Estamos en constante evolución
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 12/01/2013 10:54:04
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El universo está en evolución. Creo que esta evolución se dirige al espíritu, y que éste se realiza en los actos personales. Considero que esos actos personales se tratan del universo en movimiento.
No hay una inversión en el orden de los valores cuando se pone la “fe” en la evolución de la humanidad y del propio universo, y cuando depositamos toda nuestra energía sobre la más profunda gratitud al Creador.
Cuando tomemos conciencia de esta evolución, deberemos eliminar algunas sospechas en torno a la existencia del mundo espiritual y de su proceso de transformación. Nosotros estamos dotados de un valor insustituible y definitivo, que es la evolución por medio de nuestras reencarnaciones. Muchos tienen dudas, pero pese a ello, ya no es posible cerrar los ojos ante la existencia de una raza sobrehumana, sea superior o inferior, ésta existe, y toda nuestra evolución está vinculada a ella. Tú solamente eliges qué lado vas a seguir.
La evolución no nos conduce a un relativismo absoluto. La evolución culmina en una forma de vida que tiene un valor inalienable, insustituible e imperecedero. El ser humano solo puede superarse convirtiéndose a sí mismo en una mejor persona. Una vez formado un centro reflejo, se hace difícil cambiar, a menos que se lleve a cabo una inmersión dentro de uno mismo, haciendo florecer la gratitud, la compasión y el amor, que son sentimientos primordiales para el perfeccionamiento.
Un punto en que debemos tener cuidado, para el futuro de la humanidad, es modificar nuestro ADN de la edad media. No podemos insistir en la destrucción de la naturaleza humana como realidad en nosotros. Esto es lo que nos ha dejado en herencia la edad media. Claro que han existido espíritus aislados que tuvieron, y todavía tienen, un papel importante en nuestro desarrollo, pero lo que realmente ha quedado en nuestra sangre fueron las guerras, la ignorancia, las orgías y todo lo demás. También es cierto que han sido pocos los que se contaminaron ante la grandeza de los espíritus y de su naturaleza. El mal sabe hacer el ruido de una cigarra antes de callarse para siempre, pues él, en su pleno desdoblamiento, es ruidoso. Se ha convertido en un obstáculo para la plena realización de la humanidad. Todas las fuerzas negativas caerán por no creer en la evolución de los espíritus, en la evolución de la humanidad, del Planeta y del Universo.
La familia humana caminará realmente hacia una comunión sólida entre todas las personas, comulgando en el amor. Conforme a su propia naturaleza, el ser humano no pasa un segundo sin estar en evolución, y el arte de esta evolución está en el Amor.
Aquí o en otras dimensiones, siempre estaremos en constante evolución, al igual que todo el universo. Acordémonos de los dinosaurios y demás animales que se han ido para siempre, del hombre primitivo y del propio Planeta, cuyo desorden es evidente.
La suma de los minutos forman las horas, que se convierten en días, meses, años, décadas, eras. Empieza ahora a vivir plenamente los momentos en toda su plenitud y verás, al final del día, que puedes llegar a ser una persona mejor a cada instante. Notarás que te has convertido en una persona mejor en todos los sentidos, más alegre, más confiada y con más fe.
La crisis por la cual pasamos es buena señal. Sus características no son las de una destrucción, sino las de un nuevo mundo, que ya aparece para quienes saben admirar y participar, en todo momento, de la evolución del universo y de toda la humanidad.
En toda evolución se produce el crecimiento de los espíritus y de cada uno de nosotros. No tenemos ya cómo engañarnos. El mundo espiritual es citado en todos los rincones y por todas las religiones, pues de lo contrario, éstas se callarían. Las religiones han conquistado a sus fieles a costa de lo oculto, de los que ya han muerto. La evolución va a demostrar que todas las verdades dichas pueden no haber sido más que mentiras, y que todo aquello en que se cree podría ser exactamente lo contrario.
No es únicamente una deducción puramente racional. Los síntomas ya son visibles y la trama de las organizaciones políticas, económicas, sociales y culturales se hace siempre más densa, envolviendo a toda la Tierra y penetrando en toda existencia individual. Las generaciones precedentes podían vivir dentro de los límites de la familia, del poblado, de la nación, que satisfacían todas las necesidades vitales de sus miembros. Para vivir, le es necesario al ser humano moderno, no solo su alimentación, sino además su búsqueda del conocimiento, del progreso, del crecimiento. Una especie de sed que ha pasado a ser nuestra motivación.
El patrimonio de la humanidad es la propia humanidad. Una civilización que se dice moderna, bruscamente se expande por toda la faz de la Tierra habitada. Esto es evolución. Y tan solo cuando la unidad esté en cada uno de nosotros, en todas nuestras existencias, pensamientos y actos, reconoceremos y aceptaremos a todos como hijos de Dios y, de esa forma, la humanidad se realizará enteramente. Y aún así la evolución nunca se detendrá, pues para Dios el mundo nunca dejará de girar y esos giros son los pasos de la evolución.
BNN
