En lo alto de la montaña, en la Luz de la Presencia 3
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 16/11/2009 18:38:42
Traducción de Teresa - [email protected]
El poeta cantó la gloria de los viejos días...
Pero solamente las montañas lo escucharon.
Porque los hombres estaban sordos de egoísmo.
Y sus mentes estaban envueltas en nubes de arrogancia.
Aún así, él cantó y abrió su corazón.
Porque sabía que los espíritus de las brumas recogerían su canción.
Y, un día, en el momento oportuno, ellos la revelarían a un corazón justo.
Entonces, él cantó y ofreció su canción a la Presencia.
El tiempo pasó y el poeta regresó al Cielo.
Estaba contento, porque los ((Devas – del sánscrito – divinidades; seres celestes; ángeles)) devas(*) conocían su canción.
Y las estrellas lo agasajaron en la luz, tiernamente...
Dicen los espíritus que las montañas hasta hoy lo recuerdan.
Y, a veces, lloran de nostalgia, pues su canción está en ellas.
Hoy, en las luces del mundo moderno, yo escuché una llamada sutil.
Algo secreto vino muy dentro de mi corazón, y me susurró, espiritualmente:
Escribe la canción de los viejos días y habla de la gloria que habita el corazón del hombre.
Los hombres aún están sordos de egoísmo y arrogancia.
Por eso, el dolor los visita constantemente, y ellos pagan el precio de sus ilusiones.
Lloran sus pérdidas, pero no lloran por la pérdida de la luz de sus corazones.
El tiempo pasa y los hombres continúan sin la canción real, ebrios y perdidos.
El poeta cantó con alma, y los espíritus registraron la luz de su momento.
Las montañas lo oyeron y lloraron, porque el amor estaba en el aire...
Y, hasta hoy, ellas lloran... Y algunos corazones sienten una llamada secreta.
Sí, algunos corazones iniciados en la Luz, que no se dejan llevar por las luces del mundo.
Y que oran en silencio, porque escuchan una canción sutil, llena de gloria.
El mundo no lo sabe, pero ellos sienten, incluso a distancia. Algo los une, en espíritu.
Y la fuerza de las montañas surge dentro de ellos, ayudándoles en sus jornadas.
Y una nueva energía viaja por sus ( (del sánscrito – son los centros de fuerza situados en el cuerpo energético, que tienen como función principal la absorción de energía – prana – chi – del medio ambiente para el interior del campo energético y del cuerpo físico. Además, sirven de puente energético entre el cuerpo espiritual y el cuerpo físico. Los principales chakras son siete – conectados con las siete glándulas que componen el sistema endocrino: coronario, frontal, laríngeo, cardíaco, umbilical, sexual y básico)) chakras(*), en nombre de la Presencia.
Porque los espíritus de las brumas han guardado la canción llena de gloria...
Y ahora, finalmente la han revelado, y las montañas han sonreído nuevamente.
Y ella estaba dentro de los corazones sensibles al Amor y a la armonía de las esferas.
Ella siempre ha estado guardada en ellos, muy lejos del vacío existencial y de la embriaguez.
El poeta ya lo sabía; por eso cantó con alma. Y abrió su corazón...
Porque sentía un Gran Amor en todas las cosas; porque él amaba también.
Ah, las montañas lo veneraron... Y él ahora vive contento, allá en la Casa de las Estrellas.
Y, desde allí, ríe, pues sabe que algunos corazones ya no están tan sordos.
El dolor partió el egoísmo de muchos; y, ahora, ya no están bebidos.
¡Ah, la canción llena de gloria nunca fue de tiempo alguno! Siempre ha existido.
Sí, ella siempre ha viajado dentro de los corazones ligados a la Luz del Espíritu.
Y, a veces, algún poeta la reconocía y cantaba para las montañas.
Y, en los días de hoy, algunos aún cantan para ellas, en sus corazones.
El mundo no ve y no escucha lo que es real, pero, aún así, ellos cantan.
Porque saben que otros también sienten la misma llamada secreta.
Porque se siente, de alguna manera, en espíritu y verdad.
Ellos saben. Ellos cantan. Y se encantan... Mientras tanto, las montañas ríen, en algún lugar.
Sí, en sus corazones, ellos reconocen al poeta y a la gloria, y se inspiran en la Luz.
En el Amor.
Por la Presencia*
Paz y Luz.
Wagner Borges – con el corazón lleno de gratitud y alegría, escuchando una canción sutil, y transmitiéndola, aquí y ahora, como debe ser.
Nota: La Presencia – metáfora celta para el Todo que está en todo. Cuando los antiguos iniciados celtas admiraban los momentos mágicos del alba y del crepúsculo, solían decir: ¡Esto es un asombro! Y así era con todas las cosas consideradas como manifestaciones grandiosas de la Naturaleza y del ser humano. Ver el brillo de los ojos de la persona amada, la belleza plácida de la luna, la alegría de la sonrisa del hijo, o el abrir de una flor eran acontecimientos maravillosos. Entonces, ellos osaban escuchar a los espíritus de las brumas, que les enseñaron a valorar el Don de la vida y a percibir la pulsación de una PRESENCIA en todo. A partir de ahí, ellos pasaron a referirse al TODO QUE ESTÁ EN TODO como a la PRESENCIA que anima la Naturaleza y los seres. Si la luz de la vida era un asombro de grandiosidad, mayor aún era la maravilla de la PRESENCIA que generaba esa grandiosidad. ¡Percibir esa PRESENCIA en todo era un asombro! Y saber que el sol, la luna, el ser amado, los hijos, las flores y la Naturaleza eran expresiones maravillosas de esa totalidad, llevaba a los iniciados de aquel contexto antiguo de Europa a decir: ¡Qué asombro!
Hoy, inspirado por los amigos invisibles celtas, dejo registrado aquí en estos escritos el tierno asombro que siento al meditar en la PRESENCIA que está en todo. Y recuerdo las enseñanzas herméticas inspiradas en el sabio estelar Hermes Trismegisto, que decía en el antiguo Egipto: ¡EL TODO está en todo! Lo Inefable es invisible para los ojos de la carne, pero es visible para la inteligencia y el corazón. El TODO o LA PRESENCIA, es igual el nombre que se le dé. Lo que de veras importa es la grandiosidad de meditar en ello; esa misma grandiosidad de pensar en los infinitos soles y en las miríadas de seres esparcidos por la vastedad interdimensional del Multiverso, y de maravillarnos al percibirnos cómo una pequeña partícula energética consciente e integrante de esa totalidad, y poder decir de corazón: ¡Caramba, qué asombro!