Es posible desarrollar la mediumnidad fuera del centro espírita?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/09/2011 09:56:10
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya sabemos que la mediumnidad es en realidad un instrumento de evolución en la vida de cualquier persona, por eso no debe quedar reducida a una u otra manera de desarrollarla.
Pero la temática, abordada ampliamente por Allan Kardec en la codificación del Espiritismo, acabó por correlacionarse al estudio espírita, como si fuese una terminología propia de su línea de estudio. No en balde, pues al menos aquí en Occidente, nadie ha tenido el valor que él tuvo para abordar una cuestión tan polémica hasta hace muy poco tiempo (la cual perdura hasta los días de hoy), con tanta seriedad y tan profundamente.
Ha sido un movimiento muy importante y constructivo para la humanidad, ya que ha despejado nuevos horizontes y dio nombre a incontables líneas de estudio y aprendizaje.
Siendo así, es una consecuencia natural hablar de mediumnidad vinculando ese término a las prácticas espíritas, como consecuencia del legado pionero kardecista; y esto ha originado una creencia colectiva según la cual la mediumnidad solo puede desarrollarse en casas espíritas.
La reencarnación, por ejemplo, fue expuesta ampliamente en el Brasil a través de las enseñanzas del gran maestro. Por la influencia de la preciosa literatura kardecista surgieron muchas obras importantes, que han contribuido y mucho para el crecimiento espiritual de tantos.
Con sus libros y enseñanzas, el ilustre maestro alertó, orientó y alineó los estudios, en su mayoría, hacia el plano espiritual. Con intenso foco orientado hacia el socorro a espíritus sufrientes que, atrasados en su evolución y ligados al mundo por la materia, necesitan de amparo para aprender y liberarse, Allan Kardec impregnó en la comunidad occidental una nueva forma de pensar la espiritualidad.
Sus enseñanzas, desde entonces, vienen siendo pasadas adelante por los trabajadores de la doctrina, que se sirven de determinadas facultades mediúmnicas para hacer de intermediarios en la comunicación con los espíritus. Siempre con el objetivo de contribuir en la senda de la educación espiritual, del tan mencionado “adoctrinamiento” entre otras actividades corrientes en las casas de espiritismo.
Eso quiere decir que, tal como se orientan los trabajos en las casas espíritas, siempre habrá un mayor estímulo en el sentido de desarrollar la mediumnidad orientada hacia la interacción con los espíritus. Normalmente sirviéndonos de los mensajes transmitidos por el plano espiritual, que pueden ser escritos o verbales. Está asimismo la técnica de imágenes transmitidas en la pantalla mental del médium, quien relata sus visiones. Otra manera, corriente, y para muchos, polémica, es la incorporación. Práctica en la cual el espíritu desencarnado acopla su cuerpo espiritual al cuerpo espiritual del médium y se sirve del cuerpo físico y de los sentidos de éste para transmitir sus mensajes.
Tampoco podemos dejar de mencionar el tan útil pase magnético, las vibraciones de energías y otras formas de aplicar la mediumnidad, ampliamente utilizadas en los centros.
Como algunas de las prácticas citadas requieren conocimiento de causa, sabiduría, madurez y preparación intensa, no están recomendadas para el desarrollo individual, o sea, sin la colaboración de un grupo preparado, como por ejemplo, las casas espíritas. Y aquí es donde empieza la gran confusión.
Y es que la mediumnidad puede manifestarse de muchas formas. A través de la oración, de la telepatía, de la cura por las manos, de la premonición, e incluso por la comunicación con espíritus, ya sea por escritura, clarividencia, videncia o clariaudiencia.
Son innumerables las formas.
Ocurre que, aunque la doctrina espírita esté fundamentada en las enseñanzas del evangelio, lo cual le da una base idónea, seria y de elevada moral, aún así no agrada a todos. Simplemente por cuestión de afinidad; algo normal, natural, al fin y al cabo “ni siquiera Jesús agradó a todos”.
Por tanto, muchas personas incluso aceptan la mediumnidad, pero no se interesan por ese formato de estudio y desarrollo, por falta de sintonía, algo que ha de ser respetado.
Pero entonces ¿qué se hace?
¿Está la persona obligada a transitar por una vía única? ¿Solo es posible desarrollar esa mediumnidad ejerciéndola dentro de la casa espírita?
¡Desde luego que no! Aún más en el siglo XXI, caracterizado por la libertad de expresión y de religión, evidenciando la era del universalismo, de la unión entre Occidente y Oriente, entre ciencia y espiritualidad. Obsérvese que nunca, en toda la historia de la humanidad, hemos tenido tantas oportunidades de crecimiento espiritual y tantas posibilidades para el desarrollo de una conciencia más expandida.
Es ejemplar el trabajo serio e idóneo de tantas casas espíritas, aunque no solo a través de ellas puede desarrollarse la mediumnidad.
Si deseas seguir ese camino por otras vías, muy bien. ¡Lleva contigo discernimiento, levedad, procede con amor y sigue adelante!
Siempre que sea posible, es recomendable participar en grupos, porque facilitan el aprendizaje, dan soporte y hacen que la práctica sea más agradable. Pero recordad, el determinismo puede volvernos arrogantes y ciegos, entonces es preciso un “Orad y Vigilad” constante.
¡El foco principal es comprender que la mediumnidad se manifiesta con el objetivo de ayudar a las personas y al universo a evolucionar, innegablemente!
Por eso cada vez que una persona esté profundizando en el estudio y en la práctica de la mediumnidad y, pese a ello, no esté convirtiéndose en una persona mejor, por consiguiente, sin mejorar a la humanidad como un todo, permanece alerta, ¡pues algo estará en desequilibrio! Emplea esto como brújula interna, porque funciona bien…
Puedes apostar.
¿No te parece sensato? Medita sobre ello.
