El valor de ser un solitario
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 09/02/2015 09:32:44
por Leandro José Severgnini - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cada individuo tiene su propia vida, sus quehaceres, su rutina y su búsqueda de lo material. Esta búsqueda, por más conturbada y problemática que sea, trae relativa sensación de seguridad al individuo. Y es que las conquistas materiales son tangibles y – aunque pasajeras – dan la sensación de que, al menos, se está conquistando algo. ¿Y la búsqueda espiritual? ¿Y las adquisiciones espirituales? Esas, por no ser de orden material, satisfacen tan sólo a los más intuitivos que comprenden que este es el único tesoro que no se corroe. Sin embargo, la posibilidad de encontrar a alguien que entienda esto y que esté al mismo nivel de búsqueda que tú, es extremadamente remota. Y no es raro que, cuando el individuo percibe que ha encontrado su camino, intente imponer el mismo camino a quienes lo rodean. ¡Grave error! La búsqueda es individual. La evolución no nos permite llevar a nadie en autoestop. No es así como funciona la evolución. ¡Yo busco, yo evoluciono! ¡Tú buscas, tú evolucionas!
Pero no hay motivos para deprimirse. El hecho de que haya llegado tu momento de despertar ya debería ser motivo suficiente para celebrar, festejar y comprometerte en atrapar esta posibilidad con todos los dedos. Comprende que si a ti te ha llegado tu momento, a cada uno le habrá de llegar el suyo, pero es preciso respetar, para que el momento de aquellos que nos son queridos llegue a su hora y con toda la naturalidad posible. Forzar el despertar de alguien puede ser perjudicial y retardar su progreso. Es extremadamente natural que los cercanos a ti se irriten y no aprueben tus cambios, pero no es elogiable ni natural que tú te rebeles contra su rebelión. ¿Quién busca la iluminación: tú o ellos? Entonces la comprensión debe partir de ti, pues eres tú quien está intentando desvencijarse del ego.
Comprende esto: el ego es extremadamente conservador, por tanto, aparte de conservarse a sí mismo, teme por los otros egos que le rodean. Pero limítate a comprenderlos amorosa y compasivamente. Y por favor, continúa amándoles y no interfieras en el modo de ser de aquellos que no aceptan cambios. Si quieres enseñar algo, hazlo únicamente con tu ejemplo. Y si tienes que ser solitario, entonces sé solitario. Recuerda que tus cambios alejarán únicamente a aquellos que no podrán acrecentar nada a tu nueva fase. Los que te aman de verdad, seguirán cercanos a ti.
Habrás de ver, asimismo, que si te agarras con fidelidad a tu búsqueda, ya no podrás mantener los viejos hábitos. Ya no habrá más espacio ni interés por tu parte, pues el antiguo modo de ser ya no es compatible con tu búsqueda. ¿Qué te ayudará más: un botellín de cerveza, o un libro? ¿Una noche de fiesta y agitación, o silencio y reflexión? ¿Los ambientes donde el sonido es alto, o la paz de la naturaleza? Lo trivial y fácil, o la difícil búsqueda de la iluminación? Acuérdate de que seguir a las multitudes, hacer lo mismo que hace la mayoría, puede ser peligroso o, cuando menos frustrante, pues la iluminación sólo sobreviene a individuos, jamás a las multitudes.
Y, para finalizar, refuerzo que nuestros discursos no tienen el poder de hacer cambiar a nadie. Ni siquiera Jesús logró producir grandes cambios en Judas. Lo único que hace a una conciencia cambiar son sus experiencias. Si algo te ha ocurrido, que hace vibrar en ti el deseo de cambiar y de continuar en la búsqueda de ti mismo, entonces sigue ese anhelo. Puedo afirmar que este es el único anhelo que viene del Yo Cósmico, todos los demás son generados por el ego y, éste, ya no tiene nada que pueda interesarte...