En esta gran oportunidad procuré guiar mi destino. Gané varios premios nacionales e internacionales, siendo uno de ellos ofrecido por la Marina de Brasil, la medalla de oro con la inscripción “TODO POR LA PATRIA”. En aquella época en el Brasil era el auge de la construcción naval. Con el paso de los años, hice más de 20 cursos de especialización en montajes electromecánicos, en el Brasil y en el exterior.
Siempre me ha gustado mucho leer, y he llegado a tener más de dos mil libros; me dediqué a los estudios de diferentes religiones, pero tracé mi destino sobre la espiritualidad, la caridad, el desear la felicidad del prójimo, y en la fuerza de mi fe, que surgió cuando yo era joven.
En este artículo van algunos de mis conceptos de vida.
Desear la felicidad del prójimo fue atraer a dentro de mí el equilibrio y la paz. Es saber que donde haya un ser humano, estoy ligado a él con un hilo invisible que transmite energía; ésta va y viene, según mis pensamientos, y retorna en contra o a favor.
Debes saber lo que quieres y determinar lo que has de dar a cambio, porque todo en la vida es reciprocidad.
Cuando me afirmé en mis deseos, hice algo así como una oración, con toda tranquilidad, con toda clarividencia y toda mi fe, vi mis deseos materializándose, imaginé todo sucediendo tal como yo había determinado. Hoy sólo algunas cosas salieron al revés, pero mis sueños han llegado, ciertamente.
Nunca olvides que todo lo que adquirimos ocurre primero en la imaginación, es decir, lo registras en el mundo mágico de las dimensiones y cuando tu imaginación llegue a la última de ellas, comienza el camino de vuelta de tu fe. Puede ser rápido o no, eso depende de cómo vas a administrar tu poder de la fe hasta la última dimensión, y de que seas merecedor del retorno por partida doble.
Mantén siempre la mente libre, para las orientaciones que vienen de lo alto y pasan a tu alma, y cuando estés inspirado por presentimientos para modificar tus planes, o para lanzarte a uno nuevo, actúa sin vacilación y sin duda. Alguien está tratando de decirte que este deseo no es lo mejor para ti.
Deja tu mente libre de los pensamientos durante algunos minutos diariamente; al igual que tu cuerpo, ella necesita descanso, y es en esos minutos cuando tu alma habla con tu corazón. Al volver del descanso, vas a saber cuál es la dirección que debes seguir.
Cuando hayas sufrido alguna derrota, puedes creerlo, no ha sido más que un aprendizaje temporal, y como puede sobrevenir más de una, acuérdate de que la fe del ser humano es puesta a prueba de muchas maneras, y esta o aquella derrota no ha sido más que un test. Siendo así, acepta la derrota también como inspiración para un esfuerzo mayor y sigue adelante, que el triunfo ya está allí, a la vuelta de la próxima esquina de la vida.
Cualquier estado de espíritu negativo destruirá la capacidad de la fe, y acarreará consecuencias a cualquier buena imaginación. Nuestro estado de espíritu lo es todo, entonces, retira enseguida de tus pensamientos cualesquiera intrusiones indeseables, ya que son enemigas de la fe.
Aprendí a expresar mi poder de la fe enfocando con claridad mis objetivos, siempre elevando al mundo superior detalladamente la visión de mis sueños.
Crea un amuleto, confía en un Santo, un mantra o algo que te traiga recuerdos constantes de tus objetivos, él te ayudará de alguna forma a no desviarte de tu objetivo; sumando la fuerza de la mente, los buenos pensamientos y la fuerza de la fe, estamos provistos de la gran fuerza de los buenos vientos que vienen del universo. No dejes de mirarlo o de pensar en él varias veces al día; esto dejará bien claro tu objetivo, y alimentará tu fe.
No vayas por ahí contando tus planes, ya que eso puede ser fatal para que tengan éxito, toda vez que tu fe nada tiene en común con la vanidad o con la humildad.
Asóciate, tanto como te sea posible, a personas que sean solidarias con tu objetivo, personas que estén en armonía con tu espíritu; ellas pueden formar una cadena que puede aportar más rapidez a tu objetivo; no hay que salir por ahí diciéndolo a todos, pero sí hablar con personas que estén realmente en tu misma energía y que penetren positivamente en tu corazón.
Cuidado con los enemigos, son los más disimulados, y uno de ellos puede que seas tú mismo.
No permitas que un solo día transcurra sin hacer al menos un movimiento hacia tu deseo, hacia tu sueño y naturalmente hacia la conquista del mismo. Cada movimiento ha de encuadrarse como una conquista; no se gana una guerra de una sola vez, sino con la suma de las batallas que forman esa guerra, en unas podemos salir vencedores y en otras perdedores, pero esa suma es lo que debe dirigirnos, y el poder de la fe será nuestra principal arma.
Adopta la política de nunca esquivarte o rehuir situaciones desagradables, reconócelas y nunca tengas miedo, pues el miedo es un arma que apunta hacia ti mismo.
Encara todos los problemas con profundo sabor de aprendizaje, mira al aparentemente enemigo dentro de sus ojos, enviándole buenas energías; un día él habrá de caer flojo ante ti, y tú le ayudarás con todo cariño; y con esto él será más franco contigo cuando se cruce en tu camino.
Reconoce que todo lo que vale la pena poseer tiene un precio definido. El precio de la fe, entre otras cosas, es la eterna vigilancia de seguir a rajatabla en tu bondad, tu disciplina, tu deseo de ver al prójimo feliz. ¡La clave de la vida es tener, forzosamente, paciencia y persistencia!
En cierto momento algo más adelante, vas a percibir que es fácil mantener los pensamientos afinados y equilibrados con lo que se desea; ten la fuerza de la fe, que todo ha de convertirse en realidad.
Todo lo que tú eres hoy, no es más que el resultado de tus pensamientos de ayer.
BNN