Garabatos del Corazón - de madre para madre
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/06/2016 08:52:02
Autor: Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La primera experiencia que tuve con la esquizofrenia fue en 2008; lo relato todo en dos artículos publicados aquí en este Website. Comprendí, en aquel entonces, que la presencia activa de la madre fue el factor principal que restituyó a un ingeniero el derecho y las posibilidades de tener hasta hoy una vida absolutamente normal. En aquella época él dormía todo el día, oía voces, lo cual hacía que su vida fuese inviable. La reinserción social plena surgió con la aplicación diaria del Proceso Mutação, con esperanza y coraje, que su madre realizó, por él, siguiendo las instrucciones que le dábamos Sandra y yo. Las pesquisas que llevo realizadas y ese hecho en concreto me han permitido afirmar que la esquizofrenia tiene cura.
Recibí algunos correos de madres, de familiares, y de personas afectadas por esa enfermedad. Sin embargo, en 2009, tuve el segundo desprendimiento de retina. El primero, en 2000, me quitó la visión del ojo derecho. Este último me quitó un 80% del izquierdo. Estuve hasta 2014 sin escribir y a partir de ese año retomé mis artículos. Desde el año pasado he venido recibiendo muchas peticiones. Respondo a todas, orientando sobre cómo la persona que sea la principal interesada por el enfermo debe hacer. Tengo un sueño, que es organizar un grupo de sensitivos para trabajar la captación del inconsciente del esquizofrénico y realizar su reintegración psíquica, reinserción social y readaptación emocional. Aún es un sueño.
En este caso, que traigo aquí para vosotros, quiero homenajear a dos madres. La madre del hijo enfermo, que hace la apelación. Y también a otra madre, que prontamente atendió a mi petición. Mirad lo que dice la madre del enfermo: “Hace diez años que mi hijo toma medicamentos específicos, ha decidido dejar de tomarlos, ya no quiere volver al médico, ha dicho que renuncia a la medicación, ya no la soporta más. Estoy asustada…
Pedí a Dios una luz, pedí que Él me enviase a un ángel para que me ayudase y orientase… Y la respuesta de Dios vino a través de mi hermano. Él es evangélico y me está ayudando de la siguiente forma: hacemos una campaña de oración durante siete días, ya vamos por la quinta oración. Estoy siguiendo su orientación. Pero sigo preocupada, pues él no ha dormido bien últimamente y me dice cosas que no logro comprender… Ayudadme, lloro mucho y a veces pienso que Dios se ha olvidado de mí, pero luego me arrepiento de decir eso, pido siempre perdón a Dios y fuerzas para aguantar firme y con fe. Él tiene la manía de sentirse siempre observado por alguien cuando sale a la calle, le da por oír voces, se considera el peor ser humano. Pienso que algún espíritu se ha pegado a él, no sé qué hacer… ayudadme...”
Sintonicé el caso, por intuición y porque el tío evangélico está dando apoyo, decidí abrir el proceso. Envié la apelación y solicité la participación de una amiga, también evangélica. Y ésta, madre también, envió esta linda cartita, garabateando esos renglones con el corazón:
“¡Querida madrecita!!! Leyendo tu petición de ayuda, mi corazón se ha llenado de amor por ti. También soy madre, y sé lo difícil que es ver a nuestros hijitos sufriendo. Mi consejo para ti, querida, es que intentes todos los días abrazar a tu hijo y transmitirle todo el amor que sientes por él, decirle, al oído, cuánto es importante, que juntos vais a encontrar, con la ayuda de Dios, la solución para los problemas. Muestra en actitudes todo el amor que sientes por él.
Otro consejo es que cuides vuestra vida espiritual, no sé cuál es tu religión, pero todos tenemos el mismo Dios, no ceses de buscarlo, todos los días.
Ten una vida de oración diaria con Dios, te hará sentir mejor, ora por tu hijo, pide protección a Dios contra todo el mal que pueda venir a perturbarle su mente. Pídele que te ayude a lidiar y comprender la situación de tu hijo, sé persistente, si fuese preciso habla todos los días con Dios sobre lo mismo, ¡no desistas de orar! Él te dará una respuesta. Jesús dijo que basta con creer… ¡cree en una fuerza superior del bien, que te ayudará a superar este momento difícil! Ahora, hablemos de lo físico, porque todo está ligado ¿no es cierto? Si él hacía un tratamiento con medicamentos fuertes y los dejó sin prescripción médica, con toda seguridad sufrirá efectos colaterales. Madrecita, intenta convencerlo con mucho amor a volver al tratamiento, él lo necesita, cambia de médico, de hospital, llega a un acuerdo con él, ofrécele algo que él desee o que le guste hacer, a cambio del tratamiento, discurre algo, madrecita, para que él vuelva al tratamiento. ¡Quiero que sepas que vosotros ya estáis en mi libreta de oración, me gustaría que me enviases tu nombre y el de tu hijo, para que yo pueda ser más específica con Dios! Madrecita, todo cuanto hagas, hazlo con mucho amor, rebosa amor, ¡y al final todo irá bien!!! ¡Que las bendiciones del Señor estén sobre tu vida y la de tu hijo!
¡Con amor!”
Kelly