Imán II
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 01/02/2008 14:18:18
Traducción de Teresa - [email protected]
No conseguimos medir el estrago que hacemos en nuestra vida cuando afirmamos: “Yo no consigo”.
En el artículo anterior hemos procurado dejar evidente la fuerza de nuestro pensamiento y cómo acabamos generando un flujo de retorno sobre todo aquello que pensamos, hablamos y actuamos.
Somos un verdadero imán. Actuamos y vivimos como tal, y de esta forma es como aprendemos y conseguimos superarnos en cada vida y en cada experiencia vivenciada en un determinado signo zodiacal.
Es importante no olvidar nunca que somos lo que pensamos.
El Universo se compone de más de siete mil niveles de energía. Aquí en la tierra tenemos acceso a apenas el uno por ciento de estos niveles, o sea, 70 de ellos.
Nuestra utilización media cerebral es de apenas 6 a 7 por ciento de la capacidad total. ¿Por qué? Porque somos humanos. No estamos aptos para utilizar el 100%. Albert Einstein, con toda su genialidad, usó tan sólo el 13% de su masa cerebral.
Estamos dejando claro que, aquí en la Tierra, somos limitados, y en este planeta es donde empezamos la escalada rumbo al desarrollo de nuestra LUZ propia.
El camino que todos tendremos que recorrer es la superación de nuestro EGO y el verdadero descubrimiento de aquello que es efectivamente importante valorar.
Todo tiene su explicación, y nada ocurre por una casualidad. Lo importante es estar atentos a lo nuevo y a lo inédito. Allí reside nuestro crecimiento espiritual. Fácilmente averiguamos que lo que suponemos importante materialmente, una vez obtenido se vuelve superfluo; al contrario de lo que se alcanza vía evolución espiritual y de conciencia. Cuanto más evoluciono en términos de valor espiritual, más fuerte me hago. Cuanto más evoluciono en términos materiales, más débil me torno.
Pocos se dan ciencia de que cuando parten de esta vida nada llevan, a no ser la vida que han llevado. En realidad, lo que marca toda la diferencia es el qué y el cómo sentimos, y no el qué y el cómo tenemos; la verdadera búsqueda, la eterna concepción entre el SER y el TENER.
En realidad, es fundamental saber que una mente abierta evoluciona. Una mente fanática se estaciona, o incluso corre el riesgo de volver atrás. Si ella simplemente se para, ya ha vuelto atrás.
Algunos Chiítas radicales (redundancia, ¿verdad?) consideran ser los únicos que están en lo cierto. Algunos evangélicos radicales consideran también lo mismo. En realidad, ambos están equivocados. No existe lo cierto y lo equivocado en términos religiosos. Existe el momento por el que cada cual necesita pasar.
He descubierto que hay una velocidad en el Universo que comanda todas las cosas. Esta velocidad es obviamente variable. Todo depende de la calidad de la energía que pongo en mis actos y pensamientos, así como en mis objetivos.
Sé que la velocidad que se aplica para conseguir dinero es siempre inferior a la velocidad con que éste se mueve. El dinero siempre tiene más rapidez que nuestras actitudes cuando está en la vanguardia. El secreto, por tanto, es olvidarse de hacer las cosas por dinero. Así él acaba llegando como consecuencia de las buenas actitudes.
Tenemos que aprender que todo en la vida es Causa y Efecto.
Saber pensar es el comienzo. Hace algún tiempo hice una verdadera limpieza general en mi vida, principalmente en mis valores religiosos y materiales... igualmente en cuanto a preocuparme con lo que piensa la gente de mis actitudes. Tiré con los conceptos viejos y me abrí a lo nuevo. He descubierto que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano.
Así soy más feliz. Procuro ser NUEVO en cada segundo, en cada actitud.
Hoy día pienso diferentemente, pues sé y ya lo he comprobado, que soy un IMÁN. Todo lo bueno que proyecto hacia afuera, retorna. Todo lo malo que proyecto, lo recibo de vuelta con los intereses...
Tan sólo el 5% de todo lo que hago y pienso es lo que realmente marca la diferencia. Necesito modificar esta verdad.
Sé que nos veremos.
