Espiritualidad - la intimidad con la esperanza
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 17/07/2010 09:20:50
por Marcos Porto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Persona alguna desea sentirse desesperanzada! Algunas, inclusive, acaban cayendo en la desesperanza porque no conocen nada aparte de eso.
En las solicitaciones de la vida buscan siempre el camino más fácil, los llamados ‘atajos’, dejando de recorrer la senda por entero. A partir de determinada etapa de la vida, ya no hay modo de acortar engañándose a sí mismos y caen en desesperanza.
El sufrimiento por desesperanza no permite a esas personas vislumbrar otras opciones para la vida.
Estar esperanzado es un estado natural propiamente nuestro.
Nuestro Yo Interior está siempre buscando caminos y redescubrimientos. La elevación por la esperanza es el don de traer el futuro al Aquí y Ahora. Este es el aprendizaje de cómo podemos ajustar nuestras situaciones a las perspectivas del presente y procediendo así, estar en disposición de esclarecer a los demás también.
¿Hacemos una reflexión sobre el tema?
Las sustentaciones básicas para practicar la esperanza nos dicen que somos amados, bondadosos y autosuficientes. Hemos empezado nuestro aprendizaje con ellas muy pronto en nuestras experiencias de infancia, y ellas encaminan nuestro comportamiento a través de toda la vida. ¡Son las piedras angulares en las elecciones de la vida!
Nosotros, los seres humanos, espirituales, necesitamos amar y ser amados.
La reciprocidad en el amor es nuestra principal elección de vida. Compartir amor es fundamental, sostenido en la confianza entre nosotros.
¡Aquí es donde reposa la esperanza!
Frecuentemente limitamos el expresar confianza debido a frustraciones de nuestras expectativas en el pasado.
La esperanza es la cualidad superior que nos eleva de las situaciones de desaliento.
De hecho, este aspecto requiere que perdonemos resquemores y ofensas anteriores, y con la sabiduría adquirida en el perdón, podamos desarrollar nuestra percepción para que la confianza en el presente sea plena, alejándonos de situaciones de duda o de expectativas ilusorias que vuelvan a traernos tristezas. ¿Forma sentido?
Cuando expresamos esperanza en lo que aún no hemos obtenido, anticipamos que algo bueno va a ocurrir, ¿no es cierto?
Con confianza esperamos activamente; y mientras aguardamos podremos abrir nuestros corazones hacia la reciprocidad en el amor.
Cuando estamos llenos de esperanza, sentimos además que somos buenos. La bondad en nosotros implica paciencia, tolerancia, integridad, ser cordiales, ser amorosos.
Implica mirar siempre más allá de nosotros, ejercitando la empatía.
Significa expresar gratitud por lo que somos y por lo que tenemos en el presente.
¡Confianza en que el bien siempre prevalecerá! ¿Está claro?
Espiritualmente, somos conscientes de nuestros dones como seres divinos, hijas e hijos herederos de Dios; no obstante, es preciso redescubrir esos dones.
Cada uno de nosotros podrá identificar en sí lo mejor que posee, compartiéndolo con los demás, evitando comparaciones. ¿Correcto?
A partir de este punto, expresar esperanza en mejorar.
Proyectando este panorama, sentimos que estamos en completa intimidad con la esperanza.
La postura del cuerpo es una de las formas de expresar nuestra actitud. Hombros encorvados hacia delante son expresiones de desánimo y apocamiento.
Cuando expandimos el tórax, inspirando aire en las respiraciones, nuestros pulmones se ensanchan, renovando el oxígeno en el cuerpo.
Al repetir la respiración automáticamente relajamos la tensión - ¡y gratis! Cuando los músculos del tórax están contraídos, poco oxígeno entra en los pulmones y muy poco dióxido de carbono se expele. Esta es una actitud de desesperanza ¡y no muchos saben que es así!
Acordarnos de mantener repetidas veces durante el día respiraciones profundas, inspirando y expirando, nos dará la sensación de bienestar que corresponde al optimismo de la actitud de esperanza.
En la mente nuestros pensamientos son mensajeros poderosos y podremos mantener un inmenso archivo de palabras y frases que expresan esperanza.
Pronunciándolas en voz alta, las haremos más y más activas.
Los pensamientos, además de positivos, deben ser expresados en el tiempo presente del verbo, porque es en el Aquí y Ahora cuando manifestamos nuestra esperanza, para que suceda en el futuro.
Por ejemplo: “¡Confío en que este proyecto se concretizará cuanto antes!”
La esperanza es vibrante y nos beneficia con la libertad, alejándonos de las dudas.
Estoy seguro, cada cual tendrá historias que contar, resultantes de la intimidad con la esperanza – no hace falta más que recordar.
Nuestro emocional reúne los sentimientos. Están siempre allí, pero muchas veces es preciso abrir espacio, como si fuese para ventilarlos. Abrir nuestras ventanas interiores y dejarlos volar, como si se abriese la puertecita de la jaula.
Los sentimientos van parejos con rodearnos de cariños tales como escuchar las músicas preferidas, pasear por los parques identificándonos o imaginando las experiencias de los árboles, meditar disfrutando del confort del silencio interior, claro está que cada cual tendrá en la intimidad de su ser aquel cariño en que más se completa.
Y siempre habrá la esperanza de poder renovarlos.
En la espiritualidad, de donde fluyen todas nuestras inspiraciones espirituales, los amados Seres de Luz nos ayudan a identificar nuestros dones y cualidades, y vivenciamos entonces la tranquilidad y la paz del conocimiento interior de que la Luz Divina en nosotros es eterna.
Cicerón (106-43 a.C.) pensador romano nos dice: “Donde haya vida habrá esperanza”.
Esta es una relación de complicidad e intimidad con la esperanza.
Para mantener la esperanza es necesario estar activos en nuestra vida – soñando, concienciando, amando y espiritualizando.
Volveremos sobre la cuestión.
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