ENEMIGOS QUE NOS TRASFORMAN
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/06/2014 09:24:55
por Tania Paupitz - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Recientemente, hojeando un libro con mucha curiosidad, me deparé con la siguiente frase: "Los enemigos son las únicas personas capaces de decirnos aquello que necesitamos oír. Ellos, mediante las críticas, son los que hacen aflorar las debilidades y obstáculos que deben ser superados".
Reflexionando sobre lo que había leído, inmediatamente me acordé de que pasamos por la vida con muchos reproches y quejas contra las personas con quienes convivimos: son los hijos o los compañeros de jornada que no corresponden a nuestras expectativas, el jefe malhumorado, el vecino mal educado, en fin, las situaciones pueden ser de lo más diverso.
El problema es que, las más de las veces, acabamos olvidando que son exactamente estas personas las que, de alguna manera, van a indicar nuestros puntos flacos; aquellos puntos negativos que necesitamos revisar, reevaluar, procurando aprender algo sobre ellos, para que los cambios se efectúen, alterando nuestra percepción, a menudo distorsionada de la realidad que nos rodea.
Recuerdo haber ido hace años a una charla muy interesante, en la cual el conferenciante enfatizaba la necesidad de estar siempre atentos a nuestros defectos, especialmente para evitar situaciones de vulnerabilidad en relación a nuestros compañeros de jornada.
Comentaba él: "Cuando levantes tu mano para que tu dedo apunte a los defectos de otro, recuerda, que si tu dedo apunta a los defectos de tu amigo, tus otros dedos también apuntan hacia ti".
Uno de los principios de la Reforma Interior: trabajo leído recientemente en el blog de la "Fraternidad Cristiana/Espírita Luiz Sérgio", se llama "El Principio de la Armonía" y dice lo siguiente:
"Los conflictos resultan del choque entre deficiencias incompatibles entre sí. Para eliminar los conflictos basta que yo trabaje mi propia deficiencia. La deficiencia (los defectos) de alguien sólo nos incomoda cuando no es posible conciliarla con alguna de nuestras deficiencias.
Por ejemplo: los actos del autoritario incomodan al orgulloso, la rebeldía incomoda al autoritario, el crítico incomoda al inseguro y al vanidoso, el ocioso incomoda al impaciente".
Complementando, sigue el mismo texto: "Los roces resultan del choque entre deficiencias y por eso no nos dan la oportunidad de percibir nuestra propia limitación y de poner a prueba nuestro progreso.
En vez de intentar amoldar al otro a nuestras expectativas, mirémonos a nosotros mismos y tratemos de descubrir por qué determinada deficiencia nos molesta tanto. Descubierta nuestra dificultad, trabajemos para eliminarla".
Si partimos de la premisa de que aquello que nos incomoda en el otro también forma parte de nuestra personalidad, quizá pudiésemos iniciar el proceso de auto-observación, situación en que pasamos a observarnos como meros espectadores frente a una escena cualquiera.
Este ejercicio de distanciamiento ensancha nuestra consciencia, propiciándonos un mejor conocimiento de nuestro modo de funcionar interno, especialmente en relación a nuestra vida emocional.
Si, por ejemplo, una persona me critica, siempre podré elegir entre tener una reacción negativa o una positiva.
Reacciono positivamente cuando me percibo como persona segura y que confía en sí misma, sabiendo quién soy y considerando que lo que la otra persona piensa o dice de mí es problema suyo.
Reacciono negativamente cuando, aceptando lo que se dice de mí, busco la forma de devolver aquella crítica de manera todavía más contundente, dejando que el caos y el desequilibrio se hagan presentes, dentro de aquella situación.
No importa lo que haga el otro de positivo o negativo con relación a nuestra persona; siempre seremos los únicos responsables por permitir que cualquier situación repercuta en nuestras vidas. Somos nosotros los que permitimos que las críticas nos alcancen, somos nosotros quienes abrimos espacio para que el otro determine cómo vamos a sentirnos; no obstante, hemos de recordar que aunque nos induzcan a determinado tipo de reacción, siempre tenemos la opción de elegir.
Semejante atrae a semejante, ira atrae a ira, de la misma forma, la violencia acaba generando más violencia.
Si vives enojado, tendrás que aprender con el enojo. Si actúas con ira vivirás con ira. Procede con crítica y vivirás en medio de las críticas.
Vive en armonía y aprende con ella; así estarás aprendiendo más sobre el amor, y principalmente sobre ti mismo.
Cuando finalmente despertamos para la verdad contenida en la frase inicialmente citada:
"Los enemigos son las únicas personas capaces de decirnos aquello que necesitamos oír", comprendemos que, en realidad, son "ellos" los que forzosamente nos invitan a sacar nuestras propias máscaras, a investigar cuánto de nuestro comportamiento es aún simple reflejo de nuestra inmadurez espiritual, ante la grandeza de la vida.
Es una invitación especial para que profundicemos en la búsqueda del autoconocimiento, soltando por el camino todo aquello que ya no nos sirve, conociendo quiénes somos de verdad y quiénes podemos llegar a ser.
El autoconocimiento nos hace libres, propiciando el control sobre nuestra propia vida.
Ya decía un sabio, el mayor pensador de la Grecia Antigua, en el año 407 a.C. - Sócrates - "CONÓCETE A TI MISMO".
Personalmente, complementaría esta frase diciendo: Al conocerte más profundamente, te sorprenderás con un mundo repleto de maravillosas e infinitas posibilidades, capaces de operar en ti profundos y significativos cambios.