El poder de cambiar las cosas
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 24/06/2009 12:10:14
Traducción de Teresa - [email protected]
Sí, tenemos el poder de cambiar las cosas. No todas las cosas, pero sí ‘ciertas’ cosas. En los últimos tiempos he pensado mucho sobre nuestro libre albedrío y me parece cada vez más claro que el cielo nos indica el camino para ejercerlo dentro de ciertas directrices y limitaciones que son nuestras y únicas. Sin embargo, leer y descifrar lo que está escrito en el cielo es algo muy difícil ya que el prisma por el cual miramos las señales no siempre es adecuado, siendo muchas veces distorsionado por nuestros prejuicios o por los condicionamientos de nuestro ambiente social. Pero debemos tomar conciencia de que quien está en el camino de la espiritualidad ya tiene muchas herramientas en la mano que le ayudarán a descifrar mejor los enigmas presentados por la vida. Quien desarrolla el diálogo con su Yo Interior (Solar) y no se deja condicionar por las reacciones del Ego (Lunar), tiene más posibilidades de conseguir elegir lo correcto en cada encrucijada de la vida. En realidad, la astrología ofrece una herramienta poderosa de auto-conocimiento e indica el camino a seguir, pero el astrólogo no es el ‘todopoderoso’ y no tiene los resortes para cambiar el destino de una persona. Cuando alguien elige a un determinado astrólogo para que le aconseje debe, por tanto, hacerlo con la misma lucidez con que se dirige a un médico cuando está enfermo. Todos los médicos son buenos, en principio, así como todos los astrólogos poseen el conocimiento del lenguaje del cielo, ya sean formados en una escuela regular o autodidactas. No obstante, la persona debe dejarse guiar por su voz interior y sentir una empatía natural con su consejero. De este modo ya estará en el buen camino, pues abrirá los oídos y el entendimiento, y descifrará el mensaje del cielo, pudiendo entonces determinar sus elecciones. El astrólogo puede solamente ofrecer sugerencias, recordando siempre que ‘todo lo que sucede está escrito en las estrellas, pero no todo lo que está escrito en las estrellas va a suceder’.
Sin embargo, algunas personas confieren al astrólogo la cualidad de gurú, de infalible, y se enojan si alguna cosa prevista en la interpretación acaba por no suceder. El astrólogo no es un gurú, un ‘sabelotodo’, un mago. No es más que un ser humano, con sus limitaciones y fallos. Es posible que, en una interpretación, no logre percibir un determinado aspecto planetario o no puede ofrecer un esclarecimiento adecuado al consultante. Entonces, puede que en aquella interpretación quede alguna laguna. Pero si este astrólogo es honrado consigo mismo, incluso podrá confesar esta limitación a su cliente, y esto no disminuirá en nada su capacidad profesional. De hecho, si alguien me pide esclarecimientos sobre astrología hindú o china, yo no puedo responder satisfactoriamente, pues desconozco esos dos métodos de interpretación. Mi honradez intelectual me llevará a informar a mi cliente sobre esta cuestión.
En estos últimos tiempos he tenido que enfrentarme a un desafío personal provocado por un problema de salud. Algunas personas me preguntaron: ¿Qué dice tu mapa sobre eso? Y yo contesté: No logro interpretarlo, pues soy subjetiva y puede que no vea de manera clara los signos del cielo. Es por esa razón, por ejemplo, que un médico raramente opera a un pariente cercano. Hay una especie de barrera que nos impide ‘ver claro’, interpretar las cosas correctamente. En este caso, puedo incluso recurrir a otro profesional en quien confíe. Procurando esclarecer mi problema, he empleado varias herramientas: la espiritual (operación espiritual), la física (fitoterapia), la energética (osteopatía), y finalmente me serví de la oración ¡que a mi modo de ver es tan poderosa como las otras tres juntas! Busqué, además, otro factor importante: la comprensión del mensaje del cielo, o sea, la oportunidad significativa de experimentar e integrar esa nueva experiencia en mi manera de ver las cosas. O sea, he hecho de ese momento crítico una ocasión de reflexión, procurando comprender el origen emocional del problema e intentando entonces eliminarlo de mi psiquis. ¡Muy difícil pero factible!
Como nada sucede por casualidad, me cayó en las manos un libro muy interesante escrito por el fundador del Instituto Francés de Shiatsu – Michael Odoul – que muestra cómo los ‘gritos del cuerpo’ son mensajes de nuestras emociones. El libro me ha ayudado mucho y estoy segura de que ha sido una herramienta más para mi camino de cura. Por esa razón he comprendido que tengo el poder de cambiar las cosas, y que todos podemos revertir las situaciones más difíciles, siempre dentro de un límite determinado. Tal como escribí en el artículo anterior sobre los cuatro elementos, cada uno de nosotros siempre actuará (y reaccionará) dentro de un patrón coherente con su elemento natural. ¡Alguien de agua no reaccionará como alguien de Fuego! Los cuatro elementos considerados por la astrología son los bloques básicos para la construcción de todas las estructuras materiales y todos orgánicos. No obstante, cada uno de nosotros tiene una ‘mezcla’ particular de esos elementos y será esa mezcla, influenciada además por el medioambiente, lo que determinará nuestra forma de actuar y de reaccionar, o sea, determinará nuestras elecciones.
Para nuestra reflexión, esta semana elegí una energía muy especial, que nos guiará en nuestras elecciones, ayudándonos a descifrar el significado emocional de nuestras enfermedades y malestares. Es la energía del 23º Genio Cabalístico, Melahel, cuyo salmo de oración es el 120. Su nombre significa ‘Dios que libra de los males’.
23. Comparte la llama
Orad con fe y pedid fuerza para continuar caminando por la senda del desarrollo espiritual, superando dolencias y dificultades.
¡Una semana llena de Luz!
São Paulo, 18 de Junio de 2009