ELEGIR CONSCIENTEMENTE
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/10/2012 12:31:09
por Márian - Marta Magalhães - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
"Pito, pito, colorito... dónde vas tú tan bonito...”
Quién nos diera poder tomar nuestras decisiones sencillamente así, como un juego de niños… Lo cierto es que tenemos grandes dificultades para tomar nuestras decisiones, estamos siempre en duda entre el quiero y el no quiero, entre el puedo y el no puedo, será fácil o será difícil, en una eterna indecisión entre una cosa u otra.
Durante nuestra vida siempre estamos frente a frente con cuestiones en que es preciso decidir qué es lo mejor que podemos hacer; a menudo nos sentimos como en un callejón sin salida, y por más que pensemos no somos capaces de determinar la mejor opción.
Y ¿por qué será que tenemos tantas dificultades para tomar decisiones y definir los próximos pasos a dar?
Bueno, se puede decir que la mayoría de las veces se debe a que aún no tenemos una visión clara de la situación y también porque nos dan miedo las consecuencias que seguramente nuestra decisión tendrá. Aquí vale recordar la ley del Karma, ley infalible que cuida de que el Universo mantenga el equilibrio y continúe su proceso inexorable de evolución. Esa Ley Universal equivale a la tercera ley de Newton, o Principio de Acción y Reacción, que dice: “Para toda acción hay siempre una reacción opuesta y de igual intensidad”, por tanto, todas nuestras decisiones siempre dan lugar a consecuencias positivas o negativas, evolutivas o involutivas.
Sabemos que tenemos el libre albedrío, la libertad de elegir, pero por desgracia estamos sometidos a creencias y prejuicios, anhelos y aversiones, que acaban por confundirnos, dificultando nuestras elecciones. Esto solo hace alejarnos de nuestro verdadero Yo, ese que verdaderamente está conectado al Todo y que posee el discernimiento adecuado para elegir intuitiva y sabiamente. Por lo regular, ocurre que los patrones establecidos por el sistema y por la sociedad entran en conflicto con lo que de verdad queremos, haciendo brotar dudas y más dudas en nuestra mente, creando un torbellino de pensamientos oscuros y llenos de miedo. Sí, nos dan miedo los cambios y las probables pérdidas.
Para elegir de forma consciente y evolutiva es preciso estar entregados a la Voluntad Divina con fe inquebrantable en el Plan Mayor. Nuestra mente ha de estar calma y serena, libre de pensamientos obsesivos y renitentes, pues solo así podremos alcanzar el discernimiento necesario para tomar decisiones acertadas. Solo con discernimiento podemos distinguir la verdad de la ilusión, percibir lo efímero de la materia y el importante valor de los principios espirituales. El discernimiento es el fruto de nuestra unión con el Todo, es la palabra del corazón que nos indica siempre el camino de la Luz.
Algunos parámetros espirituales pueden ayudarnos a elegir acertadamente. Lo primero es que debemos optar siempre por elegir lo amoroso, lo unificador, lo altruista. Es preciso observar la situación con imparcialidad, sin enfocarnos únicamente en nuestra persona, intentando verificar si las consecuencias serán positivas no solo para nosotros, sino además para todos los afectados por la cuestión. Otro punto es que no debemos perder de vista nuestro objetivo como seres espirituales, tenemos que estar siempre enfocados en nuestro objetivo de ser Luz y de ser fieles al Amor Divino, preguntándonos siempre si nuestra elección nos llevará a evolucionar.
Aparte, es preciso tener mucha calma, aguardando el tiempo necesario para que las dudas se desvanezcan y se pueda mirar solo con el corazón, dejando de lado los sentimientos egoístas y limitadores, así como los prejuicios.
Aconsejamos siempre la práctica de la meditación, pues ayuda a alcanzar una perspectiva amplia y profunda de las cuestiones de la vida, aparte de serenar la mente y equilibrar las emociones. El ejercicio de la meditación nos conecta a la Gran Conciencia Cósmica, fuente de toda sabiduría y libertad, capacitándonos con el discernimiento necesario para enfrentarnos a todas las probaciones que se nos presenten.
Amor siempre Amor,
Márian