FORMAS-PENSAMIENTO, LARVAS ASTRALES Y OVOIDES - Parte II
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/09/2015 12:21:31
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Larvas Astrales y Vibriones Psíquicos
Según el Dicionário Houaiss da Língua Portuguesa, vibrión es la designación común para las bacterias móviles en forma de bastoncillos. Y larva viene del latín larvae que significa máscara, muñeco, espantajo, demonio, espectro que se apodera de las personas. Entre los antiguos romanos, la palabra larva designaba el espectro o fantasma de persona que tuvo muerte violenta o de criminal, que se suponía vagar entre los vivos para atormentarlos.
En cambio, en zoología ha pasado a designar la fase inmadura, pos-embrionaria, de un animal, cuando éste difiere sensiblemente del adulto, como los insectos, por ejemplo, porque en esta fase, el animal estaría “enmascarado”, disfrazado. Como vemos, por tanto, también se denominan vibriones astrales, las larvas mentales, larvas espirituales, larvas fluídicas, larvas energéticas, vermes astrales, vibriones mentales, bacilos psíquicos, larvas psíquicas, etc.
Como vemos, por tanto, larvas astrales o vibriones psíquicos son formas-pensamiento semejantes a los microbios físicos, creados por el enviciamiento mental y/o emocional de la conciencia, en actitudes, pensamientos y sentimientos desequilibrados. Veamos algunas descripciones de André Luiz en el capítulo 3 del libro Missionários da Luz, al examinar desde más cerca algunos candidatos al desarrollo mediúmnico:
“Me quedé estupefacto. Las glándulas generadoras emitían una muy débil luminosidad que parecía ahogada por aluviones de corpúsculos negros, que se caracterizaban por su asombrosa movilidad. Empezaban su movimiento bajo la vejiga urinaria y vibraban a lo largo de todo el cordón espermático, formando colonias compactas en las vesículas seminales, en la próstata, en las mucosas uretrales, invadían los canales seminíferos y luchaban con las células sexuales, aniquilándolas. Las más vigorosas de entre aquellas fieras microscópicas se situaban en el epidídimo, donde sorbían, famélicas, los embriones delicados de la vida orgánica. Estaba asombrado… ¿Serían expresiones mal conocidas de la sífilis?”
A lo que el instructor Alexandre responde: “- No, André. No tenemos ante nuestros ojos la espiroqueta de Schaudinn, ni cualquier nueva forma susceptible de análisis material por bacteriólogos humanos. Son los bacilos psíquicos de la tortura sexual, producidos por la sed febril de placeres inferiores. El diccionario médico del mundo no los conoce; y a falta de terminología adecuada a vuestros conocimientos, llamémosles larvas, simplemente. Han sido cultivadas por este compañero, no sólo por la incontinencia en el dominio de las emociones propias, a través de experiencias sexuales varias, sino además por el contacto con entidades groseras que tienen afinidad con esas predilecciones suyas, entidades que lo visitan con frecuencia, a modo de imperceptibles vampiros.”
Observando a otro candidato habituado a ingerir alcohol en exceso, André Luis nos da la siguiente descripción: “Me asombraba el hígado enorme. Pequeñas figuras horripilantes se apostaban, voraces, a lo largo de la vena porta, luchando desesperadamente con los elementos sanguíneos más nuevos. Toda la estructura del órgano se mantenía alterada.”
Todavía en el mismo capítulo examina también a una mujer con trastornos alimentarios y dice: “En una gran zona del vientre atiborrado de alimentación, se veían muchos parásitos conocidos, pero además de ellos, divisaba otros corpúsculos semejantes a limacos voracísimos que se agrupaban en grandes colonias, desde los músculos y las fibras del estómago hasta la válvula ileocecal. Semejantes parásitos atacaban los jugos nutritivos con asombroso potencial de destrucción.”