La biología de la creencia
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/11/2007 09:47:20
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El virus que causa el SIDA es una “entidad”, sí, eso mismo: una entidad. Un científico ha afirmado esto porque tras incansables pesquisas ha tenido la certeza de que este virus sabía lo que quería hacer y qué camino tomar para realizar su “misión”, dicho sea de paso, una cruel misión.
En un reciente reportaje en TV Vida, un cardiólogo, explicando el proceso de la célula-madre, decía que ésta es retirada de la médula e inyectada en una arteria, donde ya existe una lesión. Advierte, sin embargo, que si hubiese necrosis (células muertas), ésta no puede ser restaurada, lo que está muerto está muerto, punto final. Pero en las áreas próximas afectadas, la célula-madre va a regenerar todo aquello que está solamente lesionado, lo cual permitirá al enfermo una recuperación muy expresiva. Y entonces el reportero indagó: cómo la célula-madre sabe que en aquel lugar tiene que recomponer una arteria en vez de crear un cartílago. El médico respondió: es un misterio de la naturaleza.
Tanto el científico que habló sobre la “entidad” virus VIH como el cardiólogo que describe el proceso misterioso realizado por la célula-madre estaban en el umbral de descubrir la espiritualidad.
La verdad es que tanto el virus VIH como la célula-madre y todas las otras células tienen su “lado” energético / espiritual, y en el universo de cada ser, por más sencillo que sea, está contenida una matriz (cuerpo energético), un mapa que sirve como referencia para que cada célula pueda realizar su “misión”. De manera inconsciente, claro, pero no por ello dejan de ser lo que son: seres inteligentes del Universo.
Al fin y al cabo, el ser humano, es decir, yo y tú que me lees, somos Espíritus conscientes y no por ello tenemos perfecta noción de ese nuestro mapa orientador que está en nuestra intimidad y sobre el cual reposa nuestra historia y pueden estar inseridos proyectos y sueños futuros, si los tuviésemos en nuestras intenciones actuales.
Esa conclusión, que otorga al virus el “status” de agente sobrenatural, corrobora lo que investigadores, como Bruce Lipton, científico norteamericano pionero de la nueva biología, han comprobado en sus experimentaciones.
Su pesquisa va más allá, comprobando que el ADN está controlado por la energía que emana de los pensamientos, lo cual significa que nuestras proyecciones mentales ejercen influencia directa sobre nuestra salud...
O sea, una simple idea que irradias, una conversación que mantienes con una amiga, en tu sala de estar, puede estar realizando procesos de mutación en el ambiente de tu casa o en tu cuerpo, en el cuerpo de la amiga o de cualquier otra criatura que esté en sintonía contigo.
Tú eres una entidad, un ser sobrenatural, con poder divino, de mutabilidad, que puede alterar un cuadro genético, desarrollar en ti mismo o en otro la posibilidad de caminos y decisiones diferentes.
Y esa posibilidad está en ti, en tu amiga y también en todos los seres de la creación. Plantas animales, virus, bacterias, todos son entidades que han sido creados por Dios para el desarrollo de la vida en el Planeta Azul, la Tierra. Y para cada uno el Universo tiene un plan, una dirección. El virus del SIDA sabe cuál es su misión.
¿Sabes tú cuál es la tuya?
Sí, es difícil y la ciencia se debate intensamente en la búsqueda del puente que intercomunica mente y cuerpo. El esclarecimiento de esto puede ser para la ciencia el camino de las piedras. Y para ti la cuestión fundamental es conocer qué camino debes recorrer, qué instrumentos habrás de utilizar para tener acceso a esa importante información.
Gregg Braden afirma: “El doctor Bruce Lipton, autor del libro A Biologia da Crença (La Biología de la Creencia) nos ofrece el tan buscado eslabón perdido entre la vida y la consciencia”. Y ese ha sido siempre el gran drama de la ciencia, encontrar la sintonía entre materia y espíritu.
Lipton recuerda las conclusiones de las pesquisas que ha desarrollado: “Si encaminamos mejor lo que estamos pensando, podremos cambiar el estado de nuestro cuerpo.”
En su libro A Biologia da Crença, Editora Petit, el científico expone sus conclusiones y destaca el beneficio que de ellas es posible extraer. Es un libro revolucionario que aproxima la ciencia a la filosofía y a la religión. Es interesante y puede ser leído por cualquier persona.
En el principio, explica qué son las células, cómo se comportan y qué es lo que pueden enseñarnos. En el segundo capítulo, describe las evidencias científicas del poder de la mente, detallando la estructura de las dolencias, incluso el cáncer y la esquizofrenia. En el tercer capítulo, explica dónde se encuentra el “cerebro” de la célula, que es la membrana que la reviste. Los descubrimientos de la física cuántica y su importancia para el tratamiento de las enfermedades son el tema del cuarto capítulo. En el quinto, revela la fuerza del pensamiento positivo y negativo sobre nuestro bienestar y en qué medida el “subconsciente” puede sabotear o dinamizar nuestros objetivos. En el sexto capítulo trata del crecimiento y la salud de las células y cuánto pueden perjudicarlas nuestros recelos. El último capítulo describe lo que el científico ha denominado “paternidad consciente”, o sea, cuánto está a nuestro alcance el influenciar las creencias de nuestros hijos.
En el epílogo de su libro, Lipton dice: “Puedo afirmar categóricamente que la ciencia me ha llevado a la espiritualidad, pues los descubrimientos de la física y del mundo de las células demuestran cada vez más la existencia de un vínculo entre la ciencia y la espiritualidad, dos áreas completamente distintas desde la época de Descartes, hace algunos siglos.”
Yo he escrito siempre aquí respecto del poder de la mente, de cuánto tu pensamiento influye sobre tu organismo; y considero que el ser humano está listo para usar su mente consciente a fin de desarrollar los talentos del corazón, para tener el coraje de “entrar” en ese universo desconocido que es su alma.
Estos son los caminos que puedes recorrer para el encuentro de ti misma. Sal de la ventana desde donde apenas consigues observar las criaturas que pasan por la carretera. Abre las puertas de tu alma, ven para fuera, siente el Sol que se irradia, escucha el canto de los pájaros que revolotean alegremente por las cercanías de tu morada y quédate fuera de tus trincheras, enfréntate a la borrasca, a los murmullos de la noche, porque podrás tener la ventura de sentir el claro de luna y su poesía. Camina por lo desconocido, descubre universos diferentes y entérate: tu mente y tu corazón pueden transformar tu cuerpo.
Eso es lo que Bruce Lipton nos enseña en su libro A Biologia da Crença y esta puede ser una grande y rara oportunidad que tengas para conocer las pesquisas actualizadas de la ciencia, sin ser científico ni tener nivel universitario. Esas informaciones, repito, pueden cambiarte la vida.