El Yo Real: Más allá de las apariencias
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 23/08/2010 11:49:22
Traducción de Teresa - [email protected]
Tú que has bajado a la Tierra para una nueva experiencia en el cuerpo, jamás has dejado de ser un ciudadano del universo. Tu verdadera naturaleza no es de este o de aquel lugar, sino del infinito. Tu casa está en el corazón del Todo y todo lo que vive es tu prójimo.
Puedes recordar muchas vidas, en diversos lugares, no obstante tú eres una consciencia espiritual, que no nace ni muere, solo entra y sale de los cuerpos perecederos.
Tienes cara de gente, pero tu rostro espiritual tiene la cara de la luz.
Tú acuestas el cuerpo físico en el lecho, diariamente, pero no permaneces dentro de él, aunque ni siquiera tengas conocimiento de ello. Mientras la naturaleza hace su trabajo de regeneración del vehículo denso, tú, el yo real, te desprendes para fuera de él y viajas con el cuerpo sutil por los planos extra-físicos, te encuentras con tus amigos astrales y llevas a cabo actividades de estudio y trabajo, en aquellas moradas allende la Tierra. Y, cuando regresas al cuerpo, ni siquiera te acuerdas de eso.
Sin embargo, dentro o fuera del cuerpo, eres tú mismo todo el tiempo.
Cuando rememoras vivencias de otras vidas en la carne, esto aún es un evento menor. A decir verdad, lo que de veras necesitas recordar es algo más, aparte de los recuerdos de vidas pasadas – muchas veces llenas de condicionamientos limitadores y cosas mal resueltas. Necesitas acordarte de las ciudades astrales y de los sitios extra-físicos, para percibir que has venido de otros planos y que eres un SER DE LUZ, un viajero eterno, y que nada puede limitar tu progreso o condicionarte a este o aquel cuerpo – a aquella vida o situación específica.
Llevas el fuego estelar en tu pecho. No eres blanco, negro, amarillo o cobrizo.
¡Eres de la raza de la LUZ! Eres par con las estrellas, siempre lo has sido…
En este momento, te hospedas en un cuerpo denso prestado por la Madre Tierra. Entonces, agradécele la oportunidad de aprender algo bueno mientras estás en la carne. Y trata correctamente al vehículo de arcilla que Ella te ha prestado. Ten respeto y admiración por él, que te recibe y te ayuda en tu evolución. No obstante, jamás olvides tu verdadera naturaleza espiritual.
Mantén los pies en el suelo, pero permanece ligado a lo Alto, de donde provienen tus mejores inspiraciones. Respeta el camino terrestre por donde fueres, pero no pierdas el brillo estelar de tus ojos, ni dejes que las cosas del mundo bloqueen tu luz.
Al igual que el barco puede entrar en el río, pero el río no puede entrar en él – pues se hundiría –, entra en el mundo, pero no dejes que las cosas del mundo hundan tu barco espiritual y ahoguen tu lucidez. Vive lo que tenga que ser vivido, pero sin perder por ello el discernimiento ni la luz del espíritu.
Tú eres más de lo que imaginas. Y, si concentras mejor tu atención, desbloquearás muchos de tus potenciales adormecidos. ¡Si te decides a mejorar, mejorarás!
Pero nada se hace de la noche para el día. Todo demanda esfuerzo y paciencia, y la ansiedad por cualquier resultado a corto plazo, ciertamente envenenará tus mejores propósitos. Tan solo estudia y trabaja de la mejor manera posible, sin preocupaciones por los resultados, sin condiciones. Tu esfuerzo correcto te llevará a poner atención en algo más, en la vida y en ti mismo. Y eso es un tipo de mejoría.
Tú eres un ciudadano del universo. Siempre lo has sido y siempre lo serás…
¡Recuerda eso!
Paz y Luz.
