FIB... Felicidad Interior Bruta
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 27/11/2008 11:44:12
Traducción de Teresa - [email protected]
Siempre que se hace necesario, incluso durante el día, huyo a mi cuarto, me siento confortablemente en la cama y me relajo profundamente. Ahora busco concentrarme en la respiración, ahora comienzo un ya breve conteo regresivo, o simplemente enfoco mi atención en algo, que puede ser un mantra o un aspecto que quiero desarrollar en buena y profunda forma, como es el caso ahora. El silencio es el mayor aliado y una vez alcanzado un determinado punto, la correcta frecuencia de ondas cerebrales, comienza el viaje suave dentro de mí, siempre precioso y revelador. Invariablemente, el gato Zé capta este cambiar de fase y despacito se posiciona en mi regazo, enroscándose y asentándose, poniéndose así totalmente a gusto. Muy independiente, nunca hace eso en otras situaciones; pero de cada vez se niega a salir de su “nido” cuando he de retornar a las tareas que me esperan. Este es uno de los puntos altos de mi vida, estoy en paz con todos, ando mucho a pie por el barrio, lleno el tanque de mi viejo coche una vez al año y utilizo, para desplazamientos mayores, una moto bien conservada que ya no paga el impuesto de circulación desde hace ocho años. La salud está perfecta y no tomo medicamentos prácticamente desde que he comenzado a meditar en 1986. Desde 1999, he empezado a dejar todo lo que durante una vida ha sido mi trabajo y mi sustento. Vivo de forma espartana, sencilla. Los hijos y la amistad de los colaboradores – más o menos cercanos – también son mi gran alegría.
¿Se puede notar que no considero lo que realizo en el STUM un trabajo, y sí un logro personal? Incluso con los inevitables percances, al fin y al cabo el Website es una empresa prestadora de servicios y eso puede crear situaciones de estrés, estoy casi siempre haciendo lo que me gusta y eso simplemente no tiene precio.
Sé bien que puede ser muy difícil llegar hasta este punto... probablemente ha sido fundamental haber experimentado otras varias situaciones y actividades, permitiéndome hacer comparaciones con experiencias vividas, pesando los pro y los contra, recordando las decenas de miles de horas perdidas en el tráfico, las estructuras claustrofóbicas cristalizadas en algunas empresas o los desafíos creativos de otro orden y de mucha intensidad, generando también satisfacción profesional y personal. La diferencia entre hacer lo que realmente nos gusta o luchar para conquistar el “éxito” de la forma que conocemos hoy, puede ser simplemente lo que separa el bienestar verdadero de la permanente insatisfacción que acompaña a la mayoría de los que están en una frenética rueda-viva influenciados por los altos bramidos de los medios de comunicación. Todavía es complicado hablar con éstos de auto-conocimiento, espiritualidad, cambios, todas ellas palabras sin mucho sentido, consideradas como una moda más o algo aún más inútil y pasajero.
Por “suerte”, otras personas, en algún momento de su vida, cansadas y resabiadas deciden que es momento de realizar un cambio radical, conscientes de que ya no sirve de nada buscar fuera... ha llegado la hora de mirar hacia dentro y es cuando, finalmente, perciben que es donde se encuentran todas las respuestas, así como todas las herramientas y pertrechos necesarios para iniciar un viaje fascinante que no tiene fin y que se llama “El viaje del Alma”. El punto de mutación ha sido sobrepasado.
Pero... ¿y los otros hermanos?
Sé muy bien lo difícil que es tocar el alma de los que aún viven ritmos frenéticos en busca de objetivos materiales o que aún luchan bravamente para sobrevivir en este sistema social perverso y desolador. Por otra arte, sé que todos escucharemos nuestro corazón, tarde o temprano, por el amor o por el sufrimiento (como ha sido mi caso); es obvio que ya he sido parte integrante de esa masificación sistemática que hoy solamente me crea desazón y desaliento... pero recibí, en aquella época, mucha ayuda de este plano y del otro; en muchos casos, me he mirado en el espejo de personas despiertas, coherentes y amorosas... y es mucha hora de retribuir lo que he recibido para impulsar a otros en sus andaduras.
Y la información abundantemente disponible en Internet es una preciosa fuente diferencial; es preciso acompañar (y seleccionar) este flujo precioso de datos, para tener la noción correcta de lo que sucede aquí y allá afuera. Lamentablemente, muchos indicadores son preocupantes, mostrando el rumbo confuso (por decir lo menos) que la sociedad ha elegido actualmente. Me ha asombrado leer cómo son consumidos los antidepresivos de forma alarmante por aquí; ¡su venta en el Brasil ha crecido un 42% en cuatro años!
