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Haití, São Paulo, Machu Picchu

por Sergio Scabia em STUM WORLD
Atualizado em 07/02/2010 09:25:52


Traducción de Teresa - [email protected]

El Agua ha hablado fuerte y claro

El agua siempre me ha fascinado profundamente. Nunca la he temido, nunca me ha incomodado o asustado en toda mi vida. Desde siempre. Recuerdo como si fuese hoy la sorpresa, la alegría que se adueñó de mí cuando, siendo aún pequeño, me enseñaron su ciclo perenne, su infinita capacidad de cambiar de estado, haciéndose invisible cuando vapor gracias a la acción de la temperatura, majestuosa e inspiradora nube cuando se condensa allá arriba en el cielo azul, portadora y mantenedora de la vida cuando finalmente retorna entre nosotros de formas distintas, según las condiciones meteorológicas, pero siempre encantadora, ya en la forma de gotas, de copos de nieve de infinitas texturas o de poderoso granizo.
Parte de ella se evapora nuevamente, otra es consumida en la superficie y gran cantidad se embreña por las rendijas, por los caminos misteriosos del subsuelo, bajando a las profundidades del reino mineral, siendo filtrada, enriquecida, sabiamente beneficiada con una infinita gama de componentes químicos que la acompañan nuevamente a la superficie, por las fuentes naturales o por los pozos cavados por el hombre, única en su composición, en su código genético. Verdaderamente el Universo en acción.

El agua tiene consciencia
Si el agua es el principal elemento en el ciclo de la vida, está claro que ella también debe ser un organismo vivo... Ella es, por tanto, parte y herramienta de una inteligencia superior, y debe actuar en sus ciclos también de acuerdo con las leyes naturales, obedeciendo, por tanto, a la ley del karma, que reza:
Toda Causa tiene su Efecto; todo Efecto tiene su Causa; todas las cosas suceden de acuerdo con la Ley: el Acaso es simplemente un nombre dado a una Ley no reconocida. Existen muchos planos de causalidad pero ninguno escapa a la Ley.

Masaru Emoto, el Misionero del agua
Tuve contacto en 2002 con la obra de inestimable valor de este ser humano que entró a fondo en las propiedades del agua, que ha logrado traernos las increíbles imágenes de sus cristales, que pueden asumir las más variadas, las más bellas formas, cuando es colocada en ambientes de oración, de meditación, o en presencia de niños tomados de las manos, o expuesta a las mágicas vibraciones de la música de los grandes e inmortales compositores clásicos... (para saber más sobre el tema, pincha en el enlace al final del artículo)
Desde entonces, recordando siempre que en mi cuerpo tengo cerca de 65 litros de este precioso líquido, procuro cuidarlo muy bien, pues sé que mis emociones, mis respuestas, mi salud física y mental, así como las virtudes del agua que bebo, van a marcar una enorme diferencia en mi calidad de vida.

El agua y la unidad
Una simple cuestión de raciocinio me permite decir que las moléculas de este elemento sagrado que hoy están en mi organismo, seguramente ya formaron parte de plantas, frutas, animales y otros seres humanos de todos los continentes, desde los primordios, desde los tiempos de los organismos unicelulares. Tú, yo, por la acción sutil de la consciencia del agua que nos permea, somos la síntesis, la suma, el resultado final actualizado de todo cuanto existe.
Y el propio aire que respiramos, compuesto de vapor de agua en concentraciones que varían – hasta convertirse en espesa neblina cuando saturado –, nos une de forma absoluta, nos hace intercambiar informaciones, inspiraciones e intuiciones de forma completa, imperceptible y profunda. En nuestras células, por obra también de esta simbiosis, tenemos los registros, las memorias todas de la Creación. Es preciso, por tanto, aprender a desarrollar más nuestra latente capacidad mental, llegando finalmente a acceder de forma directa y clara a la Verdad. La que a todos nos hace libres definitivamente.

