Especial - El Viaje Encantado
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:53
Traducción de Teresa - [email protected]
Ah, cómo quisiera ser un poeta, o quizá un escritor, un santo... una persona sensible, leve, libre, un ser iluminado navegando por los maravillosos planos sutiles de la Creación, para buscar y disfrutar solamente lo bello, lo verdadero, la esencia y el sentido de la vida... ciertamente sabría ahora cómo poner en palabras todo cuanto me ha sido permitido observar, disfrutar, percibir mucho más allá de los sentidos, con el Alma.
No obstante, he de asumir el hecho de que en ese campo no soy más que un humilde servidor de la Luz, un tipo lleno de buenas intenciones, pero todavía limitado en la comunicación, con relación a los Maestros que nos acompañan, amparan e inspiran.
Busco siempre hacer la sintonía con la Fuente, con lo sagrado, de forma a no permitir que el pequeño yo perturbe lo que ha de ser pasado adelante en este momento. El silencio y la vacuidad son mis compañeros al teclear y todo está en paz. Siento amor en torno a mí y en mi pecho y no quiero perder esta vibración. Me siento Uno con todo y con todos y este sentimiento me proporciona un agradable estado de bienaventuranza.
Me gustaría que lo que me invade, incluyendo este suave zumbido en el oído, esta completa paz interior, se adueñase de ti también, ayudándote a que hiciésemos juntos un pequeño viaje en alas del Amor Incondicional; un paseo fuera de nuestro tiempo y espacio, en un lugar que existe, que conocemos, donde todos los males, los conflictos y las enfermedades solo se encuentran en memorias remotas en los libros de historia.
A nuestro alrededor solo hay armonía, calma, serenidad. Hay mucha, infinita Luz, que baña con ternura todas las criaturas; el miedo, la posesión, el odio también se han vuelto solamente términos en las páginas de un viejo libro, una reminiscencia distante. Todo ha sido ya perdonado. Todos los Reinos conviven amorosamente, regidos por la misma sinfonía sublime que reina en cada ser. El intercambio es completo y solamente el respeto y la serenidad orientan los movimientos, las tranquilas interacciones.
Las emociones fuertes se han convertido en sentimientos sublimes, los deseos y la codicia se llaman ahora altruismo, compasión. Los pensamientos ya no son lanzados de forma descontrolada, sino que manifiestan, anticipan posibilidades infinitas de crear, de llevar a cabo obras que nos abren aún más la conciencia, que nos invitan a disfrutar de todo lo que existe, de todo cuanto merecemos gracias a nuestro linaje divino, a nuestras actitudes positivas. Mucho, en todos los campos de la vida, está siendo concebido, diagramado, organizado y convertido en realidad, para emplearlo en la constante evolución de la Creación en todos los rincones del Universo.
No es tan difícil de imaginar, de visualizar, ¿no es cierto?
Sí, el Paraíso está aquí en la Tierra, en una dimensión un poco más arriba de la nuestra, pero que se interpenetra con esta en que vive nuestro cuerpo físico.
Una realidad que ya hemos experimentado innumerables veces y que es preciso traer de vuelta para aquí de una vez.
Con todo, los derroteros de ese tipo de viaje son tantos... tantos como los niveles de realidad. Podríamos realizar juntos otra ruta también, que solo aparentemente es más complicada y más distante. Sin embargo, seres de Luz que somos, aunque no nos acordemos de ello, estamos entrenando hace tiempo en cómo atravesar portales.
La dificultad que limita la atracción de los navegantes consiste en encontrar las palabras adecuadas para describir lo que sentimos en esa aventura, pues éstas todavía no existen en nuestro limitado diccionario del Alma... por tanto, el adjetivo más apropiado para describir la experiencia del caso es ciertamente "indecible", o "indescriptible".
