El mercader
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/12/2015 09:59:25
Autor Florência Soares - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Como una bella alfombra bordada por manos delicadas y hábiles, nosotros también, los trabajadores de la luz, tejemos en nuestra tarea, realizada con dedicación, el solícito bordado de nuestra vida.
Cuando llegue la hora de nuestra desencarnación, nuestra alfombra deberá estar terminada.
Son el vivo colorido y las tramas bien distribuidas lo que le dará valor y le hará convertirse en una joya preciosa.
Las tareas del bien que cada día tejemos nos aseguran el arte de vencer una encarnación con detalles primorosos tejidos a lo largo de la existencia.
¡Lindos bordados!
¡Lindos detalles!
Qué bella alfombra se teje cuando se tiene amor, alegría, bondad, verdad en los actos y las palabras.
Es valioso amar la vida con todas las tramas que ella trae, desde puntos que se manifiestan con levedad hasta nudos que han de ser desatados en el hilo de la vida.
Los mercaderes quieren una buena alfombra para venderla en el gran bazar, y la vida quiere buenos artesanos, que le dan ornamento dejando a todos maravillados.
¡Vivamos con alegría! Nuestra vida no necesita tener nudos.
Así continuamos nuestro viaje.
La caravana camina, se hacen nuevas alfombras, nuevos vendedores aparecen, así es el mercado de las alfombras.
La vida sigue, nuevas almas surgen, nuevas situaciones aparecen. Y en este vaivén la vida se va.
La alfombra se hizo para que alguien tenga confort en los pies. Así, las buenas obras aportan confort a las nuevas almas que llegan y ponen sus pies aquí en la Tierra.
Así prosigue el telar de la vida.