Otro dato asustador muestra que tan sólo en una década, en los EUA, ha aumentado en un 18% el índice de hipertensos ( esto antes de la crisis económico-financiera que sacudió el mundo...).
Solamente por recordar aquí y ahora lo que está en el origen de tantos problemas: el 20% de la población mundial responde por el 86% del consumo global, del 45% de la carne; del 58% de la energía; del 84% del papel y del 87% de los coches.
Pero el cambio es real y palpable, ha venido acelerándose y está ahí para que todos lo vean. Un signo y tanto: uno de los símbolos más importantes del sistema, la General Motors, que ha sido hasta el año pasado la mayor productora de vehículos del mundo, llegó a tener su acción en bolsa con un valor, la semana pasada, de la friolera de 2.63 dólares.. ¡un papel que había llegado a valer 90! ¡Un gigante, un símbolo mundial está despeñándose, en quiebra... caso no reciba auxilio del gobierno americano!... ¿Por qué será?
El Universo tiene prisa.
Vamos a dejar de poner nuestra energía en eso y en las otras muchas cosas que suceden en el mundo de forma brusca y en rápida sucesión, anticipando tiempos todavía más sombríos acerca del actual sistema económico mundial. Tratemos de algo positivo, que está ocurriendo ahora y que tiene todo que ver con la primera parte de este texto: la búsqueda de una calidad de vida mejor, redefiniendo los parámetros, los valores REALES que nos permiten, en cualquier lugar, edad y situación, saborear la vida y vivenciar toda la dimensión de belleza, felicidad y amor que está y siempre ha estado acompañándonos.Para tanto es necesario que los países dejen de considerar el PIB (Producto Interior Bruto) como el principal indicador para clasificar, para cualificar un país a escala mundial. El desgaste de la clasificación en función de la riqueza producida ha llegado a un punto crucial. Ha quedado totalmente obsoleto y deberá, en la nueva era que se aproxima, dejar su lugar a otros aspectos, que finalmente tengan en cuenta el SER en contraposición con el TENER.
Este boletín se ha inspirado en un texto que leí en la Folha de São Paulo sobre el concepto que ya viene de largo tiempo atrás y que está siendo aplicado seriamente en algunos países importantes como el Canadá con su CIW (Índice Canadiense de Bienestar), apellidado FIB (Felicidad Interior Bruta), y la riqueza dará lugar a estos tópicos:
Sostenibilidad X uso perverso de energía no renovable;
Legado a las futuras generaciones X explotación descontrolada de los recursos naturales;
Prevención REAL de dolencias X detección rápida de dolencias;
Comunidad X individualidad;
Conocimiento real X Conocimiento distorsionado al servicio del sistema;
Unidad X separación;
Redefinición de patrones de calidad de vida X Patrones orientados por el TENER;
Empleo creativo del tiempo X “Tiempo es dinero”;
Inclusión social X prejuicio y separación;
Espiritualidad universalista X religiones dogmáticas y sectas;
Ética X degradación moral;
Dimensión global X nacionalismo y patriotismo;
Producción y consumo racionales X Producción de superfluos y marketing irrestricto;
Valorización de las sabidurías ancestrales y de los mayores X Falta de respeto actual.
Deseo de todo corazón que el que está hibernando, despierte, que la Luz contemple y toque con su brillo y calor a más y más seres humanos para que el cambio avance sin parar.
Es algo real. Sabemos que no se trata de utopía. Si yo he cambiado de lo que era y hoy estoy aquí, finalmente haciendo mi parte... ¡TODO EL MUNDO PUEDE CAMBIAR!
Basta que el recado, suave, amoroso e inteligente que venga a tocarnos el corazón nos sensibilice, actuando firme en nuestro centro, despertando el sentimiento más fuerte e incorruptible que existe: el Amor Incondicional. Que venga entonces una gran epidemia, un contagio total provocado por esa energía que está en la base de todo, que esa fuerza actúe en todos los seres y, así, cuando la mayoría entre en la sintonía, el mundo pasará de fase, dará un salto hacia lo alto, realizando de esta forma, con todos a bordo, la verdadera ascensión que muchos están esperando y mereciendo.
¡Sí, es posible, nosotros podemos, pues somos uno solo!
Námaste