El pasaporte para entrar es de lo más sencillo; basta enseñar una foto de tu corazón... puro. Las pocas instrucciones sugieren dejar atrás casi todo cuanto nos limita, nos separa... a comenzar por nombre, profesión, color, raza, nacionalidad, género y finalmente buena parte de los conceptos y aprendizajes que se nos han impartido desde la más tierna infancia. Lo ciertamente necesario es volver a ser un crío, libre, curioso, alegre y feliz. Es bueno que nos vaciemos totalmente, para dejar espacio a lo nuevo, a lo desconocido, a lo que aún es misterioso y necesitamos desvendar.
Nuevamente, el silencio, la relajación, la respiración profunda y ritmada son nuestros indispensables aliados.
Sí, el viaje, éste también, como todos, pese a cuanto nos han metido gaznate abajo, es hacia dentro de nosotros mismos, y exige "solamente" perseverancia, enfoque, fe conquistada, apertura mental... puede tratarse de un premio, algún merecimiento, o incluso que los mentores quieran hacernos un regalo, una ráfaga, un aperitivo de aquello que nos espera al terminar la rueda de las encarnaciones, un "espacio" que por lo de ahora está más allá de la imaginación, que solo podemos conocer cuando el pequeño yo se diluye, pasando de hecho a formar parte del Todo, manifestando de veras la Unidad, el amor puro, la gratitud.
El tiempo deja de existir, el espacio se colapsa y nos permite tocar una estrella con
la mano. Somos la Unidad. "El Todo".
Y aquí ya no sé qué más escribir...
Viene a mi mente el término Nirvana, del Sánscrito, de las tradiciones Budistas, quizá sea la palabra que mejor describe ese estado... Cuánta sabiduría en su significado... Tres sílabas contienen todo un conjunto de sentimientos y aspectos profundos y apropiados: la fusión absoluta con la energía primordial, la disolución completa del yo, la experiencia de la vuelta a casa, la reunión con el Padre, un estado de éxtasis total que se apodera de nuestra Alma...
Sólo se sabe haciendo la prueba.Ahora bien, ¿cómo puede alguien volver de ese estado sin profundas alteraciones en su conciencia? ¿Cómo podemos continuar con nuestra rutina, con nuestros valores, viviendo aburridos y desanimados en el pequeño mundo de la ilusión, siguiendo, semi-hipnotizados y perdidos, al desgastado piloto automático, tras un ensayo de felicidad pura tan extraordinario, espléndido y simple al mismo tiempo?
¿Cuánto tiempo tenemos aún que aguardar para explorar, conocer el mundo perfecto que está y siempre ha estado, dentro de nuestro ser divino?
¿Cómo podemos aún dudar de que Nosotros y el Padre somos Uno, que nadie muere, que solo dejamos la cáscara, el vehículo, éste sí, perecedero y desechable; que somos seres de Luz pura, impoluta, a camino de la iluminación, de la felicidad total?
Quién haya pasado por esa meditación-encantamiento, ese arrebatamiento interior, bien sabe que de un día para otro los valores materiales pierden su encanto, el mundo de la ilusión deja de existir, el Ser espiritual finalmente prevalece sobre la superficialidad, el engaño, la injusticia; el mundo actual ya no tiene fuerza para competir con la belleza real y la bienaventuranza de aquello que existe en otros planos, en otras dimensiones, en otras realidades... todas ellas situadas bien dentro de nuestro ser... en nuestro corazón.
La invitación no es mía, viene de los amados Guías...
Hay que atreverse, preparar el pasaporte, sacar la foto y permanecer aguardando la apertura del Portal. Basta con querer. No hay cola, no hay lista de espera.
¿Recuerdas los pasos?
Silencio, relajación y amor, mucho amor.
Vale la pena, la compañía es divina y el encantamiento está garantizado.
Somos uno con todo, Yo soy el otro Tú. Tú eres el otro Yo.
Que los Servidores de la Luz sean bendecidos.
Doy las gracias aquí a los queridos y pacientes Guías y además a toda la pandilla que permite que este Sitio exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane... ¡ y Tú! Quedo profundamente agradecido a Marcio de Kallipolis por su presencia en mi vida.
