¿Estás capacitado para vivir uma existencia plena?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/03/2009 08:48:45
Traducción de Teresa - [email protected]
Existen consciencias que descienden aquí en el planeta de un modo bastante diferente de la conciencia del genuino buscador.
Sus enfoques centrales que podrían evidenciar lucidez también difieren; hay más espacios vacíos que muestran lo mucho que la conciencia de manera efectiva no está presentemente enfocada en la realidad factual.
Esto demuestra una especie de dificultad en la viabilidad de nuestro sí mismo y por veces un abandono, una lentitud en captar la realidad y reconocerse como individualidad.
La belleza estética del ser humano consiste esencialmente en ser humanos vívidos en todos los sentidos. Significa buscar vivir sin alucinaciones frente a la realidad desplazando y transfiriendo problemas personales a los demás, privándonos de vivenciar una realidad mayor de amor y de cariño. Consiste en lidiar y honrar nuestros problemas sean éstos cuales fueren, sin desplazarlo o imaginar problemas donde no existen, perdiendo nuestro tiempo precioso dejando de vivir con lo que realmente es importante para que nuestras vidas efectivamente sigan adelante tal como para nosotros es mejor.
Vivir de verdad es mucho mayor que desvíos repetitivos de comportamientos, competiciones infundadas, vínculos con creencias irreales que nunca nos llevarán a la sensación clamorosa del éxtasis que es sentirse en lo sagrado que es la propia existencia.
En circunstancias cercanas, tenemos las diversas consciencias encarnadas en moldes humanos actuando en las interconexiones de todas sus partes, buscando, aunque no sea más que por procesos intuitivos aún no conscientes, salir del velo de ilusión en que viven.
Podemos observar por nuestra propia experiencia, que la consciencia puede renovarse en cada segundo.
El estar parado, repitiéndose, pasa a significar deterioro. El tiempo en la Tierra actúa como un factor ilusorio, impulsándonos siempre a actuar, de ahí la importancia de no engañarnos a nosotros mismos repitiéndonos infinitamente en patrones de funcionamiento conocidos desde hace mucho, sean cuales fueren. Y éstos pueden ser desde creencias religiosas, matrimonio, disputas constantes, patrones de sumisión, etc.
En esta vertiente es donde podemos percibir cuánta ausencia de sí miso y de vida reside en aquellos que no se atreven a entrar en ese cuadro vivo, que es la propia existencia.
Estamos todos actuando simultáneamente, ora como participantes inseridos dentro de un supuesto contexto, ora como observadores en ese inmenso show.
Somos los actores de nosotros mismos, por eso es preciso que sepamos con clareza de qué modo estamos actuando en cada instante, pudiendo así desarrollar nuestras habilidades, ser los señores creadores de nuestras realidades con total consciencia, abandonando así el status de autómatas.
Por ello es altamente relevante la búsqueda sincera y la participación lúcida donde quiera que estemos, exigiendo de nosotros mismos la consciencia de la totalidad. Usufructuando el Tao.
Estamos perfeccionándonos en nuestros caminos cuando vamos con propósitos claros y bien definidos, presentes en nuestros cuerpos físicos, respirando e intercambiando el aire con todas las atmósferas… Estando en todo, viviendo el placer del saber estar.
Sacando provecho de todas las experiencias, en la consciencia del aprender.
Generando el auto-merecimiento, la autoestima y, simultáneamente, cuando estamos conscientes de este proyecto, ampliando oportunidades creativas para todos.
Somos creadores, criaturas divinas en pleno movimiento, siempre.
Son las actividades múltiples y variadas del buscador, que tiene como principio la expansión del yo, aunque todavía no lo sepa ciertamente.
La consciencia del sí mismo, transformando los universos en que transita en espirales de movimiento hacia el interior de todo ser, al tiempo que se expande en ondas de alegría hacia todo el Cosmos.
Se siente que, a medida que se avanza por la propia voluntad de tener consciencia y lucidez, nuevos caminos van abriéndose.
Somos grandes, tenemos la divinidad en nosotros.