El Tao que Cura
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/07/2014 12:05:05
por Nadya Prem - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida cotidiana está repleta de adversidades. Conflictos familiares, amorosos, profesionales, dolencias del cuerpo y de la mente.
¿Habrá forma de alejar o mitigar las dificultades de la vida y sus momentos difíciles?
¿Podemos vivir con más salud, evitar y tratar con más eficacia los desequilibrios?
Puede que digas que es muy difícil o imposible, pero, difícil e imposible ¿para quién?
¿Cuál es tu realidad, tu aprendizaje?
La realidad de cada uno es subjetiva y depende de la interpretación particular que hacemos de nosotros mismos y del mundo a nuestro alrededor.
Entre tú y la vida presente, están los pensamientos que se superponen e interfieren en la experiencia del aquí y ahora. La mente se ocupa con el pasado y el futuro. Ansiedades, expectativas, rememorando antiguas desilusiones, miedo al porvenir, traumas del pasado, identificación.
Así dejamos de vivir el momento, porque permanecemos presos a la mente inferior. Ella rotula personas y acontecimientos presentes basándose en sus memorias pasadas, que resultan en un sistema de creencias. Ese sistema autómata conduce nuestra vida, presentándonos una falsa realidad o una visión parcial.
Todas nuestras sensaciones pasan por el cribo de la mente antes de alcanzar nuestra consciencia.
Tenemos que aprender a salir de ese esquema mental que nos lleva al sufrimiento.
El Tao, término chino que significa ‘el camino’, es el estado del ser que vivencia el presente más allá de la mente, convirtiéndonos en observadores y haciendo posible una nueva experiencia.
Aquietando la mente nos conectamos con nuestra esencia, que contiene el equilibrio natural y nos proporciona la completitud.
El Observador no interfiere en el fluir de la vida y de sus energías complementarias yin y yang.
Con ello entramos en contacto con la energía sanadora y equilibrada de la Naturaleza, capaz de convertir la enfermedad en salud, las dificultades en oportunidades. Sin juzgamientos, sin expectativas y por tanto sin frustraciones ni sufrimientos anticipados. El Observador se hace uno con el Todo.
Los desequilibrios se consideran manifestaciones del ego, que identifica, clasifica y codifica todas las cosas.
Esto no significa que tendremos que dejar de pensar o que ya no viviremos el ego. No obstante, podemos trascender y ensanchar nuestra consciencia, poniéndonos a disposición para vivenciar el presente sin esfuerzo o pretensiones, vaciando en lo posible la mente.
Más allá de la mente egoísta encontraremos el Tao.
El Taoísmo, filosofía china que integra el ser a su esencia natural y espiritual, propone al hombre vivir en conformidad con el fluir de su existencia.
Lao Tsé, sabio chino, autor de la obra taoísta, el Tao Te Ching, aporta la enseñanza de que el Tao no tiene identidad, no pertenece al ego y no puede ser racionalizado.
Para recorrer el camino del Tao tenemos que dejar fluir nuestra energía en interacción con la Naturaleza. No interferir en el proceso armónico que hay en esa unificación.
El secreto es que no debemos forzar una flor a abrirse antes de tiempo.
El principio taoísta wu wei corresponde a un modo de ser en el cual nos colocamos presentes sin interferir en el aquí y ahora.
Wu wei significa no acción, en el sentido de la mente inferior, ansiosa, depresiva, egoica.
Estar en contacto con la vida, con la Naturaleza y con el otro sin segundas intenciones, Wu wei wu, actuar sin actuar.
En mis consultas utilizo las prácticas del milenario conocimiento oriental taoísta.
En las técnicas de la MTC – Medicina Tradicional China – el concepto wu wei es vivenciado por el terapeuta en la condición de intermediario, como un bambú hueco.
La energía fluye por él y toca al paciente, imponiendo la armonía natural al cuerpo energético del enfermo.
El terapeuta no debe tener ninguna intención de curar. Él solamente presencia, en estado contemplativo y meditativo, más allá de su ego, en estado de trance transpersonal.
De la misma forma sólo ruego al paciente que esté receptivo, presente y dispuesto a acoger la energía que fluye en aquel momento, sin juzgamientos.
Después de la sesión, el recogimiento necesario se verifica naturalmente. El cliente percibirá aflorar todos los pensamientos y emociones que hasta entonces han estado reprimidos, estancados, y que a partir de ese instante son liberados, dando espacio a lo nuevo.
La solución de nuestros problemas existenciales, sean cuales fueren, dependen de una sabiduría que va más allá de la racionalización, de encuentro al Tao.
No hay necesidad de luchar ni de agotar tus energías en algo que está más allá de tu control. ¡Entrégate y deja fluir!
¡Namasté!
Las prácticas de la MTC están indicadas para el tratamiento de trastornos psicológicos y enfermedades físicas.