¿Existen nuevos tratamientos para mejorar el humor y el bienestar?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:18
Traducción de Teresa
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¿Qué actitudes científicamente comprobadas pueden traer bienestar, mejora del humor, y con ello la felicidad?
Sensaciones de buen humor, bienestar y felicidad, añadidas a la positiva certeza interior de que todo tiende a salir bien, por increíble que pueda parecer, también son resultado de aprendizajes neurológicos.
Ya al comienzo de nuestra vida, nuestro cerebro aprende a ejercer actividades motoras y cognitivas que sedimentan nuestros circuitos neurológicos, y en ese apartado también están incluidas las sensaciones de bienestar y de placer.
Cuando los padres ofrecen al niño un ambiente satisfactorio, donde éste con frecuencia se siente amado e incentivado positivamente en sus actos, el cerebro en formación, como respuesta a estos momentos de éxtasis y de alegría, estimula y enseña a sus neurotransmisores en formación a liberar dosis orgánicas por todo el organismo, con la finalidad de que funcionen como una suerte de validadores de las experiencias agradables.
Con eso, las personas que desde muy pronto se experimentan repetidamente en situaciones así, tienen menos probabilidad de pasar de modo drástico por surtos melancólicos y/o depresivos.
La gran cuestión, sin embargo, es que, según parece, la mayoría de nosotros no funciona de ese modo. ¿Qué hacer, entonces? ¿Existiría algún antídoto para activar en nuestro cerebro ese tipo de dinamizaciones? Las pesquisas confirman que sí, aunque mediante algunos importantes procedimientos.
Se sabe que las actividades físicas accionan en nuestro organismo estos mismos neurotransmisores que traen las sensaciones de bienestar, alegría, éxtasis y equilibrio, por tanto, los ejercicios físicos constantes forman parte de este paquete de religación con el bienestar. También podemos conquistar este estado mediante prácticas de meditación, aunque no sólo así, muchos activan estos procesos mientras corren escuchando determinados tipos de música, danzando, en deportes y en infinidad de situaciones donde, en un determinado momento de esas prácticas, es posible experimentar estas frecuencias.
Además de eso, otras sustancias, como los omegas y algunos suplementos vitamínicos también son difundidos con esta misma finalidad.
Aunque según mi punto de vista, nada efectivamente podrá cambiar en nuestra vida si no tenemos un mínimo de consciencia sobre los acontecimientos que nos han ocurrido, por tanto, aun haciendo todo esto que se ha propuesto, aun así, seguirá faltando un algo que hará valer toda nuestra búsqueda, y que ciertamente será el gran divisor de aguas en nuestras travesías. Siguiendo este razonamiento y recordando que tenemos funciones cerebrales que nos diferencian sobremanera de los animales mamíferos y de los reptiles, sabemos que podemos pensar y hacer reflexiones sobre todo lo que vivenciamos; y que gracias a eso tenemos la posibilidad de trascendernos en nuestras percepciones. Mi sugerencia, por tanto, aparte de todo lo propuesto, para alcanzar el bienestar, alegría, éxtasis de existir y el tan soñado equilibrio, es la terapia de Reprocesado Cerebral de nombre EMDR.
Para que la vida sea verdaderamente plena, las cuestiones mal resueltas, cuando funcionan como trabas emocionales, necesitan ser digeridas, procesadas y dimensionadas de nuevo. Si esto no ocurre, difícilmente podremos alcanzar estados de total plenitud.
Sobre el EMDR: implantar memorias buenas en el lugar de las nocivas hasta puede parecer algo de ficción científica, como se ve en las películas El Origen y Matrix, pero es plenamente posible. Los famosos traumas y perturbaciones que acometen nuestra mente, impidiendo nuestro bienestar mental y perjudicando las actitudes del día a día pueden ser visitados nuevamente por la terapia EMDR, una sigla que significa desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares. El método ayuda a rehacer conexiones y a trabajar nuevas sinapsis cerebrales; así, hace posible estimular ambos lados del cerebro, obteniendo resultados rápidos y sorprendentes, dando nueva dimensión a los recuerdos perturbadores.
Esa terapia surgió en los Estados Unidos y desde entonces se ha venido utilizando en miles de personas. El EMDR funciona así: el especialista identifica lo que limita y perturba al paciente. Seguidamente se solicita al individuo que recuerde y enfoque ese problema, escena o situación desagradable, acompañando los movimientos del terapeuta, con movimientos oculares, estímulos bilaterales, chasquidos auditivos, entre otros. Para ejercer esa terapia es necesario ser psicólogo o médico certificado por el EMDR Institute.
Por ser herramienta muy eficiente, es posible obtener varios beneficios, ya que es el propio paciente quien, al revivir sus experiencias, hace las asociaciones necesarias, lo cual promueve su curación emocional, su salto.
Esa terapia reproduce la fase REM del sueño, que es cuando se sueña y se intenta resolver conflictos de modo simbólico, como frecuentemente aparecen en los sueños; aunque en el EMDR la situación a resolver aparece cuando la persona está lúcida y despierta, pero su cerebro funciona también como si estuviese en un lugar más profundo de sí mismo, cuando los hemisferios cerebrales hablan más y sin freno, hasta el punto de que los simbolismos de todas las historias mal paradas pueden ser visitados, vueltos a procesar y trascendidos. Sentimientos, recuerdos y sensaciones que actúan de modo obscuro, son revelados y adquieren nueva dimensión.
Al final, la energía vital que antes se dedicaba a reprimir contenidos emocionales paralizados es liberada en el organismo, resultando en nuevas posibilidades de activación neurológica de placer y alegría.
