¿Es posible desarrollar la mediumnidad fuera del centro espírita?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/06/2008 13:01:35
por Bruno José Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya sabemos que la mediumnidad es realmente un instrumento de evolución en la vida de cualquier persona, por eso no habrá de reducirse a ser desarrollada de una u otra manera.
Pero esa temática, habiendo sido ampliamente abordada por Allan Kardec en la codificación del espiritismo, acabó correlacionándose al estudio espírita, como si fuese una terminología propia de tal línea de estudio. No en balde, puesto que, por lo menos aquí en el Occidente, nadie ha tenido el coraje que tuvo él de abordar un tema tan polémico hasta hace poco (polémica que perdura hasta los días de hoy), de manera tan seria y profunda.
Siendo así, es una consecuencia natural hablar de mediumnidad vinculando el término a las prácticas espíritas, como consecuencia de la herencia Kardecista y de su cualidad de pionera; lo cual ha provocado una creencia colectiva, de que la mediumnidad solamente podrá desarrollarse en casas espíritas.
La reencarnación, por ejemplo, fue expuesta ampliamente en el Brasil, a través de las enseñanzas del gran maestro. Por la influencia de la preciosa literatura Kardecista, han surgido muchas obras importantes, que en mucho han contribuido al crecimiento espiritual de tantos.
Con sus libros y enseñanzas, el ilustre maestro alertó, orientó y alineó los estudios, en su mayoría, dirigiéndolos hacia el plano espiritual. Con intenso foco orientado a socorrer a los espíritus sufrientes que, retrasados en su evolución y ligados al mundo de la materia, necesitan de amparo para aprender y liberarse, Allan Kardec impregnó en la comunidad occidental una nueva forma de pensar la espiritualidad.
Sus enseñanzas, desde entonces, son pasadas adelante por los trabajadores de la doctrina, que se sirven de determinadas facultades mediúmnicas para hacer de intermediarios en la comunicación con los espíritus. Siempre con el objetivo de contribuir en la senda de la educación espiritual, del tan mencionado “adoctrinamiento” entre otras actividades corrientes en las casas de espiritismo.
Eso quiere decir, que según están orientados los trabajos en las casas espíritas, siempre habrá un mayor estímulo en el sentido de desarrollar la mediumnidad dirigida a la interacción con espíritus. Normalmente sirviéndose de los mensajes transmitidos por el plano espiritual, ya sean escritas o verbalizadas. Está además la técnica de imágenes transmitidas en la tela mental del médium, que relata sus visiones. Otra manera corriente, y para muchos, polémica, es la incorporación. Práctica en la cual el espíritu desencarnado acopla su cuerpo espiritual al cuerpo espiritual del médium, y se sirve del cuerpo físico y sentidos de éste, para transmitir sus mensajes.
Tampoco podemos dejar de mencionar el tan útil pase magnético, las vibraciones de energías y otras formas de aplicar la mediumnidad, largamente utilizadas en los centros.
Como algunas de esas citadas prácticas requieren conocimiento de causa, sabiduría, madurez e intensa preparación, no se recomienda desarrollarlas individualmente, o sea, sin la colaboración de un grupo preparado, como son por ejemplo, las casas espíritas. Y en esto es donde empieza una gran confusión.
Y es que la mediumnidad puede manifestarse de muchas formas. A través de la oración, de la telepatía, de la cura a través de las manos, de la premonición, e incluso por la comunicación con espíritus, ya sea mediante la escritura, clarividencia, videncia o clariaudiencia.
Son innumerables las formas.
Ocurre que, incluso estando doctrina Espírita fundamentada en las enseñanzas del Evangelio, lo cual produce una base idónea, seria y de moral elevada, aun así no agrada a todos. Simplemente por una cuestión de afinidad; algo normal, natural, al fin y al cabo, “ni siquiera Jesús agradó a todos.”
Por tanto, muchas personas incluso aceptan la mediumnidad, pero no se interesan por ese formato de estudio y desarrollo, por falta de sintonía, algo que ha de ser respetado.
Pues entonces, ¿cómo queda?
¿Está la persona obligada a transitar por una vía única? ¿No hay forma de desarrollar esa mediumnidad si no es con el ejercicio dentro de casa espírita?
¡Claro que no! Y más todavía en el siglo XXI, caracterizado por la libertad de expresión y de religión, poniendo de manifiesto la era del universalismo, de la unión de occidente con oriente, de ciencia con espiritualidad. Obsérvese que nunca, en toda la historia de la humanidad, hemos tenido tantas oportunidades de crecimiento espiritual y tantas posibilidades para el desarrollo de una conciencia más expandida.
Es ejemplar el trabajo serio e idóneo de tantas casas espíritas, no obstante, no es solamente a través de ellas como se puede desarrollar la mediumnidad.
Si deseas seguir ese camino por otra vía, muy bien. ¡Lleva contigo discernimiento, levedad y amor y sigue adelante!
Siempre que sea posible, es recomendable participar en grupos, porque facilitan el aprendizaje, dan soporte y hacen que la práctica sea muy agradable. Pero recuerda, el determinismo puede volverte arrogante y ciego, por ello es preciso un “Orad y Vigilad” constante.
El foco principal es comprender que la mediumnidad se manifiesta con el objetivo de ayudar a las personas y al universo a evolucionar, ¡innegablemente!
Por eso, todas las veces que alguien esté profundizando en el estudio y en la práctica de la mediumnidad y, sin embargo, no esté transformándose en una persona mejor y, por consecuencia, sin mejorar a la humanidad como un todo, ¡que esté en alerta, pues habrá algo en desequilibrio! Sírvete de esto como brújula interna, porque funciona bien…
Puedes apostar.
¿No te parece sensato? Medita sobre eso.