La capacidad de auto-sostenerse
por Bel Cesar em STUM WORLDAtualizado em 03/06/2009 12:40:46
Traducción de Teresa - [email protected]
La paz interior es un estado de equilibrio que surge cuando nuestras fuerzas activadoras y nuestra capacidad de relajarnos están en armonía. Es decir, cuando estamos sintonizados tanto con nuestra fuerza de combate, como con nuestra capacidad de entrega.
Pero, en general, permanecemos en alerta incluso cuando ya podemos relajarnos. Es como si, al aflojar el control sobre nosotros mismos, algo malo pudiese pasarnos.
Intuitivamente, buscamos siempre salidas que nos llevan a una calidad de vida mejor. Es decir, con menos presión y más apertura, pues sabemos que permanecer sujetos por nuestra propia actitud interior es un modo de vida limitador.
No obstante, si no estamos familiarizados con la capacidad de sostenernos, estaremos constantemente buscando ampararnos fuera de nosotros.
Pero ¿qué es lo que nos proporciona esa sensación de poder relajarnos en nuestro suelo interior con confianza y soltura?
La capacidad de auto-sostenimiento surge a medida que nos sentimos disponibles para nosotros mismos: estamos a gusto exactamente con quienes somos.
Cuando cesamos de defendernos de nosotros mismos, naturalmente nos convertimos en buena compañía. Esta amistad interior no sucede tan solo a nivel de pensamiento, como si pudiésemos simplemente dar una orden interna: ¡sé amigo de ti miso, aprende a bastarte!
El auto-sostenimiento no surge porque nos demos una orden, sino porque nos abrimos para recibirnos tal cual somos.
Auto-sostenimiento no quiere decir estar desconectado de cualquier fuente de nutrición y contar tan solo con tus propios recursos.
¡Es exactamente lo contrario!
Ella surge cuando superamos el condicionamiento de que somos seres solitarios. En otras palabras, auto-sostenerse no quiere decir ser solo yo, por mí mismo, sino, ser uno mismo en el todo.
Este es un proceso profundo, que requiere un entrenamiento mental capaz de ayudarnos a descomponer nuestros hábitos mentales negativos.
En el budismo, ese entrenamiento ocurre por medio de las enseñanzas (del Dharma) y de la meditación: ambos nos ayudan a abandonar una falsa visión sobre nosotros mismos y a familiarizarnos con nuestra naturaleza innata de una mente sana.
Independientemente del método que puedas encontrar, lo que yo quiero es alertar sobre nuestra necesidad de ofrecernos un modo de vida más próspero y abundante.
Observo que muchas veces ya no echamos mano de recursos externos porque estamos exageradamente presos a la idea de volvernos emocionalmente autónomos. ¡No queremos ayuda!
Por ello, me gustaría resaltar la diferencia entre ampararnos en los demás y dejarnos nutrir e inspirar por ellos.
Por ejemplo, cuando usamos un bastón. ¿Él nos sirve de apoyo o de estímulo? ¿La fuerza está en el bastón en que nos apoyamos o en nuestra capacidad de usarla?
Cuando nos amparamos en la fuerza ajena, tenemos la intención de que el otro haga el esfuerzo por nosotros, pero cuando vemos a los demás como fuente de nutrición y estímulo, tenemos plena conciencia de que el esfuerzo es nuestro.
Por ello, pese a que nadie puede de hecho ahorrarnos la parte que nos toca, podemos recibir toda la ayuda necesaria ¡siempre que ésta se encuentre disponible!
Pequeñas actitudes que estimulen positivamente nuestros cinco sentidos son siempre bienvenidas también: buena música, un aroma agradable en el aire, algo sabroso para comer, un baño caliente o una crema para masajearnos, y contemplar imágenes que nos dan placer puede ser de gran valía. Cuando estamos desanimados o tristes, nuestro cuerpo necesita ser bien tratado, pues, a fin de cuentas, ¡es él lo que nos da la base para que nuestra mente se relaje!