¿En qué depende de nosotros que nos vaya bien la vida?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/01/2011 11:13:24
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cómo me gustaría afirmar que este año todo va a ir bien.
Juro que tendría el mayor placer en decir eso y creer que de veras va a ser así, pero, desgraciadamente, no conocemos todas las reglas del juego. Y el ir bien o ir mal son relativos.
Forma parte de nuestra andadura el que un día las cosas vayan bien y otros días la vida nos presente desafíos. Por otra parte, eso es lo que nos incentiva a continuar caminando. Este año, bajo la regencia de Mercurio, los cambios serán todavía más acelerados y llenos de desafíos, pero no es preciso observarlos como un fardo, ni ponernos a imaginar que los desafíos son malos. Considero que es preciso espantar de nosotros el deseo de establecer un orden duro, rígido, pesado y absoluto. Hemos de aprender esa flexibilidad con Mercurio y sus alitas en los pies, y ser más leves subiéndonos al carro de ese impulso transformador a fin de dar libertad a Dios para actuar en nuestra vida. Aceptar los cambios es parte importante de la conquista de la felicidad.
Mirando el número dos de este milenio, vamos a entrar en sintonía con la energía preponderante del Arcano "La sacerdotisa", que implica saber lidiar con un mundo sutil de sueños, planes, deseos, gestación de ideas. Por cierto, todo lo que está haciendo nuestra humanidad. ¿Te has fijado en cómo están surgiendo tantas cosas nuevas en estos últimos tiempos? ¿Con cuántas novedades nos estamos deparando constantemente? ¿Principalmente en el mundo tecnológico?
Parece increíble pensar que hace diez años habíamos apenas empezado a usar el ordenador personal, Internet y el teléfono móvil. Estábamos en pañales en una tecnología que hoy forma parte de la vida de todas las personas, de todos los estratos sociales. Hemos estado durante años presos al cine y a la televisión, creando "estrellas" y referencias estables que acompañaron la adolescencia y juventud de nuestros padres, mientras que hoy a nosotros y a nuestros hijos se nos invita a aceptar nuevos ídolos, nuevos sueños, cada día que pasa.
Confieso que siento cierta dificultad en asimilar esos cambios y quizá incluso tenga una forma antigua de contemplar las cosas cuando afirmo que necesito estabilidad. Sin embargo, la fe no depende de esas referencias externas, por el contrario, depende de nosotros, de nuestro contacto con lo divino y con el mundo espiritual. La fe nace de nuestro contacto interior, de la fuerza del corazón y de las consiguientes actitudes e interacciones con el mundo de nuestro entorno. La fe se estimula cada día.
La rapidez origina mucha incertidumbre, miedos y conflictos. ¿En qué, a fin de cuentas, habremos de sostenernos y apoyarnos, bajo esa influencia mercuriana? ¿Ya que Mercurio también es el regente de la inteligencia que por sí sola no se sostiene?
A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente talentosa, llena de recursos intelectuales, pero carente de fuerza interior para concretizar planes, y llevando una vida infeliz. Esto me lleva a pensar que la vida nueva para el año nuevo depende de nosotros, de nuestra fuerza interior de concretar el bien basándonos en mirar, observar, aceptar y aprender a lidiar con lo que tenemos.
Un día, charlando con un cliente sobre la fe y la fuerza de realización, comenté que la fe sin obras es muerta. Y ahora lo complemento diciendo que la fe necesita flexibilidad y aceptación de los cambios.
¡Amigo lector, he de confesar que ese es un test para mí, y que tengo mucha necesidad de practicar el mantra: "Entrego, confío, acepto y agradezco"!
Ruego a Dios que sea muy generoso y paciente con todos nosotros, porque a veces pedimos muchas cosas, e incluso las recibimos, pero, sin paciencia ¿cómo ver el bien en todo lo que nos sucede?
Así, amado Dios, si en este momento estás en mí y en cada una de las personas que están leyendo mi texto, pido con el corazón abierto: Paciencia con nosotros, con nuestros ruegos, con nuestros miedos, con nuestros deseos mimados.
Tengo fe en que alcanzaremos un estado de mayor luz y comprensión de Sus pasos, y en que finalmente alcancemos la paz de aceptar Sus designios con alegría y optimismo.