El secreto de la paz
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/07/2015 09:17:34
por Leandro José Severgnini - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El Bhagavad-Gita dice: “cualquier cosa que suceda, sucederá para tu bien; lo que está sucediendo, está sucediendo para tu bien; lo que va a suceder, también sucederá para tu bien”.
Textos como ese pueden parecer carentes de sentido para la mayoría humana, pero esto ocurre porque somos dualistas, o sea, para nosotros todo se divide en bueno o malo, bello y feo, tristeza y felicidad, etc., no somos capaces de ver la unidad existente en todas las cosas y, obviamente, eso nos trae angustia, depresión, insatisfacción. Pero la naturaleza de las cosas y del hombre no es dual, es una, lo cual significa que nuestro estado de felicidad o de tristeza está causado por nuestra capacidad o incapacidad de ver las cosas tal como realmente son, y no como nos parece que sean.
Dentro de la escala evolutiva del espíritu, es natural que la conciencia tenga que enfrentar situaciones duales para crecer en experiencia; en otras palabras, el ser necesita conocer la enfermedad para dar valor a la salud; necesita conocer el mal para dar valor al bien. Pero ese estado de distinción de las cosas es viable cuando el espíritu aún se encuentra en los primeros niveles evolutivos, y llega un momento en que es preciso trascender ese estado mental de distinción. Ese estado de trascendencia a que me refiero es un estado de gratitud incondicional. Sentir gratitud incondicional significa que estás lo suficientemente maduro como para agradecer incluso por las cosas “negativas” que te sucedan; pero esto sólo es posible si comprendemos el pasaje del Bhagavad-Gita.
Cuando el Gita dice que “cualquier cosa que suceda, sucederá para tu bien”, nos pide ensanchar nuestra perspectiva y que pasemos a comprender la sabiduría de la vida. Las cosas no son positivas ni negativas, ellas pasan a ser aquello que hemos proyectado para ellas, pero la naturaleza esencial de las cosas es absolutamente neutra. Una enfermedad, por ejemplo, no es algo malo – incluso me atrevo a decir que es algo muy positivo, pues por medio de ella nuestro espíritu saldrá depurado, con más experiencia y con un conocimiento que no hubiéramos adquirido de otra forma. Por eso el Gita enseña que “cualquier cosa que suceda, sucederá para tu bien”. Pero para comprender la profundidad de esto, es preciso eliminar la visión restricta que nos hace creer que la vida se reduce al estado material que conocemos – está claro que no es así; lo cierto es que el estado mental es una mínima porción de la vida en sí, y si no estamos listos para comprender eso, obviamente tampoco estamos en condiciones de juzgar si las situaciones son buenas o malas.
La palabra-clave es aceptación, y el secreto de la paz interior es no oponer resistencia emocional a ninguna situación, pues suceda lo que sucediere, siempre saldremos más fuertes, más instruidos y con la consciencia más expandida. Somos absolutamente libres para que nos gusten o no las cosas que nos lleguen a suceder, pero hemos de tener la plena consciencia de que la vida es mucho más sabia que nosotros y si algo nos fue dado por la existencia, es porque eso exactamente es lo que necesitamos para evolucionar. Vamos a comprender que estar en paz no es estar libres de dolores, sino la sublime capacidad de sentir gratitud tanto por el placer como por el dolor, a fin de cuentas, ambos son necesarios para nuestro crecimiento.
