El saboteador interno
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/09/2010 09:40:20
por Fernanda Lopes de Luzia - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Un guerrero de la Luz advierte que ciertos momentos se repiten. Con frecuencia se ve frente a los mismos problemas y situaciones a que ya se había enfrentado. Entonces se pone deprimido. Empieza a pensar que es incapaz de progresar en la vida, ya que los momentos difíciles están de vuelta. “Ya he pasado por esto”, protesta él a su corazón. “Realmente, ya lo has pasado”, responde el corazón. “Pero nunca lo has ultrapasado”. El guerrero entonces comprende que las experiencias repetidas tienen una única finalidad: enseñarle lo que aún no ha aprendido. Y pasa a buscar una solución diferente para cada lucha repetida – hasta que encuentra la manera de vencerla”.
(Paulo Coelho – del libro Manual del Guerrero de la Luz)
Las lecciones se nos están presentando diariamente, pero resta por saber si estamos listos para aprenderlas y trasmutar sentimientos y actos que son por veces los mayores saboteadores de nuestro éxito.
Hazte estas preguntas. Averigua si has venido alimentando tu “saboteador interno”:
- ¿Te gusta relatar tus dramas personales, empeñarte en enfatizar un problema haciéndolo mayor de lo que es?
- ¿Consideras que relatando los dramas recibes más atención por parte de los que están a tu lado?
- ¿Tienes dificultades para perdonar a personas y acontecimientos del pasado?
- ¿Tienes algo interiormente que te gustaría resolver y que has dejado de lado?
- ¿Confías plenamente en tu intuición y en lo que deseas para ti?
- La opinión de las demás personas ¿viene teniendo mucha influencia sobre tus pasos?
- ¿Realizas actualmente lo que has deseado algún tiempo atrás? Si no lo realizas ¿cuáles son los motivos?
- ¿Te sientes seguro de ti mismo? Y si no ¿cuáles son tus miedos?
¡Todos hacemos elecciones: durante todo el tiempo!
Y la verdad es que nadie decide por ti el destino que vas a dar a tu proyecto. Tu vida puede ser un gran fardo, a causa de las piedras que vienes arrastrando contigo por el camino. Y no te engañes: las piedras que generalmente pesan no son visibles a tus ojos. Por eso las piedras quizá no sean tu marido, tu esposa, tu compañero, tu jefe, tu vecino… Quizá sean tan solo tu juicio sobre las personas y las cosas, tus resentimientos, el valor que otorgas a todo esto.
Al fin y al cabo, tú engrandeces aquello que más alimentas. Por eso hablar es entrar en la energía de las cosas… Hablar durante horas sobre el problema no te ayuda a superarlo, ayuda, sí, a pensar en él y a hacerlo más grande de lo que es. Quizá recibas atención cuando dramatizas algo, pero reflexiona si esa atención no viene siendo una carga para las personas que te ofrecen el estar tanto a tu lado en tus procesos de víctima.
Pregúntate qué es lo que verdaderamente tienes para ganar alimentando lo negativo. Acuérdate, sí, de las veces que las personas permanecen a tu lado, cuando eres simplemente aquello que eres… sin tener que esbozar un personaje, tan solo fluyendo, leve, sonriente y distribuyendo aquello que tienes de mejor.
Recuerda, es en esos momentos cuando tú eres atrayente. Es en esos momentos cuando tú atraes todo cuanto deseas para tu vida. Porque confías en ti. Porque dejas de estar comandado por el miedo y actúas por el amor. ¡Actuar por el amor es no tener que programar qué hacer, es simplemente ser! Ser tú, sin tener que rebajar a nadie para que tú “aparezcas”.
¡Tú puedes darte aquello que esperas que los demás te den! Confía en tu corazón, siente… ¡Confía en el amor que tú eres y distribuyes! Retoma tus proyectos y deseos que han quedado aparcados en cualquier parte del tiempo, revisa tus sueños, dales fuerza… ¡Dite a ti mismo cuánto mereces! ¡Dite a ti mismo que estás a tu lado, pase lo que pase!
¡No seas ya más tu saboteador interno! ¡Tú eres un guerrero de la luz! Usa tus herramientas de paz. Lleva a cabo los cambios trabajando por ellos, ten disciplina para aprender las lecciones que necesitas y no volver a repetirlas.
Todo está en constante evolución. Sigue el curso del río, abre tu corazón y principalmente, ¡sé feliz!
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