Insatisfacción con la vida - Texto sobre el contenido de la primera clase
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/05/2016 10:22:38
Autor: Vinicius Francis - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Hemos charlado mucho en la primera clase de la Semana de Sanación sobre la insatisfacción con la vida. Y este texto se basa en nuestra conversación, que por cierto, puedes asistir pinchando en el enlace a continuación del texto. Vivimos en una sociedad basada en 'tener' para 'ser', y esto hiere terriblemente los esquemas divinos, porque las leyes del Creador nos dicen que hemos de hacer exactamente lo contrario.
Hacemos de nuestros sueños compensaciones emocionales, deseamos demasiado alcanzar objetivos determinados porque nuestra felicidad está, muchas veces y desgraciadamente, condicionada a ellos. Esto lo hacemos por ignorancia, ¡claro! Justamente porque vivimos en un mundo en que la felicidad es vendida como consecuencia de conquistas materiales y humanas, y entramos de cabeza en ese juego de idealizaciones.
Y él nos estimula y engancha durante cierto tiempo, hasta depararnos con la realidad de la vida, de que nosotros somos los que desarrollamos las cosas, y siempre conforme a lo que creemos y vibramos. Y cuando por fin percibimos que la realidad no es tal como nos gustaría que fuese, caemos en un profundo estado de insatisfacción y la vida pierde su sabor.
Y de ese estado a una depresión, va una muy corta distancia. Entonces, si la insatisfacción nos pone a la vera del precipicio emocional, es necesario que trabajemos eso, ¿no te parece? Si estás insatisfecho por no tener la vida que crees deberías haber tenido, en vez de indignarte y perder el sabor de la existencia, líbrate de ese “tengo que”, que es la ilusión que te agobia y no te permite ser feliz. Tú tienes sueños, deseos, ambiciones, lo cual es perfectamente natural.
Ahora bien, nadie “tiene que” alcanzar algo para ser feliz y es eso lo que te hace daño en la ecuación del soñar. Un sueño ha de motivarnos a estar bien, darnos fuerza y ayudarnos a ser mejores cada día. Cuando se convierte en tormento, es hora de modificar la manera de enfocar la situación. Tú no “tienes que” conseguirlo, tampoco “tiene que salir bien”.
Esas cobranzas de la cabeza, hechas a partir de ideas que has abrazado en el pasado, de autoafirmación, de tener que demostrar algo a alguien o, quién sabe, a ti mismo. Cuando nuestro propio valor se compromete, procuramos compensar esa falta con las posesiones externas. Pero esto no nos ayuda a ser felices, todo lo contrario, sólo enmascara un problema que en realidad está dentro: la falta de uno mismo. Sólo estamos insatisfechos cuando estamos sin nuestra presencia de alma.
Porque cuando ella está presente, todo es muy distinto. Queremos realizar nuestros sueños como expresión de nuestro bien interior y no como remedio a la falta de plenitud interna. Y otra cosa, cuando estamos 'en nosotros', disfrutando nuestra esencia de forma presente, sabemos esperar, tenemos paciencia y comprendemos que las cosas tienen un tiempo para suceder. Libérate de la obligación de conseguir realizar tus sueños. Tú no 'tienes que' nada. No necesitas demostrar nada a nadie, ni siquiera a tu ego. Todo lo que necesitamos es ser felices, en nosotros y por nosotros. Porque sólo si somos felices es cuando verdaderamente arrancamos a la vida las respuestas de poder que literalmente abren nuestros caminos de realizaciones y éxitos.
Tú mereces ser feliz y realizar tus sueños, pero antes has de aprender a estar satisfecho en ti, porque sólo una energía que vibra en esa frecuencia puede atraer manifestaciones ricas y satisfactorias. Cuando abrimos mano de tener que salirnos bien o de tener que conseguir algo, volvemos nuestra atención a nosotros, quitamos el foco de la búsqueda frenética y lo ponemos en nosotros. Y es entonces cuando todo adquiere sentido y los escenarios se transforman.
Tú sólo te necesitas a ti y no a tus sueños. Cuando cultivamos nuestra presencia de alma, entonces los sueños consiguen venir más fácilmente. Pero sólo puede vivir bien el que no 'tiene que' conseguir nada. Porque quien no 'tiene que' es realmente libre. Libertad es desear y dejar venir y no 'tener que conseguirlo como sea', pues esto sólo nos somete a una terrible insatisfacción.
¡Que el Amor nos sane!
Vinícius Francis.
