Jóvenes, tiernos y sabios ancianos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:19
por Enildes Corrêa - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Semeja que esta sociedad no permite el envejecimiento natural de su gente. Hasta el artista que envejece es discriminado, a menudo se le deja de lado, como si envejecer fuese un grave defecto e hiciese disminuir la inteligencia y creatividad de los individuos. Y al descubrir la sabiduría y los talentos que el paso de los años puede dar y revelar, considero un tremendo derroche y, por qué no decirlo, un acto de ignorancia lo que el mundo occidental comete al despreciar y dejar de lado a los mayores.
Reconozco y valoro a los ancianos. Tengo la apertura, la disposición y la sed de escucharles atentamente, ya que es una de las formas de adquirir entendimiento en la vida. Admiro y siento un cariño especial por aquellos que han sabido vivir con sabiduría y distensión. E incluso aquellos que han envejecido cargando a sus espaldas las tensiones y el peso del tiempo pasado, también sirven de ejemplo si procuramos comprender qué les ha impedido vivir con tranquilidad y armonía.
He constatado ciertas características comunes entre las personas que han conseguido relajar incluso con todos los problemas que han tenido que enfrentar y lidiar.
Aceptan y aman la vida. Mantienen una confianza inquebrantable en la Existencia y en sí mismas. Se mantienen lúcidas mentalmente y muy joviales. Contemplan la realidad tal como es, pero no se quejan, aun si sufren. Aprecian compartir su sabiduría y su amistad. Adoptan la postura del aprendiz, siempre abiertas para aprender, incluso a los 80 años o más. Evitan juzgar a los demás. Han aprendido a escuchar y a respetar la voz del corazón. Irradian paz, tranquilidad y contentamiento, lo cual nos hace sentir un gran bienestar a su lado. Viven de forma sencilla y normal. No albergan deseo alguno de ser diferente de lo que son ni tampoco de ser extraordinarias. Han aprendido a aceptarse tal como son; están a gusto con su propio cuerpo y con su ser.
Han dejado de pelear contra sí mismas y contra la vida - simplemente son lo que son y fluyen en eso. Y mantienen siempre el buen humor.
Es una pena que en Occidente, en la actualidad ya no se enseñe a los jóvenes de forma efectiva a respetar y a valorar a los mayores y su orientación. Cuántas experiencias les gustaría a éstos compartir. Pero, si no hay interés en oírlos, las oportunidades de aprendizaje son despreciadas y, literalmente, tiradas a la basura. Lecciones sobre el arte de vivir, que podrían ayudar a muchos a lidiar mejor con los problemas, sin tanto estrés, tanta desesperación, tanta locura.
Agradezco la oportunidad de haber convivido con algunas personas que han envejecido en paz, con armonía y sabiduría, sin nostalgia en relación al pasado ni ansiedad en cuanto al futuro, enfrascadas en el presente, en estado de contentamiento interior. El paso del tiempo ha sido un puente para cruzar las fronteras que van más allá del cuerpo, más allá de la mente, lo cual les ha dado valor para abrir las alas y volar con total confianza hacia el infinito.
¡Namasté!
