El mal de la mediocridad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/01/2022 14:14:33
por Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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"Temo más a la mediocridad que a la muerte".
(Bob Fosse)
Uno de estos días, en un vuelo durante la madrugada, una señora sentada a mi lado, en el asiento central, intentaba acomodar con la cabeza apoyada en el regazo a su hijo dormido de algo más de tres años, que acababa de pasar por una cirugía cardíaca. El cuadro era de gran incomodidad. Por eso decidí cederle mi sitio en el pasillo, desplazándome a un asiento localizado en la salida de emergencia.
La azafata inmediatamente me interpeló, informando que aquel asiento era exclusivo para quien había "adquirido el producto en el check-in", de modo que yo debía regresar al lugar de origen. Ante mi explicación sobre por qué había ido a ocupar aquella butaca en aquel momento, ella enmendó: "Sólo estoy obedeciendo órdenes".
En otra ocasión, me hospedé un hotel lujoso reservado por la empresa contratante, cuyo precio de diaria era exorbitante para quien únicamente iba a reposar unas pocas horas. Tan pronto entré en el cuarto, busqué la carta del servicio de habitación, a fin de tomar un tentempié tras tantas horas de vuelo. Pero el que atendía en la cocina me dijo que no podía cumplimentar mi pedido porque el servicio se había cerrado a la media noche. Detalle: ¡el reloj marcaba media noche y nueve!
La mediocridad es una de las mayores llagas del mundo moderno. Representa estadísticamente la porción central de la distribución normal, o curva de Gauss, según la cual cerca del 70% de los eventos observables se encuentran dentro de la media con más o menos desvío del patrón.
Es mediocre el alumno que se esfuerza únicamente por obtener la nota mínima exigida para aprobar el curso. Es mediocre el estudiante de posgrado que va a clase con desinterés, pues su único objetivo es alcanzar el certificado de conclusión de curso para rellenar su currículo. Es mediocre el trabajador que lacónica y cobardemente sólo cumple órdenes, destituyéndose de un mínimo de buen sentido y flexibilidad, como en los dos casos antes relatados.
Observando los extremos de la curva de Gauss, identificamos dos grupos importantes de variables, muy por encima o muy por debajo de la media, y que por esta característica de excepcionalidad impactan de forma decisiva los rumbos de la historia. Es lo que Nassim Taleb denomina "Extremistán", en su obra La lógica del cisne negro - El impacto de lo altamente improbable.
En el mundo de la gestión de personas, tenemos al lado derecho de la curva los grandes líderes y realizadores, aquellos que se destacan por su proactividad y elevada resiliencia. En cambio, al lado izquierdo, encontramos a los estúpidos, dotados de falta de discernimiento y sensibilidad.
El mayor reto para un gestor, líder o educador, en cualquier escenario o ámbito, es torcer la curva de Gauss, llevando a los necios al menos hasta la media - o librándose de ellos, cuando es posible - y estimulando a los mediocres a abandonar la zona de confort para convertirse en personas especiales, comprometidas e implicadas en lo que hacen, capaces de hacer no únicamente lo posible, sino de entregar lo mejor de sí.
Ahora yo te pregunto: ¿en qué punto de la curva estás tú?