l libre albedrío antes de reencarnarnos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/04/2017 11:48:13
Autor Mauro Kwitko
[email protected]
Traducción de Teresa
[email protected]
Debido a la idea todavía vigente de un Dios mosaico, traída por Moisés por una necesidad para el pueblo de aquella época, un Ser Divino, un Padre que juzga, que castiga, que pune, que se venga, todos nosotros desde hace muchos siglos hemos venido creando infancias y vidas basadas en una “Justicia Divina” que no existe, puesto que es una idea basada en nuestra propia concepción de “justicia” humana. Aunque Jesús, el Gobernador de nuestro planeta, haya aportado una concepción opuesta, la de un Padre bueno y justo, dulce y amoroso, continúa vigorando hasta hoy el Dios de Moisés. Por ello, la mayoría de nosotros, tras una encarnación en que “pecó”, crea una siguiente infancia, y circunstancias a encontrar durante la próxima encarnación, según una Ley del Merecimiento, una Ley de la Necesidad y una Ley del Retorno propias, basadas en eso. Como la mayoría de nosotros todavía lidia con esa concepción, en la práctica de la Psicoterapia Reencarnacionista trabajaremos con infancias co-creadas por las personas que acuden a nosotros, que fueron estructuradas de esa manera.
Y también podemos ver que las nuestras fueron de esa manera creadas. La mayoría de nosotros pidió un padre ruin porque lo fue también, y para sufrir lo que causó de sufrimiento a otros, o para hacer aflorar sus inferioridades (ofenderse, sentirse rechazado, sentir miedo, considerarse inferior, enojarse, etc.), pidió una madre no cariñosa porque no fue una madre cariñosa o para hacer aflorar inferioridades, pidió venir en una situación de miseria porque fue acaudalado y egoísta, y así sucesivamente. O sea, como aún tenemos una idea infanto-juvenil de “Justicia Divina”, venimos desde hace siglos reencarnando para pagar, para sufrir; y, hemos de convenir, con esa concepción no es de extrañar que la depresión (explícita o encubierta) sea la más común dolencia del ser humano, ya que, en nuestro íntimo, no nos sentimos merecedores de ser felices porque somos “pecadores”. Todos actualmente quieren ser alegres, eso está de moda, pero no sabemos todavía siquiera ser felices, y esto no necesita ser demostrativo, no necesita la visibilidad. Todo el Programa de nuestro Curso versará principalmente sobre las encarnaciones basadas en la creencia en el Dios de Moisés, ya que es el que aún vigora.
No obstante, como hemos visto, nuestra infancia podrá ser co-creada por nosotros con base en una creencia diferente respecto de lo Divino, en lo que Maestro Jesús nos enseñó cuando afirmó “¡Ve y no peques más!”, y, entonces, podremos crear una próxima infancia basada en esto, no “necesitaremos” un padre, una madre, una estructura inicial de vida negativas, ruines, todo lo contrario, decidiremos que queremos evolucionar por el amor y no por el dolor. Podemos curar una antigua tendencia a ofendernos, a sentirnos rechazados, pasando infancias buenas y circunstancias agradables de vida, conviviendo con personas evolucionadas, amorosas, llenas de paciencia, que no se ofenden, no se sienten rechazadas, porque ya han alcanzado un nivel de ego más evolucionado, y entonces, nos enseñan que no debemos afectarnos negativamente con personas y cosas de la vida que provocarían ese afloramiento en nosotros. Aunque para ello hace falta una elevación de nuestro grado de consciencia para que, en lugar de optar por “pagar” por nuestros errores y pecados o sufrir para aprender, optemos por aceptar nuestros errores y pecados, decidamos no cometer más errores ni pecar más, y en lugar de gatillos para hacer aflorar nuestras inferioridades, anhelemos gatillos para hacer aflorar nuestras superioridades.
En “El Libro de los Espíritus”, varios trechos enseñan que nuestro Libre Albedrío no ocurre solamente cuando estamos en la Tierra, también funciona en el período ínter-vidas, y que nosotros elegimos la infancia que vamos a necesitar o merecer. Ese concepto de Libre Albedrío aún es bastante desconocido para nosotros, y explica por qué muchas personas reencarnan para “pagar”, para “sufrir”, motivados por una culpa que sólo existe en su pensamiento. Dios, que es Amor, no castigaría a nadie por las equivocaciones que cometió en vidas pasadas, todo lo contrario, le ofrecería condiciones para aprender a hacer lo que está bien, lo que es correcto, lo que es bueno para sí y para los demás.
Todos nosotros tenemos la infancia que co-creamos cuando estábamos en el período ínter-vidas, de acuerdo con nuestra concepción de Dios, infantil aún, adolescente, adulta o ya anciana. Dios es neutro, nosotros creamos todo en nuestra vida y en las próximas, la responsabilidad sobre todo lo que nos concierne es tan solo nuestra, esa es la verdadera noción de Libre Albedrío. Cuando afirmamos que “El futuro a Dios pertenece”, estamos diciendo que nuestro futuro depende de nosotros, pues todos nosotros somos Dios en una micro-manifestación.