Sobre la catástrofe de Haití
Masaru Emoto especula ahora con que el agua puede también estar en el origen de los terremotos, con su fuerte y continua acción subterránea en las fallas geológicas, en las placas tectónicas del subsuelo; el agua retiene informaciones, que, en su mayoría, provienen de la mente humana... Emoto sugiere que el estado energético de esta agua podría estar reflejando, como un espejo, la mente de las personas que viven en la superficie.
Así, la disparidad energética de las aguas de esos lugares, en contraste con el agua pura que se desplaza incesantemente en las capas freáticas del suelo, hace que cuanto mayor sea la disparidad, menor sea el nivel de la energía socio-económica que se refleja en las personas, y más fuerte puede llegar a ser el terremoto. Esto ocurrió recientemente en Indonesia, en Irán, en Filipinas y hoy en Haití.
Creo que este puede ser un llamamiento a todos los seres de la Tierra, una instancia de transformación, de ayuda inmediata para demostrar que la humanidad todavía tiene compasión, amor al prójimo, coraje para actuar colectiva y profundamente.

São Paulo lastimada
Quien vive en São Paulo sabe cuánto está siendo golpeada esta ciudad por las lluvias que sin interrupción, desde hace 45 días, la devastan. Son muchos los muertos, los heridos, los que se han quedado sin hogar y los que lo han perdido todo aquí también. Sin contar los daños materiales, los árboles derribados, los barrios que aún están sin energía eléctrica y los que permanecen todavía inundados. Caos terrible en el tráfico, empleados que no llegan al trabajo; la Autovía Dutra casi interrumpida, con un trozo de calzada que ha desaparecido, pues ha sido literalmente arrastrada por la increíble fuerza del agua.
¿Será que el nivel energético de nuestra ciudad es bueno? ¿Será que el aspecto socio-económico aquí es armonioso, está en equilibrio? ¿O será que es preciso hacer algo con urgencia, por parte de las autoridades, los ciudadanos, los que pueden dar el ejemplo, haciendo efectivamente algo en la dirección correcta? ¿O podemos continuar cargando el fardo de tanta disparidad como si nada? ¿Es justo dejar a la ciudad ahogarse, estrangulada por las obras, por el ya caótico sistema de transporte, por la interminable saturación y especulación inmobiliaria?Machu Picchu
Cuando me enteré del desastre que asoló la región sagrada de este santuario Inca, en Perú, hace dos semanas, dejando además a cientos de brasileños al relente y pasando hambre, obligando a nuestro gobierno a providenciar rescates de emergencia, vino como un rayo, fortísimo, a mi mente, lo que puede haber provocado el desastre: el descaso, la agresión al hábitat natural provocada por el turismo salvaje, con los innumerables y a veces irrespetuosos grupos de seres humanos no comprometidos con las cuestiones espirituales, perturbando con su baja energía este templo de la naturaleza, este refugio otrora inexpugnable – incluso para los colonizadores españoles – y que ahora puede ser alcanzado incluso en helicóptero por personas de grandes recursos, pero de pequeña comprensión energética, o convertirse en escenario de burlescos reality shows.
Están además los auto-titulados chamanes que llevan caravanas de adeptos a fin de realizar allí rituales a veces absurdos... en nombre del lucro, obviamente.
¿Que te parece esto?

Lo que podemos hacer
Enviar nuestras oraciones y pensamientos de amor y gratitud a las personas y al agua en Haití; orar, aunque sea desde lejos, por ellos, para que tal manifestación destructiva no vuelva a producirse y para que el agua local tenga una rápida recuperación en sus bellas formas cristalinas, muy en breve. ¿De qué forma podemos hacer esto por Haití, São Paulo y todas las localidades donde la situación sea de calamidad? Es sencillo, vamos a llevar a cabo un ritual sugerido por el “misionero del agua”; visto que todo está interconectado... vamos a transmitir, a través de ese precioso líquido, nuestros deseos, intenciones de amor y gratitud hacia el agua del lugar elegido, como puede verse por la imagen que acompaña este texto.
Si te es posible, por la mañana y al acostarte envía desde tu corazón tu vibración de amor y luz al agua embotellada, que será muy bien recibida. Podrás emplear más botellas, para otros lugares... El amor es infinito, no tiene límites.
Estarás ayudando a todos, puedes estar seguro. Estamos penetrando en una dimensión en la cual distancia y tiempo nada significan y donde solamente el amor reina.
Sí, ¡Somos Todos Uno solo!


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sergio
Sergio Scabia é co-fundador do Site Somos Todos UM
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