Enfrentarse con el amor puede ser mucho más simple de lo que parece...
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 07/03/2005 09:52:59
Traducción de Iván Lavilla - [email protected]
Creo que una de las mayores dificultades que tenemos es saber cómo reaccionar en determinadas situaciones cuando el tema es amor y relaciones amorosas. Varias preguntas parecen transformarse en flechas, atacando nuestra mente sin que podamos encontrar las respuestas.
Qué hacer? Demuestro lo que siento o no? Espero un poco más o tomo una decisión ahora? Pero qué va a pensar el otro si le digo lo que estoy sintiendo y pensando? Y si después me arrepiento? Y si el otro no siente lo mismo que yo? Y si yo me involucro y después sufro?
En fin, una infinidad de cuestionamientos nos asaltan y nos hacen rehenes en un agujero del cual no sabemos cómo salir... El deseo queda rondando y las ganas de relacionarse (o al menos la de intentarlo) continúan latiendo fuerte, pero tantas veces no conseguimos reaccionar, tomar una actitud... y vamos dejando que la vida acontezca por sí sola, sin tomar parte en ella...
Bueno, en primer lugar, vale recordar que usé el término “simple” y no “fácil”, en el título. Es decir, mi propuesta aquí es sugerir medios de encontrar sus respuestas, pero sepa desde ya que encontrarlas no es todo. Una vez que las descubre, tendrá que aceptar dos verdades fundamentales:
- la primera es que es IMPOSIBLE controlar todo y a todos, como tantas veces nos gustaría;
- y la segunda es que NADA ES PARA SIEMPRE. La vida es exactamente lo que sucede un día después de otro.
Resumiendo: no es fácil, es verdad! Pero es preciso que pueda correr riesgos coherentes con sus intenciones. Puede no ser fácil, pero también puede ser mucho menos complicado de lo que la gente suele pensar.
Y si reaccionar es un riesgo, no hacerlo es vivir a la espera, viendo pasar la vida... En determinadas situaciones, no actuar puede hasta ser exactamente la acción más inteligente, siempre que sea consciente, que sea su elección, su opción para este momento.
Siendo así, voy a intentar ser lo más objetiva posible en cada “medio de encontrar la respuesta” para las preguntas que cité arriba, considerando que son las que más me hacen y, así, espero poder ayudar para que cada uno consiga encontrar las suyas propias.
Qué hacer?
Qué tiene ganas de hacer? No lo que cree que es correcto o no, porque podemos partir del principio de que todo el mundo sólo siente ganas (de verdad, del fondo del corazón) de hacer algo que cree que es lo correcto... Entonces, en lugar de pensar en cualquier otra pregunta, piense solamente en esta; primero: qué quiere hacer? Cuál es su verdadero deseo en este momento? Y al responder esta pregunta, sabrá qué hacer. Si va o no a hacerlo, es otra historia, que puede hasta ser decidida después de encontrar las respuestas para las próximas preguntas...
Atención: no estoy hablando de ganas basadas en sentimientos impulsivos y sin fundamento. Accionar tomado por la rabia, los celos o la desesperación es un gran equívoco y muy peligroso. En momentos así, lo mejor es dormir una noche, enfriar la cabeza y solamente después pensar qué hacer...
Demuestro lo que siento o no?
Si hay espacio, por qué no demostrarlo? Cómo es que el otro podrá posicionarse si no sabe lo que realmente usted siente? Por cuánto tiempo más prolongará una situación indefinida por miedo de exponerse? Piense: no es mejor demostrar y saber lo que el otro realmente quiere y si está dispuesto a intentar algo con usted que andar fingiendo algún otro sentimiento y sufriendo por no llegar a ninguna situación? Y no se olvide: demostrar lo que usted siente es su actitud, pero no garantiza cuál será la actitud del otro, nunca!
Espero un poco más o tomo una decisión ahora?
Si usted ya sabe lo que quiere, qué más precisa esperar? Si ya pudo responder la primera pregunta para sí mismo, siga adelante. Si no pudo, continúe preguntándose hasta saber qué quiere. Cuando lo sepa, tome su decisión, tome las riendas de su vida!
Pero qué va a pensar el otro si le digo lo que estoy sintiendo y pensando?
Lamentablemente, de forma general, todavía no somos telepáticos. Esta pregunta es absolutamente “sin respuesta” hasta que le pregunte al otro qué piensa y se disponga a escuchar lo que él tenga para decirle. Nunca, nadie podrá saber lo que el otro va a pensar o decir, por más que tenga la impresión que sí. Puede hasta imaginar, pero tener certeza, jamás! Además de eso, me parece que tomar una actitud que está relacionada a su vida, a su corazón, a lo que usted siente nada tiene que ver con lo que el otro va a pensar o decir. Llegó el momento de asumir lo que queremos, sin someter todo el tiempo nuestras elecciones a las elecciones del otro. Haga su parte, viva su vida... y apueste a su felicidad. Si no resulta, cambie de rumbo.
Y si después me arrepiento?
Asuma su arrepentimiento. Diga que se arrepintió, que no era eso lo que usted quería, que percibió algunos sentimientos que antes no había sentido. Hay atajos y retornos en el camino de la vida. Todos nosotros podemos arrepentirnos. Siempre será digno si usted ha actuado con buenas intenciones.
Y si el otro no siente lo mismo que yo?
Es un derecho absoluto del otro. Cada uno siente lo que puede sentir, en aquel momento. Aceptar o “no” forma parte fundamental de la madurez de cualquier persona. Sin embargo, creo que es mucho mejor saber que el otro no quiere antes de pasar días, meses y hasta años alimentando fantasías, esperando, viviendo de impresiones vacías. Porque ante el “no”, usted puede tomar nuevas actitudes y continuar su vida.
Y si me involucro y después sufro?
Por qué huir tanto de lo inevitable? Sufrir forma parte de la vida! Imposible no sufrir. Quien no se involucra con alguien, también sufre. Quien se pasa la vida defendiéndose del amor para no sufrir es ‘lunático’. Sufre más todavía!!! Es decir, sufrir es humano, es parte de la condición de estar vivo. Entonces, que al menos podamos sufrir por buenas causas, por nuestras propias elecciones y tentativas. Así, esa más justo, más abarcador y las chances de ser feliz aumentan considerablemente.
Deseo que usted se dé cuenta que la vida es tanto más fácil cuanto mayor sea su conciencia sobre sus propios deseos y, en esta misma medida, más coherente y más respetuoso consigo mismo. Porque, al final, el amor no puede ser bueno si usted no se respeta.