¿Es posible que yo sea Médium?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 14/08/2013 12:38:09
por Nadya Prem - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La mediumnidad está presente en todas las personas. Ciertamente la gran mayoría no sabe que es médium y tampoco imagina cómo percibir los sentidos que en ellas son sutiles.
Sujetas a la materia y a los cinco sentidos, esas personas viven de manera automática y se entregan a la cultura de una sociedad consumista y ansiosa. Sometidas a la ilusión de los pensamientos y deseos que originan el alejamiento del momento presente y de uno mismo.
Toda nueva perspectiva exige una liberación del ser y tiene como premisa el no juzgamiento y la ruptura de prejuicios.
Muchos no comprenden la mediumnidad como algo natural, inherente al ser.
Para sentir el don mediúmnico es necesario un cambio de paradigmas y el abandono de creencias limitantes, que por sí solas anulan cualesquiera posibilidades de nuevos conocimientos y prácticas.
Para la práctica mediúmnica, el primer paso es aquietar la mente inferior, para que salgan a la superficie otras sensaciones y sentidos.
Abrir los canales mediúmnicos requiere disposición, buena voluntad, estudio y, por encima de todo, transformación interior.
El ser humano está envuelto, en gran parte, por un velo energético que impide el proceso de integración mediúmnica.
Es fundamental un cuestionamiento, no de lo nuevo y de lo que va más allá de nuestras limitaciones, sino un cuestionamiento de nosotros mismos, de nuestros valores.
Obstinarse en no aceptar lo que pueda dañar los antiguos patrones, lo que hasta entonces había sostenido nuestra personalidad, es una defensa primaria del cuerpo emocional. Es una barrera inicial que ha de ser salvada en cualquier proceso de cambio y aprendizaje.
El solo creer no basta para acceder a los sentidos sutiles.
Tú puedes decir que crees que eres médium, pero para sentir tu don tendrás que recorrer el camino que te llevará a otras dimensiones.
Ir de encuentro a la espiritualidad es como alzar el vuelo hacia la libertad.
El auto-conocimiento es la llave maestra de la comprensión mediúmnica.
Saber distinguir entre el pensamiento propio de tu mente y el pensamiento que te es sugerido por otros seres; percibir las sensaciones de tu cuerpo energético y físico; sentir la energía que emana en torno a ti.
La mediumnidad conlleva hasta hoy, entre muchos escépticos, el estigma de ser denominada brujería, en el sentido peyorativo de la palabra.
El médium ostensivo, que posee la mediumnidad en alto grado, es mirado con desconfianza.
Tal como en el período en que vivió el espíritu de Juana de Arco, gran médium muerta y quemada en la hoguera bajo la acusación de brujería, aún traemos el fantasma de la época de la Inquisición en nuestras entrañas espirituales. Rescoldos de la Iglesia Católica que impiden liberarse de las creencias sobre el bien y el mal, el castigo y la redención.
El espiritismo, que mucho ha contribuido para extirpar los prejuicios y la ignorancia espiritual, también trae en sus bastidores la desvalorización de la mediumnidad, cayendo en las redes del prejuicio.
Tratando al médium ostensivo como un pecador que cumple sus castigos a través de la tarea mediúmnica, la doctrina tiende a perderlos cada vez más.
La mediumnidad ha de ser encarada no sólo en el contexto religioso. Sin dejar de lado la importancia del desarrollo mediúmnico pautado en la renovación interior, hay que ir más allá.
La mediumnidad o brujería, como se quiera, es un don divino que traemos para la vida terrena y que nos conecta al mundo de donde partimos y al cual retornaremos con la muerte física.
Conocerse uno mismo y vivir plenamente a través de la transformación alquímica que se verifica en cada reencarnación es nuestro propósito de vida.
Por la comprensión mediúmnica se recorre el camino que lleva al conocimiento integral del ser que interactúa, casi siempre inconscientemente, en tantas dimensiones más allá de la materia.
Namaste