En la punta de los dedos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:25
por Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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"Para eso fuimos hechos:
Para recordar y ser recordados
Para llorar y hacer llorar
Para enterrar a nuestros muertos.
Por eso tenemos brazos largos para los adioses
Manos para coger lo que fue dado
Dedos para cavar la tierra..."
(Vinícius de Moraes)
Con la punta de los dedos, se alza la jarra con la cerveza fría que aplaca la sed y brinda por la amistad.
Con la punta de los dedos, se empuña el tenedor con el alimento que nutre y sustenta.
Con la punta de los dedos, se asientan los bloques de hormigón, rellenos con el mortero de cemento y arena, se edifican casas, escuelas, hospitales y catedrales.
Con la punta de los dedos, se pulsan teclas y cuerdas de instrumentos que producen no sólo música, sino fiesta, alegría, paz y armonía.
Con la punta de los dedos, se maneja el cordel que sube la cometa del niño, y la hace ganar, impulsada por el viento, la libertad de la amplitud.
Con la punta de los dedos, se mueven las fichas del juego de damas, ajedrez o dominó, o también las cartas de la baraja que llenan el tiempo de muchos de la tercera edad en las plazas y parques públicos.
Con la punta de los dedos, se sujeta el mango del azadón que labra el suelo, y lo remueve, y lo cultiva y lo hace florecer.
Con la punta de los dedos, se presiona la frente en los instantes de preocupación, se acarician los cabellos en los momentos de seducción, se atusa la perilla en los momentos de introspección.
Con la punta de los dedos se cuenta el dinero recibido, pero también se hojean las facturas a pagar.
Con la punta de los dedos, se pulsan las teclas del teléfono, tanto de los servicios de emergencia, como de un amigo geográficamente lejano, o de un amor alejado por la lentitud de las horas.
Con la punta de los dedos, se afrenta y se lastima al otro, por medio de un índice en ristre que señala, que indica, que obliga, que impone una jerarquía.
Con la punta de los dedos, se define electrónicamente una elección y quienes van a disponer del dinero público y del poder al cabo de cuatro años.
Con la punta de los dedos, se denuncian los propósitos de los hombres, desde las huellas dactilares de los criminales al calor erótico de los amantes.
Con la punta de los dedos, se conoce la sentencia del juez que absuelve o condena, determinando el futuro del reo.
Con la punta de los dedos, trabaja el médico, que maneja el bisturí, que cubre las recetas, que salva vidas.
Con la punta de los dedos, el profesor empuña la tiza, instruyendo a sus alumnos, sedimentando el futuro de la nación.
Con la punta de los dedos, se revela el artista que monta el caballete, y pincela, y pinta, y retrata, y firma, y emociona.
Con la punta de los dedos, el escritor dentro de cada uno de nosotros produce las cartas de amor, los textos de investigación, los artículos reflexivos, el extremar de corazones y mentes.
Con la punta de los dedos, se masajean los hombros, la espalda y todo el cuerpo, induciendo al relax o a la excitación, según sea su propósito.
En la punta de los dedos vive el mundo. Dedos que acarician la piel, dedos que alivian el picor, dedos que enjugan las lágrimas, dedos que entonan plegarias, dedos que despiertan los sentimientos. Dedos que callan y que conmueven.
