Ho´oponopono y el león blanco...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 07/08/2009 12:49:06
Traducción de Teresa - [email protected]
La semana pasada estaba tranquilamente en mi cuarto... después de escribir algunas cosas, cuando me acometió una sensación horrible y una angustia sin explicación... empecé a llorar y un agobio en mi corazón me hacía sentir algo muy desagradable... Todo sin motivo aparente porque hasta entonces me sentía muy bien...
Me acosté e hice el Ho’oponopono para limpiar lo que podría estar causando aquel malestar tan inesperado.
Mientras repetía las frases... Lo siento mucho... Perdóname... Te Amo... Muchas gracias... me he visto sentada en un suelo de tierra con una herramienta en las manos... un tipo de escardadera puntiaguda con la cual intentaba derribar un muro de piedra para encontrar un paso hacia el otro lado. Me he visto en el momento en que consideraba que las próximas piedras que retirase eran las que faltaban para abrir el paso... ya había cavado mucho y, al fin, parece que iba a encontrar la salida... Pero al retirar esas piedras me doy cuenta de que aún no es la salida... y que otras muchas piedras debían ser retiradas todavía...
En ese momento, entiendo que la angustia que sentí reflejaba aquella situación... Alguien que después de mucho esfuerzo por verse libre... y que piensa que ya lo va a lograr... constata que no es así... Un cansancio enorme y una falta de esperanza, mezclados con un desánimo de continuar, porque... ya sin fuerzas para cavar, consideraba que aquella era mi única salida...
En ese punto, lloré mucho mientras repetía mentalmente Yo Te Amo... Yo Te Amo... aunque la angustia pareciese aumentar, persistí con el Ho’oponopono... hasta que... tras lo que me pareció una eternidad, aquel dolor se fue suavizando... suavizando... y, de repente, me veo levantándome del suelo y percibiendo atónita que aquel muro que yo cavaba gastando tanta energía, era bajo y podía atravesarlo sin ningún esfuerzo para alcanzar el otro lado. Para ello bastaba con sentarme sobre él y echar las piernas hacia el otro lado...
Mientras percibía esto, mis ojos se pararon en la hierba verdecita que había del otro lado hasta perderse de vista... Tanta libertad y amplitud chocaron con la limitación que el muro representaba hasta entonces.
Por un momento me quedé allí parada... esperando el alivio que vendría ante la posibilidad de la libertad...
Sin embargo, para sorpresa mía, la angustia volvió y se hizo aún más fuerte...
Yo no sabía si quería atravesar el muro hacia la libertad que tanto había buscado... yo no sabía qué hacer ante la libertad...
Sé que puede parecer loco, pero ante la posibilidad de ser libre sin esfuerzo... mi angustia aumentó... Aquello que tanto había buscado... Ahora, no sabía qué hacer con ella.
Una fuerza parece que me llamaba para continuar allí cavando porque era lo que yo sabía hacer... al mismo tiempo, ya no podía seguir haciéndolo, porque la puerta estaba abierta y no tenía sentido alguno permanecer sujeta a lo que ya era pasado...
Continué con el Ho’oponopono y una lucha enorme me revolvía por dentro haciéndome llorar un llanto que parecía muy antiguo.
Estaba tan cansada que no tenía siquiera fuerzas ni voluntad para pasar hacia el otro lado del muro...
Después de un buen tiempo de Ho’oponopono... la sensación desagradable fue disolviéndose... hasta que me decidí y encontré fuerzas para atravesar el muro... sentándome en el borde. Y no necesité hacer esfuerzo alguno para colocar los pies en el otro lado, en aquella hierba verdecita y muy viva... en verdad, no necesitaba siquiera bajarme o ponerme de puntillas toda vez que mi estatura permanecía siempre igual. Esto me llamó la atención... de alguna forma yo me veía atravesando el muro sin ningún esfuerzo...
Caminé despacio por la hierba verdecita sin ninguna otra sensación... Aquello era algo nuevo y no sabía lo que iba a encontrar... y ninguna emoción buena o mala... solo un vacío de sentimientos...
Vi que allá adelante un lindo león blanco me esperaba... y voy en dirección a él... sin miedo... sin prisa... sin expectativa... con calma... con Alma...
Encontrar aquel león blanco me hizo un gran bien... Él me transmitía fuerza y sencillez... y algo que no sé siquiera describir, porque va más allá de lo que he podido sentir... pero era sencillo... muy sencillo ser feliz...
Aquellos dos momentos, cuando percibo que... por más que intente cavar en aquel muro nunca consigo llegar, juntamente con un enorme cansancio... y después la angustia ante la posibilidad de la libertad – el miedo frente a lo nuevo – cuando veo que puedo pasar fácilmente al otro lado... retrataban partes mías de las cuales yo no tenía consciencia... pero que, con toda seguridad, me limitaban.
Comprendí que sacar eso a la superficie fue un regalo inestimable, una oportunidad...
Aunque conscientemente no percibiese en mí esas dos situaciones al principio... después he podido percibir que en algunos puntos yo me sentía exactamente así...
Agradecí y estoy dedicándome a depurar esas memorias en pura Luz.
Muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de cómo esas memorias nos limitan porque nos hemos acostumbrado a ser de determinada manera sin siquiera reflexionar sobre la posibilidad de que ese modo de ser está determinado por ellas.
Consideramos que nos gustan o no ciertas cosas, cuando en verdad solo estamos reaccionando guiados por memorias...
El Ho’oponopono nos aporta la posibilidad de ser guiados por la Inspiración Divina... y nos señala la posibilidad de que es muy sencillo ser Feliz...