La caricatura de la vida
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 18/09/2008 12:23:20
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Sabes aquellas caricaturas simpáticas de personas que a veces tienen una barbilla algo grande y en la caricatura aparece completamente exagerada? El caricaturista exalta y exagera las características significativas de la persona mostrando, a través de la imagen, quién ésta realmente es. La vida nos dibuja episodios de la misma manera, exagerando en los hechos y acontecimientos para que tomemos conciencia de quien realmente nos creemos que somos. Digo creemos porque nos dejamos invadir por creencias y opiniones ajenas y creemos en ellas sin buscar nuestra verdadera identidad.
¿Sabes aquellas inseguridades íntimas, que no tenemos el valor de contar a nadie? Pues bien, la vida las hace aparecer de modo exagerado para que podamos curar, reflexionar y modificar esas inseguridades. Todo empieza cuando nos incomodamos con algo en alguien o por alguna situación. De pronto nos acomete la ira, indignados y sintiéndonos víctimas de situaciones que no nos hacen bien, pero de las cuales no logramos desvencijarnos. Cuando ocurre esto, es importante que identifiquemos enseguida lo que debemos aprender con aquella situación para no permanecer sufriendo y sintiéndonos víctimas. ¿Quién de nosotros nunca ha pasado por situaciones semejantes y no se ha pillado despotricando: “¿Qué hice yo para merecer esto?” “¿Por qué habré ido a caer precisamente en esa familia?” “¡Siempre me busco jefes ignorantes!!!”, etc.
En verdad, TODOS los acontecimientos de nuestras vidas reflejan TODO cuanto sentimos internamente, de modo EXAGERADO, para que podamos realmente percibir y aprender las lecciones. Sin embargo, como vivimos medio dormidos, no logramos ver esto y empezamos a echar la culpa al otro, cuando el acontecimiento es malo y nos volvemos arrogantes cuando los acontecimientos son buenos.
Veamos, si conseguimos hacer que un gran proyecto salga bien… LO HE HECHO YO. Si aquel proyecto salió mal, ha sido por culpa del jefe, del hombre de la fábrica, del destino, etc.
La enfermedad no es más que la exageración de la desesperación interior.
Nos ponemos enfermos porque no estamos viendo los conflictos emocionales y allá viene la vida nuevamente exagerando el conflicto, colocando dolores y, literalmente, sentimos en propia piel ese resultado.
Para vivir realmente la vida de forma sabia, hemos de saber reconocer que todo es reflejo de nuestros sentimientos y creencias interiores.
Si te has buscado como compañero a alguien que no te valora, que te dice palabras y frases que dejan tu autoestima por los suelos, presta atención a sus palabras y verás que es exactamente aquello que piensas de ti mismo.
Las otras personas consiguen captar nuestras inseguridades e interactúan de forma a veces cruel y exagerada, “agrediéndonos” para que despertemos. Es casi matemático y racional.
Cierta vez, en una consulta, una persona protestaba mucho por la forma en cómo era tratada por las personas y lo mucho que esto la molestaba. Entonces le rogué que hiciese una lista de las formas y palabras que estas personas utilizaban. Ella hizo la lista con mucho gusto, sintiéndose la víctima de la situación, creyendo que yo fuese a ayudarla a crucificar a estas pobres personas. Cuando ella me mostró la lista, había insinuaciones de que ella era indisciplinada, gorda, relajada y holgazana. Le pregunté si ella, allá en lo más profundo, no creía poseer estas características. Cerró los ojos y lloró copiosamente durante unos 15 minutos. Cuando dejó de llorar la primera frase que dijo fue: “La vida es mágica”.
¡Y la vida es mágica, ciertamente!!! Trae acontecimientos para ayudarnos a crecer. Ahora bien, cuanto más nos conocemos por iniciativa propia, menos sufrimiento y dolor son necesarios para nuestro aprendizaje.
Como en este planeta Tierra somos la primera escala de la razón, aún tenemos muchas cosas emocionales que transferir desde el modo analógico al digital y esto lleva algún tiempo. Cuanto más utilizamos nuestro racional para ayudarnos a entender sentimientos y actitudes primitivas, más crecemos.
Por eso, haz una lista de acontecimientos buenos y malos para ayudarte en la identificación de dificultades que necesitan ser trabajadas. Ejemplos:
Buenos:
Las personas son siempre amigas mías
Allá donde voy, se me abren las puertas
Mi perro me adora
Mis hijos me admiran
Todos en la empresa consideran que yo debería ganar más, etc.
Malos:
Mi marido me considera barriguda
Mi vecina dice que soy chismosa
Nadie me valora en esta empresa, en la anterior ocurría lo mismo, etc.
Con esa lista puedes elegir ser la víctima o “the best”. Si yo fuese tú agradecería por darme cuenta de todo eso y optaría por ser humilde: ni juzgador por tus defectos, ni arrogante por tus cosas buenas. Simplemente verdadero contigo mismo (a). No existe cosa mejor en este mundo que poder ver la propia verdad.
