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ESPECIAL STUM: Quien te ha visto, quien te ve

por Sergio Scabia em STUM WORLD
Atualizado em 02/04/2009 12:05:36


Traducción de Teresa - [email protected]

El almuerzo en un domingo de sol
Después de muchos años (demasiados, ciertamente, visto que somos amigos de verdad y vivimos en la misma ciudad) reencontré a Fernando Bueno. Son aquellos episodios en que el tiempo se disuelve y desaparece, cuando, poco a poco, empieza el intercambio intenso de energías que termina solamente al darnos cuenta, después de muchas horas, de que el restaurante está totalmente vacío, excepto un camarero y la persona amiga del cajero.

Estábamos con nuestros hijos y –seguramente-, con más seres escoltándonos desde otra dimensión, alimentándonos de luz, de armonía, de paz y cariño. Es raro reunir a personas tan queridas y especiales, sabedoras de que nada sucede por casualidad, abiertas a los sincronismos, capaces de acompañar el ritmo de la conversación, entrando y saliendo suavemente, sumando siempre y dejando en el aire una vibración serena, agradable y envolvente. Cada ser totalmente despojado de soberbia y arrogancia, vivenciando totalmente la unidad, dejando a un lado cualesquiera otras posturas que romperían aquella tarde de magia. No estoy exagerando. Es la más pura verdad. Y lo que nos reunió en aquella mesa fue otra conspiración del Universo, (algo que Fernando me enseñó hace unos veinte años)… Los hijos mayores, ya grandes y bien definidos en su vocación profesional, se habían encontrado casualmente en una reunión de negocios… se reconocieron con alegría y nos intimaron para un almuerzo… ¿es posible?

Muchos saben que los amigos de verdad logran permanecer muchísimo tiempo distantes, sin verse, sin hablarse y, al reencontrarse, es como si nunca se hubiesen separado… Quizá las carcasas se hayan vuelto más pesadas, los cabellos más escasos y encanecidos, pero el brillo en la mirada no se pierde nunca y en un abrir y cerrar de ojos nos conduce directamente al alma, a lo esencial que todo conoce.
Ambos sabemos ahora que todo está en divino orden, que el cambio permanente fue nuestro buen compañero de viaje y también que nunca ha faltado el apoyo decisivo de los mentores que guían nuestro caminar.

La evolución a nuestro alrededor
¡Gentes, cuán mejores pueden ser los hijos que los padres! Es impresionante…
El salto de calidad, de capacidad, de consciencia de las nuevas generaciones puede ser maravilloso, incluso sorprendente, recordando que yo – a su edad – era un sujeto bastante atrasado y lleno de limitaciones… He podido, de esta forma, comparar qué real ha sido el avance que todos los allí presentes habíamos logrado. El revivir en la voz del amigo querido los momentos en que la “sombra” se adueñaba de mí, a través de la narración incluso divertida de varios episodios ocurridos, casi asusta a mis hijos, uno pequeño en aquella época y el otro aún por nacer, los cuales no imaginaban que él estuviese hablando de mí, que se tratase de la misma persona…
Bien, mirar a los hijos y agradecer al Universo por todo, por ser ellos así y por haber yo cambiado tanto, fue liberador, terapéutico, una limpieza profunda del alma.

Los primeros contactos
Cuando conocí a Fernando, en 1974, era yo un sujeto absolutamente materialista, incrédulo de todo cuanto no pudiese ser visto, tocado, calculado y definido de forma objetiva…
Cuando, a causa del trabajo nos encontrábamos, él siempre aprovechaba el lance para además hablarme de cosas “abstractas”, cuestionaba sutilmente algo en mi manera de ver la vida y arrojaba en mí casi imperceptiblemente alguna semilla “perturbadora”, que siempre me ponía en jaque…
No sabía -de verdad- conversar con él a un nivel más elevado, que tuviese que ver con los movimientos del Alma. Literalmente: no encontraba las palabras y deseaba más que aquella conversación, que me dejaba tan vulnerable, se demorase lo mínimo posible. Pensaba mucho en la producción de la fábrica de máquinas y poco o nada en el sentido de la vida. Una buena picanha -casi sangrando- y una caipirinha de vodka arrasaban cualquier pretensión de auto-conocimiento…

Los ciclos de la vida – el Camino de en medio…
Sucedió algo inesperado… tras diez años viviendo diariamente el STUM, la espiritualidad, el Camino y las necesidades específicas de la misión… de repente, cuando en la mesa la charla cambió del pasado al presente, y los muchachos trataban con entusiasmo de sus realizaciones y proyectos futuros… me encontré en la mesa sin hallar las palabras acertadas para acompañar a su altura la conversación que enfocaba ahora el tridimensional mundo de la industria, del comercio y de los servicios…
Yo sobraba…. en aquello que era antiguamente mi fuerte… me he pasado demasiado al otro extremo…
Sí, hace tiempo que me he alejado mucho de esa realidad y quizá fuese necesario, pero me ha hecho mucho bien ponerme al día de tantas buenas iniciativas que están surgiendo por todas partes, llevadas adelante por seres despiertos y actuantes que, aparte de la acción, se convierten en ejemplo vivo de ética, conciencia ecológica, coherencia y actitud correcta, contrarrestando -con nitidez y renovada profesionalidad-, la destructividad y la falta de visión holística de empresarios y dirigentes que aún se encuentran en la oscuridad, llevando sus negocios de una forma que daña el ambiente y la comunidad, al estar solamente en busca de lucro a toda costa…

Quien te ha visto, quien te ve
Si yo he logrado cambiar -por el dolor, claro- todo el mundo puede ser tocado por la semilla del bien… que horadará -por la fuerza del amor- cualquier coraza, cualquier blindaje. El alma está allí, esperando pacientemente a que otros Fernandos se aproximen, nos tomen de la mano y nos indiquen el camino con sabiduría y mucho tacto, tocando las teclas adecuadas y, un determinado día, propiciándonos la revelación de nuestra divinidad, nuestra vocación real, la que hemos concertado antes de caernos por aquí en paracaídas y que -entre caipirinhas, picanhas y otras cosas más-, hemos dejado olvidada durante demasiado tiempo en el fondo del equipaje que bajó con nosotros.
El punto de Mutación / El mejor empleo del mundo
Recuerdo como si fuese ayer cuando encontré en mi despacho, buscando otros papeles, aquella hoja amarillenta con las estremecedoras palabras de Goethe… el momento fue justamente ese. Abandoné todo lo que hacía, empecé a vivenciar y a realizar finalmente algo que no es trabajo, ya no...
Es un servicio alegre y placentero que podría hacer (ya lo hemos hecho durante muchos años) de balde. No cansa, no perturba. Es solo alegría...
He descubierto además que Fernando, nuestros hijos y muchos otros seres maravillosos que están en la misma vibración, viviendo su misión en el “mundo real” como portadores del mensaje de esperanza, de unidad, son parte fundamental de una decisiva conspiración del Universo, en una tarea bastante más ardua que la nuestra (que se desarrolla entre seres que ya conocen la importancia de alimentar el alma), esas preciosas e imprescindibles criaturas hábiles en arrojar aquellas famosas semillas “perturbadoras” a su alrededor, en un suelo bastante difícil, pero que hoy se está volviendo cada vez más fértil y receptivo…
…Ah, ya tenemos otra cita marcada… ¡no es posible esperar otros cinco años!

¡Sí, somos todos uno solo!
¡El Universo te agradece por ser parte tú también de esta bellísima y motivadora pandilla que se atreve y sabe marcar toda la diferencia!


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sergio
Sergio Scabia é co-fundador do Site Somos Todos UM
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