En el Ojo del Huracán
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 20/03/2010 08:37:17
por Maria Cristina - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Hay momentos en la vida en que llevamos la agenda llena, cuando el tiempo parece no alcanzar para todo lo que tenemos que hacer en ese día. Vamos agobiados, de un compromiso a otro, buscando hacer lo mejor, esperando que todo salga bien y que, al final, el balance de los aciertos sea mayor que el de los errores. Hay otras fases en que el tiempo libre aumenta de tamaño y nos ponemos a meditar con más constancia, tenemos ocasión de acordarnos de amigos a quienes ya no encontramos, de momentos que ya se han ido, alegres o tristes, en fin, son como pausas que la vida nos ofrece, quizá para que concertemos el paso, teniendo más seguridad sobre para dónde queremos ir.
De cualquier modo, andando con más prisa, o con más tranquilidad, continuamos siendo quienes somos, en busca de hacer lo mejor en todas las ocasiones, siempre dando y recibiendo, pudiendo controlar muy poco lo que nos pasa en los caminos por donde andamos…
Como en torno a nosotros todo está en constante mutación, siendo las variables infinitas y desconocidas, necesitamos apoyarnos en nosotros mismos, en nuestra esencia, o nos perderemos en este remolino que nos rodea a todo instante… Hoy tenemos una serie de amigos, familiares, amores, que nos ayudan a vivir con el cariño que nos dan, pero, de repente, esto puede cambiar. Uno que viaja y se despide de nosotros, otro parte para la patria celeste y nos deja añoranzas, aquel vecino que nos sonreía siempre al encontrarnos ya se ha mudado a otra dirección… En fin, la vida tiene una dinámica cada día más rápida y nos afecta de formas variadas. Si no cultivamos ese contacto profundo con nosotros mismos, ¿cómo quedaremos, cada vez que se produzca un cambio?
Continuamos siendo… Aunque estemos en una nueva dirección, tengamos un cuerpo más viejo, sin los mismos amigos, con menos ocupación. Tenemos que percibir que en nuestra esencia no hubo cambios y que podemos contar con esta presencia siempre, aunque todo se vuelva patas arriba, o se ponga oscuro y triste… La Vida en nosotros es eterna, las circunstancias de nuestra vida actual son lo que varía y cambia a todo instante.
Luego ¿por qué no aprovechar las pausas que tengamos, para conectarnos internamente, estrechando y fortaleciendo este lazo vital con quienes somos? Este es un encuentro sin palabras, silencioso, que puede ser mucho más sentido que explicado racionalmente. Pero reconforta, nos fortalece y nos colma de un Amor de calidad única, que nada pide a cambio.
Estamos viviendo momentos planetarios de cambios drásticos que llegan sin aviso y, que, tal como advertimos por los noticieros, transforman radicalmente la vida de muchos, en segundos. Siento que es preciso fortalecernos internamente, para que estemos en el ojo del huracán, donde la calma reina, siempre que él se acerque, sea a través de catástrofes ambientales, sea en forma de momentos de mucha confusión emocional, o de mucho dolor.
La vida no se acaba jamás y, allá donde estemos, seremos quienes verdaderamente somos, variando tan solo las circunstancias externas… ¿No os parece, entonces, que nuestra primera misión es la de cuidar de nuestra casa interior?
Nuestra mente y nuestras emociones tienen que ser controladas y serenadas a partir de ese Centro de Luz que existe en nosotros.
De esta forma, lograremos fluir con los acontecimientos, sin sentirnos destruidos por ellos cada vez que nos traigan cambios que alteren nuestros caminos.
Ya que hemos conseguido llegar hasta aquí, a través de los tiempos, pienso que estamos preparados para ello.