Encuentra tu Don y vive intensamente
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/10/2011 09:52:00
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuanto más viva sea la impresión, mayores serán las oportunidades de lanzarte a tus sueños, a tus objetivos relacionados con tu “don” y, naturalmente, vivirás intensamente y con mucha más satisfacción.
La intensidad de esa impresión depende, al mismo tiempo, de elementos de orden objetivo y de elementos de orden personal, de las situaciones a que te llevará la vida, guiándote siempre hacia tu “don”. Si eligieses algo fuera de tu “don” podrías llegar a ser rico en las finanzas, pero estarías condenado a la tristeza por no satisfacer los deseos personales del alma.
El objetivo principal de la vida es vivirla con amor e intensamente, buscando la satisfacción del alma. A veces, cosas pequeñas pueden dejar un recuerdo, porque ella también está ligada a emociones y a satisfacciones. En este momento, el “don” proporciona el contacto entre el contentamiento y tú.
A menudo los signos de tu “don” aparecen durante la infancia, aunque solo lleguen a despertarse más tarde, porque en aquel entonces estaban sujetos a complejos afectivos. En esos casos, es posible que te haya movido el temor a los deseos de los mayores. Sin embargo, más tarde y con más libertad, estos y otros signos volverán para acoplarte con tu “don”. Es preciso mantenerte conectado, fijar el interés y la atención, es decir, la relación entre la experiencia y la intuición, la orientación profunda del alma.
Archivamos lo que nos interesa y lo que se conforma a nuestras preocupaciones del momento o a las más esenciales de nuestro deseo, de nuestra profesión. El artista decorador retendrá determinado cartel que ha percibido, que quizá el común de los mortales apenas verá. Repetidamente tenemos tendencias livianas que favorecen o desfavorecen el descubrimiento del “don”.
La meditación puede revelar la personalidad profunda, analizando los recuerdos. Intenta saber cuál es tu “don” y sigue las indicaciones de los deseos del alma para vivir una vida intensa y satisfactoria. Con la meditación vas a saber cuál es el papel de la atención en la fijación del objetivo. Hágase que una persona lea una serie de veinticinco palabras en tres segundos: si está atenta, al cabo de un determinado lapso de tiempo, repetirá veintiuna o veintidós correctamente. Si ejecuta un movimiento, si pronuncia un sonido mientras lee, la distracción hará reducir el número de las palabras recordadas. El interés y la atención influyen, pues, directamente sobre la fijación. Bien, mirándolo desde este ángulo, no se puede vivir distraído, para no perder las oportunidades de descubrir y después perfeccionar, cada día más, nuestro verdadero “don”.
El vínculo natural entre los elementos de la concentración y tu “don” habrá de aportar un mayor placer a tu vida, con toda seguridad. Al fin, una extensa alianza de acontecimientos fácilmente serán archivados y, naturalmente, ligados entre sí. Es privilegio de quienes son organizados la facilidad de fijarse en su “don”. En posesión de tu “don”, podrás sentir procesarse la emoción por asociación y por reintegración de los elementos, a partir de la perspectiva ordenada de la totalidad. Cuando los datos de la experiencia facilitan la adquisición de recuerdos ligados y estructurados, el “don” solo se fijará si obedeciese, en el primer instante, a las condiciones de la alegría y realización de lo que se crea.
Así, en la memoria de la imaginación, las imágenes se fijan y se conservan tanto mejor cuanto más, por una parte, estén ligadas entre sí de manera más lógica, y por otra, organizadas en emociones. Donde hay organización, la meditación será fácil, donde no la hay, la meditación es difícil. Esto es lo que miles de personas que practican la meditación y trabajan con su “don” enseñan. El poder de la meditación, en iguales condiciones, es proporcional a la claridad de la sencillez y la precisión estructural de la intuición. Descubriendo y practicando tu “don” será fácil notar tu entusiasmo, tu alegría, tu dedicación, haciéndose nítidos en tus palabras y en tu mirada.
La manera en cómo te prendes al todo tiene gran importancia. Un todo de elementos desorganizados no dará un buen recuerdo de cada uno de los elementos. Por el contrario, si los elementos de señalan dentro del todo por un relieve, una función propia, si el todo está bien estructurado, el “don” es más completo, más rico.
Estas observaciones deben ser generalizadas y valen igualmente para pensamientos meditativos. Se retiene fácilmente lo que se comprende, la conclusión que se puede sacar.
Cuando un conjunto de acontecimientos que desearíamos que ocurriesen tienen la unidad de una alianza lógica con el “don”, se trata de un conjunto bien estructurado, que la meditación descubrirá fácilmente en las energías de los “dones” del prójimo.
Cuando encontramos y trabajamos con el verdadero “don”, la vida se hace mucho más intensa, creativa y placentera. Cuando nos unimos al “don” vivimos en la senda de la superación, de la pasión. Muchas personas, ya realizadas en lo financiero y con empleo asegurado para el resto de su vida, lo dejaron todo para vivir su “don”, y encontraron el amor y la alegría de vivir.
El lema es vivir sacando al exterior toda la emoción, toda la alegría, todo el placer, uniéndonos a la naturaleza, a lo bello, rindiéndonos a los sentimientos, dejándonos abrir al “don”.