Estrategias de los saboteadores internos para que permanezcamos en la zona de confort
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/01/2019 07:14:47
Autora Viviane Draghetti
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Traducción de Teresa
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Siempre que nos falta la valentía para dar un paso más, estamos en la zona de confort, juzgamos a los demás, con el fin de reducir la falta de confianza en nosotros mismos y de valentía para seguir adelante.
Tenemos la negativa costumbre de juzgarnos y, consecuentemente, de juzgar a los demás. Y juzgamos mucho, ¡aunque digamos que no! Con palabras, miradas, pensamientos.
Sólo cuando ponemos atención plena en el presente, percibiendo cuáles son los pensamientos que invaden nuestra mente (porque los pensamientos invaden, ¡sin pedir permiso ni llamar a la puerta!), nos damos cuenta de que estamos siempre juzgando, o sea, tratando de tener "una opinión formada sobre todo".
Y tener "una opinión formada sobre todo" masajea el ego, pues nos da la falsa sensación de control sobre los pensamientos y la vida, pero en nada ayuda.
Así, el hábito de juzgar es un gran saboteador, que tiene estrategias para dejarnos trabados, parados, dando justificativas a nuestros fracasos por medio de la crítica a lo ajeno. Esto nos quita fuerza para seguir adelante y nos da un confort ilusorio sobre lo que no está bien en nuestra vida, o sea, aquello que no tenemos perseverancia para cambiar.
Pondré algunos ejemplos para que puedas comprender. Quizá ya hayas hablado o pensado así, sin darte cuenta, o conoces a alguien que procede de esa forma.
Cuando no se tiene disciplina para cuidar el cuerpo físico, se critica a quien lo cuida, a quien se ejercita, con frases tales como "pero el físico no importa, importa el alma leve", o bien, "ella sólo piensa en el físico, seguro que está mal espiritualmente". Y lo cierto es que el físico también forma parte del alma aquí en la Tierra, y necesita cuidados.
Sin confianza en el trabajo desempeñado, se critica el trabajo de los demás, buscando defectos, a fin de suavizar la falta de autoestima y la dificultad de auto-aceptación.
Estando en la zona de confort, con pereza de poner en práctica nuestros proyectos, o bien, con falta de confianza, criticamos a quien está actuando/concretizando, diciendo "Fulano corre demasiado, va muy deprisa". Lo cierto es que hay que respetar el tiempo de cada uno, ¡nuestra prisa podría ser un ritmo normal en el otro!
Cuando alguien cambia su camino espiritual, oye decir que va a sufrir, ¡pues el "acusador" tiene la ilusión de que el que él sigue es el correcto y el mejor! ¡Y sabemos que no hay acertado o equivocado!
Cuando no se tiene el valor de buscar una relación sana, se oculta la soledad y la carencia juzgando la relación y la felicidad ajena.
Quiero decir que toda crítica a lo ajeno, en el fondo, esconde un deseo que no somos capaces de satisfacer, una insatisfacción constante e inconsciente, ya sea por miedo, falta de autoestima, procrastinación, pereza.
Y ¿qué hacer? En primer lugar, observa tu mente, con clareza, percibe en qué piensas: ¿en lo que quieres y te gusta, o en la vida y proyectos de los demás?
Apunta en un papel todas las veces que juzgas, en un día, y créelo, te vas a sorprender. Fíjate en cuánto de ese juzgamiento tiene que ver contigo, y no con la persona "juzgada".
Después, mírate con más amor y enfoca lo que es importante en tu vida, no en aquello que están haciendo otros. Progresa por tu propio mérito, no permitas que tus saboteadores internos justifiquen tu fracaso, indisciplina y pereza criticando y juzgando a otros. El confort que da esa actitud es totalmente ilusorio y no permanente, y te deja en la zona de confort, en posición de víctima, alejado de tu esencia.
