El Karma es la consecuencia de nuestras elecciones
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:20
por Eduardo Tedesco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Elegir es un acto voluntario e intencional, sin que importe la intensidad de nuestra intención en esa actitud o en ese acto.
Siempre que actuamos provocamos una reacción que repercute en nosotros y en el objeto de nuestra acción, sea una persona o cualquier forma de vida; la repercusión de esta acción sobre este Ser retorna a nosotros con la misma intensidad. Esta es la ley de acción y reacción.
En términos energéticos, nosotros provocamos una repercusión vibratoria en este Ser y recibimos de este Ser la misma vibración en sentido contrario que nos impresionará en razón directa de nuestra intención y de la consciencia acerca de lo que estamos haciendo.
La impresión que recibimos afecta a nuestros cuerpos sutiles y también a los más densos, en una progresión que se atenúa en intensidad a medida que progresa en esos cuerpos, es decir, los cuerpos más sutiles se ven más afectados que los más densos. Sin embargo las acciones y actitudes manifestadas por el cuerpo físico se ven influenciadas por los cuerpos sutiles. La manifestación de la reverberación se dará en el plano físico, a menudo provocando acciones o reacciones no comprendidas o no asimiladas concretamente.
Las acciones se manifiestan en su orden de intensidad y no en el orden de realización.
Esto significa que los acontecimientos más intensos, aunque sean más recientes, aplazan la expresión de marcas más antiguas si éstas son menos intensas. No obstante, nunca las anulan, pues las marcas que impresionamos en nuestro dinamismo energético, simbolizado por los diferentes cuerpos, son irreversibles.
Esta repercusión se da siempre en cualquier acción o actitud nuestra. Todo aquello que hacemos deja impresión en los cuerpos sutiles, tanto si es bueno como si no lo es.
Tenemos cierta tendencia a relacionar las repercusiones negativas con algo así como el "pago de una deuda', pero lo cierto es que eso es una equivocación, ya que no pagamos ni debemos nada, únicamente recibimos de vuelta aquello que hacemos.
No recibimos dádivas, ni puniciones, sino que recogemos aquello que entregamos y ponemos en disponibilidad. Por eso la responsabilidad sobre todo lo que nos ocurre es incuestionablemente nuestra.
Algunas veces es difícil comprender cosas que suceden y que clasificamos como "injustas", pero no hay modo de aplicar el concepto de justicia que conocemos sobre demandas que escapan a nuestra comprensión egoica. Aplicamos el concepto que conocemos para atender de esta forma las reglas y pautas que establecemos en nuestra convivencia social y eso nos conforta, pero no afecta ni tampoco concierne a la ley primordial de Acción y Reacción.
Por lo poco que podemos comprender, si un Ser sufre agresiones, en un momento cualquiera de su existencia, este Ser manifestó esta demanda impresa en su dinamismo energético. No hay otra justificativa para que un Ser que llega al tercer nivel (cuerpo físico) sufra agresión. La repercusión sobre su dinamismo se verificó en el momento de la acción y ahí está la marca energética que será expresada en algún acontecimiento o circunstancia en su existencia. No hay en esto cualquier connotación religiosa o punitiva, sino que se trata de un efecto de reverberación vibracional.
Entretanto es importante saber cómo podemos actuar sobre nuestro Karma.
Si sabemos que las acciones más intensas aplazan la manifestación de las menos intensas, al provocar acciones de alta intensidad éstas ocuparán el lugar de las menos intensas.
Tendremos entonces la oportunidad de ganar tiempo para madurar y soportar hechos y acontecimientos en el transcurso de nuestra existencia, asimilándolos y convirtiéndolos en instrumentos para nuestro desarrollo.
Así, una forma de crear hechos y circunstancias que atenúen nuestro sufrir, es actuar y proceder conscientemente con intensidad de forma a contribuir para suavizar el sufrimiento de aquellos que nos rodean, auxiliándolos y acogiéndolos en sus necesidades, sin juzgarlos.
