¿Gravidez extraña o la magia divina?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 31/08/2008 11:30:54
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Una internauta me cuenta una historia, cuando menos, muy extraña: “Estaba charlando con mi vecina y sentí un vahído muy fuerte. Ella me socorrió con una silla y entonces se abrió una luz ante mi. Pude ver a una niñita de unos 4 años que extendía las manitas hacia un hombre blanco con cabellos largos (él estaba de lado y no pude ver su rostro). La niña tenía largos cabellos con tirabuzones en las puntas, la mirada fija en el hombre y sonreía con las manitas extendidas hacia él. A medida que se desarrollaba la visión, yo se la iba narrando a mi vecina y entonces dije: esta niñita está pidiendo reencarnarse...” exploté en llanto y la visión desapareció.
Se lo conté a todo el mundo, pues había quedado sobremanera emocionada y me preguntaba quién tendría la felicidad de tener en los brazos, como hija, aquella criatura tan entrañable. Esto sucedió el 1 de noviembre, recuerdo que era el Día de Todos los Santos.
En abril del año siguiente, Aparecida, mi empleada de hogar desde 1986, joven pacata, sin relación con hombre alguno, empezó a quejarse de ardores de estómago. La llevé a un gastroenterólogo y éste dijo que era un embarazo. Ella fue tajante en decir que no tenía condición alguna para que fuese eso. Fuimos a un ginecólogo y este lo confirmó: ella estaba entrando en el 5º mes de embarazo. De pronto, me acordé de la visión y dije: “es aquella niñita que viene para nuestra alegría”. Estábamos ansiosas para que llegara el momento de hacer la ecografía. Era una niña... Ligia nació el día 1 de noviembre (Día de Todos los Santos) de 1999. hoy es una linda niña de 8 años. Pese a que su madre tiene los cabellos ensortijados, ella tiene largos cabellos lisos con tirabuzones en las puntas (tal como en la visión). Es mi hija del corazón y las personas se quedan impresionadas por lo mucho que se parece a mi en todo, y casi nada a la madre. Mi amor por ella llega a doler, de tan intenso.”
Me pareció linda y significativa la historia. En más de treinta años, lidiando con la espiritualidad o metafísica, he visto y oído mucho, pero esa historia es encantadora y merece una profunda reflexión. Ella puede remitirnos al nacimiento de Jesús, generado por una virgen, según algunos historiadores.
¡Wilson, tú de cuando en cuando disparatas, habla en serio! ¿Cómo puede una mujer quedar embarazada sin hombre? ¿Y la ley de la naturaleza? Yo pregunto: ¿y la Ley Divina? Al fin y al cabo, quién determina lo que se puede o no se puede en esta vida. La ley humana o la divina.
Aun el otro día, hablé con dos personas sobre ese proceso mágico del Universo, en una clase en el Centro Espírita Nosso Lar y las personas se quedaron perplejas e incrédulas; un alumno, inclusive, me llamó revolucionario. No, no soy revolucionario. Simplemente hago una lectura esencial de los textos, de los hechos. Al fin y al cabo, son de Jesús estas palabras: el amor cubre la multitud de los pecados. Después de un simple toque de una mujer en las orlas de sus vestiduras, le dijo: tu fe te ha curado. Esto ¿es o no mágico? No mágico en el sentido de ilusionismo, sino en el sentido puro de la etiología de la palabra, que significa la posibilidad que existe en el ser humano de transformar todo y a todos.
Un amigo mío (ya dejó el cuerpo) vino a mi casa, una parienta estaba allí. Él dijo: hay un Espíritu que quiere renacer, pero no a través de negros, sino de blancos, y volviéndose hacia ella le preguntó: ¿lo aceptas? La mujer lo consideró una broma, porque ella se había hecho una ligadura (operación para no quedarse embarazada) tras el nacimiento de su quinta niña.
Pasó el tiempo. Un día ella soñó que una pareja de amigos, negros, venía juntamente con un espíritu a pedirle que ella lo aceptase, porque él no podría nacer con el cuerpo negro, vendría como niña. Ella despertó llorando, nerviosa, ya no quería más hijos, ni quería aquel acuerdo... Habló con su marido, él consideró que no era más que un sueño...
No obstante, dos meses más tarde ella quedó embarazada, pese a la ligadura. Hoy la niña ya está casada, es blanca, pero con unos labios así carnudos y una tez aparentemente de negra, muy linda...
El Dr. Jorge Andréa, en uno de sus libros, cuenta la experiencia que ocurrió en su casa.
Realizaba una sesión de desobsesión en un Centro Espírita. Varias veces se comunicaba un Espíritu que afectaba a personas y grupos, debido a su búsqueda de venganza, a su violencia. Había sido un soldado nazi y quería a toda costa rescatar su poder. Después de muchas conversaciones con el grupo, suavizó sus actitudes y decidió repensar su existencia, comprendiendo que había dejado el cuerpo, que habitaba en otro mundo y que necesitaba una oportunidad para volver a la Tierra y con esa nueva comprensión llevar a cabo una existencia más consciente y amorosa.
Sin embargo, tamañas habían sido su intransigencia, sus actitudes de indignidad, que estaba solo, sin amigos ni parientes, apenas los Amigos Espirituales que lo acompañaban y amparaban, en esa nueva jornada. Surgió la dificultad. ¿Cómo renacer entonces? Jorge Andréa fue consultado y aceptó el encargo, yendo a conversar con su esposa, que ya se había operado para no tener más hijos. Ella aceptó. Meses más tarde quedó embarazada y dio a luz a un niño rubito muy lindo. Y ellos cuentan que era interesante ver a aquel niño, con dos años, a paso marcial por la sala, con la nariz empinada y poniendo orden en todo y en todos.
Hemos de convenir que debe haber sido emocionante ver al antiguo obsesor, habitando aquel cuerpo gracioso de niño, beneficiado a través del fenómeno de la reencarnación y de la extraordinaria actitud de compasión de dos criaturas. Él estaba, nuevamente, en la Tierra, con nuevas oportunidades, realizando su nueva jornada en busca de la reelaboración de su destino. Cosas de este y del otro mundo. ¡A veces, casi inverosímil!!! Pero, ciertamente, muy real, con tal concreción que asusta y que me extasía.
Y yo indago: ¿será que esas mujeres contrarían la Ley de la Naturaleza? O simplemente han transformado sus vientres en un rincón de luz, para recibir a esas almas... ¿No será mágico un mundo así? Yo me rindo ante esa magia, la magia del Bien, de la Compasión que rescata en el alma de mujeres sencillas, el brillo y la grandiosidad de la maternidad, que trasciende las leyes humanas, para sintonizar la sabia y santa Ley Divina.