El respeto está en el pecho.
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/03/2018 10:13:45
Autor Samudra Sajan - [email protected]
Traducción de Teresa
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Cierto día, yo estaba en casa de un amigo que reprendió a su hijo de forma exagerada.
El padre en tono alto y agresivo dijo al niño:
¡Obedece a los mayores, respeta!
Se habla tanto del respeto, pero ¿está realmente bien claro qué es el respeto?
Para un niño, un mensaje como ese, en que claramente se le dice que debe obedecer a todos los adultos, puede ser interpretado de muchas maneras y el pequeño puede confundir respeto con otras muchas cosas.
Y para un niño, todas las personas de más edad que él, a partir de ahora, serán miradas como diferentes, mayores, más listas, inteligentes. El niño creerá que ha de seguir los mismos pasos. Va a copiar.
Primero:
¿Quién ha dicho que para respetar es preciso someterse?
Y ¿quién te ha dicho que edad es sinónimo de sabiduría?
Y, aquellos mayores que son aprovechadores, ¿tendremos que obedecerles sólo por tener más edad?
La profesora pregunta a Juanito:
Juanito ¿qué edad tiene tu padre?
Tiene la misma edad que yo, contesta Juanito.
La profesora, sorprendida, cuestiona la respuesta:
Pero ¿cómo es posible eso?
Juanito contesta:
Bueno, él sólo se ha hecho padre el día en que yo nací.
El respeto es un sentimiento noble, puro, lindo, sin embargo, las más de las veces ha sido usado sólo como palabra muerta, vacía, sin sentido.
El respeto nace en la misma proporción en que se produce el desarrollo de la consciencia.
En algún momento, tú tendrás que ir más allá de todo eso si deseas realmente ser feliz.
En algún momento tendrás que aprender que respetar no es lo mismo que ser sumiso, y que la sabiduría va mucho más allá que llevar libros y bibliotecas enteras en la cabeza.
Enseña a esos pequeñitos todo lo que tú sabes, pero no limites su sabiduría considerando que tú eres mejor que ellos, o que tú sabes más que ellos. Eso no es verdad.
Enséñales el valor de las cosas, principalmente de la integridad, pero no olvides jamás que ellos ya han nacido íntegros.
Un día esos niños tendrán, de hecho, que enfrentarse a todo eso, y un día necesitarán nuevamente volverse hacia dentro, hacia el pecho, hacia el corazón.
Ese día, el respeto ya no será una palabra hueca y vacía que sirve tan sólo a los intereses personales.
Y ese día ellos podrán nuevamente cantar, danzar y saltar. Ese día sentirán nuevamente el placer de ser ellos mismos, auténticos, verdaderos, originales y totalmente libres.
“Cuando florezca el respeto en ti, naturalmente se extenderá a todos los seres vivos. No será un respeto falso, formal, intelectual, muerto, vacío… Se convertirá en expresión natural del ser”.
Samudra Sajan